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La lampara encendida

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Mi mapa de colores

Era mi puzle y uno de mis juguetes favoritos. Con los colores del semáforo: rojo, amarillo y verde. Cada provincia de un color, unida una a otra e imantadas a un panel de cartón plastificado negro. Galicia, Asturias, León, Extremadura, las dos Castillas, Andalucía, Murcia, Valencia, Cataluña, Aragón, Navarra, las Vascongadas… Las Islas todas verdes y en esquema. Una España aún en blanco y negro, como la televisión.

Me gustaba ese juego y el de las letras, que además de hacer torres me inventaba palabras; jugaba ya a crear. Mi fuerte nunca fue la Historia, y no tenía ni idea por entonces de que tal división geográfica venía de siglo y medio antes, cuando los carlistas y todo eso. Ni de que la Corona de Aragón partiera de Ramón Berenguer, Conde de Barcelona y Príncipe de Aragón, por el siglo XII. ¡Con decir que pensaba que en el fútbol los goles se metían por casualidad…!

Hoy los niños suelen ir por delante. Pero escuchan y repiten campanadas, y meten en el mismo saco de Comunidad Foral Álava, Guipúzcoa y Vizcaya con Navarra, Cataluña, Aragón, Madrid o Baleares. O aseguran que la independencia es por cuestión de impuestos. O una niña puede crecer de golpe cuando ve que a su padre le pegan por llevar una tela roja y gualda.

Postmodernidad, globalización, alianza de civilizaciones, escuela inclusiva… Las cosas han cambiado mucho, y hoy un niño con límites severos no tiene que aprenderse él solo la Geografía ni jugar en su torre de corcho o de marfil. Y sin embargo… no hay dinero para la Dependencia, sí para una ambulancia de Madrid a Granada.

El mapa cada vez tiene más colores y divisiones, con más compartimentos y comarcas. Y hoy no es fácil inventar palabras, con lenguas, formas y significados tan diversos. Los alumnos se quedan con un lado del prisma, en escorzo y dirección unívoca –politizada muchas veces–. ¿No estaremos de nuevo edificando, de espaldas a la Historia, nuestra propia Torre de Babel?

Más medios, toda la información al alcance de un clic, poder comunicarnos con nuestro antípoda en décimas de segundo. Pero nos  empeñamos en ser reducionistas, miopes, egocéntricos, con una percepción minimalista, ¿nacionalista? ¿A qué tememos?

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El meridiano", jueves 18 de octubre de 2012).

Diversidad de fe

Diversidad de fe

Galilea o el lago Tiberíades, Getsemaní o Caná fueron siempre topónimos de una geografía interior aprendida en la infancia –no había que estudiarlos–. Eso mismo sentí este verano en la mezquita de Córdoba. La emociónmeasaltó al contemplar crucifijos, imágenes, retablos, bajo arcos lobulados. Me considero abierta, pluriforme, global de espíritu. Soñé por un instante mezcolanza de cultos bajo aquellas columnas infinitas comoestrellas.

Pero no puede ser. Respetar no conlleva hacerlo todo nuestro. Nunca podré aceptar la muerte en un quirófano porque las transfusiones son impuras. Ni adorar a los dioses, infinitos, que alientan en las plantas del balcón. No me creo que después de esta vida, en ese edén azul que siempre nos pintaron, me reencarne en el cuerpo de un antípoda.

Ni puedo comprender cómo a las mujeres les amputan, junto a los genitales, su derecho más íntimo al placer en nombre de ningún Absoluto. Ni asimila mi mente que un vídeo, las caricaturas de un periódico o un autor de primera desencadenen casi el cataclismo profetizado por los mayas. Hay piezas en el puzle que no encajan.

Salman Rushdie sigue con guardaespaldas; mientras del otro lado de la civilización pueden freírse Cristos –literal–, convocar procesiones anti-Semana Santa, promocionar películas tipo “El Cuerpo de Cristo” y nadie dice ni mu. No puedo imaginarme El Código Da Vinci vuelto al árabe. ¿Cuál no montarían los seguidores de Mahoma de verlo transformado en un barbilampiño rostro de profetisa?

Fuera de bromas, no hay paridad posible desde este enfoque manco y miope de la realidad y la política; yo no me atrevería a hablar de trascendencia. Intereses ocultos, ¿qué si no? La espiritualidad no sabe de esas cosas.

Coincidí en Córdoba con Neri, cristiana palestina que ha vivido en España desde su adolescencia. “Las mujeres allí se van modernizando –me decía–; son más independientes”. Me impregné de los arcos, las lámparas de la nueva catedral, el mihrab, las marcas de canteros que fueron levantando sus paredes… ¿Cómo será mi nombre? Mi amiga lo escribió en una cartulina que ahora tengo en mi cuarto. Mariam, en árabe; en hebreo Miriam, ‘la que hace versos’; María en cristiano. ¿Cuál es la diferencia?

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "Día a día", martes 2 de octubre de 2012).

Cecilia

Cecilia

Foto: vigoalminuto.com

Si Max Estrella levantase la cabeza… El espejo esperpéntico del Callejón del Gato está a la orden del día. No hay más que ir a Borja; o asomarse a cualquier página de Facebook, y ahí está el Ecce Homo de Cecilia, la pintora que ha hecho tan célebre el Santuario. ¿Quién sacó a la luz un pequeño mural comido del olvido y la humedad? Solo estaba “manchado”, cubierto de una primera capa de pintura para ir restaurándolo poco a poco. Tan atroz como que el pueblo llano admirase en eso una obra de arte; o que después de la movida de los medios y de darle al lugar la ocasión de ser mundialmente conocido, se le entregue la obra a una empresa y volvamos a cubrir a esa buena mujer de olvido y desconchados interiores.

Pero nada de extraño. En la apertura de los juegos olímpicos, con todo su boato y su loa a lo británico, desde los autores de cuentos infantiles a los Beatles, desfilaron unas cuantas atletas con velo. Todo un logro que algunos países dejen participar a la mujer. ¿Pero cómo entender que se suprimiese todo crucifijo y signo religioso por respeto? O la pequeña anécdota de que dos deportistas, matrimonio, no pudiesen alojarse en el mismo pabellón. ¿Pareja homosexual? Entonces sin problemas.

Pregunta de mi sobri: ¿No es verdad que en los juegos paralímpicos ganamos más medallas? Iba a responderle: “Cuando estamos al límite, hay una fuerza que nos empuja, nos dejamos de las tonterías y vemos las cosas cómo son”. Solo le dije: “Es que valemos”.

Sí, valemos. Por eso a veces una tampoco entiende que los recortes vengan a los de abajo; que se nos suba el IVA en cines y teatros y se supriman espacios culturales; que sigan existiendo tantos cargos –Senado, autonomías…–, y no llegue para desempleados, dependientes, mayores con recetas precisas como el pan. Una no entiende.

Que haya tantos incendios por descuido o altas temperaturas. Que a un preso terrorista se le den privilegios. Que a más alumnos con el nuevo curso se resten profesores –¿y el apoyo en casos de capacidades especiales?--. Valle-Inclán rebosaría de creatividad ante las deformidades que se hacen patentes, cóncavas o convexas, en cualquier callejón. La pintora de Borja lo interpretó a su modo, nuestro mayor respeto. Todos somos Cecilia.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El meridiano", domingo 16 de septiembe de 2012).

Alejandro

Alejandro

Foto: Telecinco

El porcentaje es realmente pequeño, pero haber casos los hay. Las deformidades y los problemas físicos eran prácticamente incompatibles con la vida. Sin embargo, ahí está. Me impresionó el testimonio de la madre, Maribel, en un célebre espacio televisivo: “De haber sabido que venía con problemas, sí que hubiese abortado”. Y, como siempre, alimentar la polémica: pro abortistas a un lado; convencidos católicos etiquetados de ultra derecha, al otro. ¿Qué tendrá que ver la velocidad con el tocino?

De no darse en efecto un error médico, todos actuaríamos de forma diferente. Porque esa es la clave. La enfermedad nadie la queremos. Y hay otro detalle nimio que se pasa por obvio: no es verdad que un pequeño traiga un pan bajo el brazo. Y si ese niño nace con unas necesidades especiales, mucho menos.

Es de premio que alguna vez al menos los señores ministros recuerden los derechos humanos y la igualdad de las personas con diversidad funcional (discapacidad), desde el primer instante de su vida. No al aborto eugenésico –las cosas por su nombre-, por supuesto. Pero, ¿y la esterilización de las mujeres con diversidad intelectual? ¿Y los niños que no pueden asistir a un colegio ordinario por la falta de medios y de profesionales? ¿Y la vulneración sistemática de las normas de accesibilidad? ¿Y el pasar olímpicamente de los artículos 19 de la Convención de la ONU y de nuestra ya obsoleta Ley de Dependencia sobre Asistencia Personal?

Sin ir más lejos, 14.500 familias aragonesas percibirán un 15% menos por el cuidado en su entorno de un dependiente, además de exigírseles mayor preparación profesional y de aumentar el derecho al cobro por retroactividad a los dos años. En números redondos, según RD-ley 20/2012 de 13 de julio, a los aproximadamente 400 euros mensuales del Grado III, el máximo, Nivel 1 (no vegetativo, para entendernos), se les quita 60; mientras los 9000 candidatos a cobrar todavía Dependencia quedarán unificados en tres grados, sin niveles. ¿Fomentar lo profesional y generar empleo? La prestación por asistencia personal, nueva en nuestra Comunidad, establece la mayor cuantía en 715 euros. ¿Las veinticuatro horas y Seguridad Social? Que me lo expliquen.

La escritora Olga Bejano, paralizada progresivamente a consecuencia de una operación de apendicitis, devolvió la Medalla de Oro de La Rioja por su negativa a ponerle asistencia. Católica hasta la médula, denunciaba: “En lugar de juzgar, la Iglesia debería poner todos los medios a su alcance”. Al menos, los padres de Alejandro cuentan con la exclusiva de Telecinco.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El meridiano", martes 28 de agosto de 2012).

Tiempos recios

“Pídele cuentas al Rey”. Hace poco emitían por uno de los múltiples canales todavía no cerrados de televisión esa sugerente película de Quirós, en la que Fidel –Antonio Resines-, un minero al que acaban de cerrarle la mina, decide desplazarse hasta Madrid. Por el camino, compañeros de viaje variopintos, y muchos inmigrantes. Uno de los primeros títulos que vería en los Cines Renoir.

Era antes del euro y, sin embargo, escenas similares han pasado del cine a la realidad. Solo que ahora hay menos compañeros inmigrantes; y muchos menos jóvenes, que emigran –paradójico- a Alemania. La historia es como un péndulo. Y ya no solo se trata del réquiem por las minas, sino por los salarios y las extras de tantos funcionarios, policías, bomberos, la subida del IVA, las chuches de los niños… ¿Qué brutal cataclismo ha movido los cimientos?

Las tijeras comienzan por la capa inferior. Y cabe preguntarse por qué no se recortan ciertos cargos. ¿El número de asesores es múltiplo del número de políticos al cuadrado? ¿Se quebraría España en pedacitos si le falta el Senado?

Continúan subiendo el desempleo y la prima; los comedores sociales presentan un aumento de usuarios casi de “overbooking”; y la verdad, da lástima ojear cualquier periódico. Y nadie entiende nada ni se dan explicaciones. Para más inri, la tan traída y llevada Dependencia va a quedar por los suelos: se unifican niveles dentro de cada grado, se recorta más del quince por ciento la ayuda al entorno familiar, se intenta incentivar una asistencia  personal inexistente. ¿Dónde la promoción de la autonomía?

Y aun con todo, una, que es bien pensada, comprende que ningún organismo enferma de la noche a la mañana, que esto viene de lejos, que si tocamos fondo hay que sentar las bases para emprender un vuelo más seguro; que llegará un día no lejano en el que comenzaremos a subir.

¿Crisis? Reajuste económico, saneamiento, ajustes con Europa. Pero existe otra crisis más personal, más nuestra, ético sociológica ideológica. ¿Otra vez dos Españas, como cantó Machado? Ante tal perspectiva, ¿a quién pedirle cuentas? Don Juan Carlos y su hijo ya se han bajado el sueldo. Según Santa Teresa, es bueno un hombro amigo en tiempos recios. ¿Y si fuese una pista?

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El Meridiano", lunes 23 de julio de 2012).

La edad de plata

La edad de plata

Buenos días. Buenos días. Cuando llegábamos, sorteando bordillos y aspersores de agua con la silla manual, ya estaba el profesor. Me llevaban mi tío o mi padre; después, las compañeras. Mis primeros apuntes grabados de memoria; aquella primera tarde en el Aula Magna II del segundo piso, sin ascensor alguno; esa visita a unos larguísimos pasillos antes del curso, interminables a mi mirada en luz de adolescente soñadora. Fue la primera vez que pisaba, o rodaba, un centro educativo para asistir diariamente a clase.

Se fueron acumulando las anécdotas, los rostros día a día conocidos –unos cuatrocientos compañeros-, la materia estudiada, las lecturas. ¿Cuántos libros al curso? Ni me acuerdo. Como anécdota, los exámenes de Siglo de Oro me duraban unas ocho horas, divididas en mañana y tarde; siempre me dejaban en un despacho o seminario aparte, con mi máquina eléctrica, algo más ruidosa que un portátil.

Pasaría el lustro en un santiamén. No sin haberme dejado una entrañable huella aquel viaje de estudios a Innsbruck, Ginebra, Berna, Viena, Salzburgo, Venecia –con sus góndolas-, Florencia, Milán… Algo reticentes al principio, mis compis se organizaron para ayudarme en grupos cada día del viaje. ¡Una silla en las escaleras mecánicas del metro! Algo digno de ver.

Llegó la despedida, y con ella la orla,  que ha dormido enmarcada en mi cuarto la friolera de estos últimos veinticinco años (¡qué vértigo, la vida!). El polvo se ha posado en los recuerdos, en los pliegues del alma. ¿Qué se hizo de los jóvenes que fuimos? Dormidos, ausentes, cada cual en sus luchas, pérdidas y esperanzas.

Y he aquí, como si el Hada Madrina de las Letras nos hubiera tocado con su varita mágica; o el Príncipe Azul, color de nuestra toga, nos hubiese besado en lo más íntimo, que el 30 de junio despertamos. Tras un intenso curso de preparativos, pacientes búsquedas, sorpresas, reencuentros, logramos reunir a más de sesenta compañeros de Filología Hispánica, Inglesa y Francesa; junto a unos pocos profesores, en representación de una fecundísima caterva, y a nuestro Decano.

No faltaron discursos ni lecturas, la coral ni las jotas, los abrazos, las lágrimas. Un día inolvidable. Hemos vuelto a ser nosotros mismos.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El Meridiano", lunes 9 de julio de 2012),

Economía y diversidad

Economía y diversidad

"A finales de abril de 2012 la figura del asistente personal es ciencia ficción. Y en Aragón, la prestación económica por tal concepto es sencillamente inexistente"

No es el mismo concepto ‘dis-capacidad’ (aunque pueda conjugarse con ‘dis-función’) que ‘diversidad  funcional’. Varía en la raíz. Las palabras se adaptan con el uso y van modificándose y creciendo con nosotros. Sin embargo, si se mira al bolsillo y lo pragmático vienen a ser lo mismo.

Porque vamos a ver, un niño necesita una educación más o menos adaptada a su edad, sus capacidades y sus límites; cualquier adolescente afectividad, saberse plenamente integrado en el grupo; un joven, apoyo en los estudios, su primera oportunidad de empleo, un ocio y una vivienda accesibles; un adulto, unas mínimas garantías de dignidad, de poder decidir cómo quiere vivir, formar una familia, disponer de un trabajo y de unos mínimos recursos económicos.

Todo ello lo avala y asegura la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas, aprobada en diciembre 2006 y ratificada año y medio después por nuestro país. En su artículo 19 se subraya que “las personas con discapacidad tengan acceso a una variedad de servicios de asistencia domiciliaria, residencial y otros servicios de apoyo de la comunidad, incluida la asistencia personal que sea necesaria para facilitar su existencia y su inclusión en la comunidad y para evitar su aislamiento o separación de esta”. Una filosofía y una práctica que en EE. UU. lleva funcionando casi cincuenta años, que en Suecia o Reino Unido viene haciéndolo desde hace dos largas décadas, que ha venido calando incluso en países en desarrollo y que en la Europa 2020 se habrá implementado seguramente en nuestro entorno.

“No hay dinero”, la eterna cantinela. A finales de abril de 2012 la figura del asistente personal es ciencia ficción. Y en Aragón, la prestación económica por tal concepto es sencillamente inexistente. Sin embargo, comunidades como Madrid y Cataluña, especialmente Barcelona, Galicia, Guipúzcoa y núcleos aislados de Aragón vienen demostrando cómo este tipo de asistencia es mucho más rentable, regenera la economía y crea puestos de trabajo. Las ayudas técnicas y la domótica son también fundamentales.

“No hay dinero”, volvemos a escuchar. Mientras la sociedad y los poderes públicos se conciencian, nos queda mucho trabajo de campo por hacer. De ‘dis-capacidad’ a ‘capacidad diversa’ o ‘diferente’ se abre un abismo inmenso. El mismo que se abría desde que la mujer carecía de alma, allá por la Edad Media, hasta que se construyeron los primeros baños para señores y para señoras en la Universidades. Es cuestión de derribar barreras, arquitectónicas e interiores (también nosotros, los diversos). Una muestra, mañana jueves, 26 de de abril, en la I Jornada sobre Vida Independiente y Asistencia Personal en Aragón, en el Paraninfo universitario (Sala Joaquín Costa), de 10 a 18.30 horas.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "La opinión", miércoles 25 de abril de 2012).

Ciudadana en el pleno

Ciudadana en el pleno

ARTÍCULO 1: Enmiendas 1 a 5. Comienza la votación… Finaliza la votación. “Con el retraso en la aprobación de los Presupuestos y tantos recortes perjudicamos a los ciudadanos y frenamos las posibilidades de salir de la crisis” (Izquierda Unida). Artículo 17: Enmiendas 26 y 27, y 28 y 29. Comienza… finaliza la votación. Ni un minuto de intervalo. “Desempleo, Servicios Sociales, medio rural, Universidad… sin apenas recursos” (PSOE). Enmiendas números…

Cuando asistes de público al debate de la ley de Presupuestos de Aragón, las lucecitas del organigrama del hemiciclo, azules o rojas, te van guiando. Como cuando los peques juegan con su consola. El todo se debate por secciones: Justicia, Hacienda y Administración, Economía y Empleo, Bienestar Social, Educación… Escuchas y vas atando cabos. Una Investigación todavía incipiente, las mil necesidades de nuestros pueblos; jóvenes, mujeres, inmigrantes, personas en peligro de exclusión, diversos funcionales (discapacitados). ¿Privatización o servicio público? ¿Y los comedores sociales? ¿Hospitales aún inaccesibles? ¿Seguiremos hablando de Dependencia en lugar de Autonomía Personal?

No es un juego de niños, ni pasar de niveles en la Play. Tras de los 38 artículos, 28 adicionales, 6 transitorias y una final de la ley de Presupuestos de 2012, hay un arduo trabajo, un sentar base y comenzar a sanear la situación. Pero a veces, corriente ciudadana, te preguntas: ¿Cómo es posible que hablen de fomentar empleo personas durante años dedicadas al entramado de la política, con su paga segura? Será que una es lega en la materia.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "Día a día", miércoles 21 de marzo de 2012).

Horas lectivas

Horas lectivas

Veinte horas semanales son media jornada laboral. ¿Cuántas horas trabaja un profesor? Conozco a compañeros que dedican infinidad de horas a preparar la clase, pensar cómo acercar los textos a los chavales, invitar a escritores a las aulas… Y no digamos a final de curso o en cada evaluación. Un buen profesional lo es siempre de guardia. Porque entre 18y 21 horas por semana no dan para tanta depresión o jubilación anticipada. La tensión puede venir del roce, la pasión, el seguir día a día con toda el alma. No es tanto impartir unos conocimientos como transmitir motivaciones e interés. Y ahí entra ya el apoyo a cada alumno, personal, específico.

¿Prolongar el horario de los profesores titulares reduciendo auxiliares y docentes de apoyo? Nuestra Constitución, Art. 14, establece cómo “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”. La sociedad también evoluciona, como cualquier especie. La Ley de Integración del Minusválido sentaba los cimientos cuando una ya andaba, es un decir, por la Universidad; y la Ley de Igualdad de Oportunidades, de 2003, prevé la adecuación y los ajustes necesarios de los recursos técnicos y humanos para hacer más accesible, también, la escuela. Hoy nadie se imagina que un niño o una niña no asistan al colegio por su diversidad motora, sensorial, intelectual o el color de sus ojos.

Si se puede elegir, antes clase inclusiva que centro especial. Y de hecho ahí están los cuidadores; pero siempre se dan casos como el de Eva, con Trastorno del Espectro Autista que abandonó la ESO por acoso de sus compañeros. O el de Ismael, a quien nadie ayudaba a guardar los libros en la mochila de su silla de ruedas.

La Ley de Dependencia incluye “contribuir a la contratación de una asistencia personal, durante un número de horas, que facilite al beneficiario el acceso a la educación y al trabajo”. Y la ONU apostaba por la plena inclusión en el sistema educativo ordinario. El 78% de alumnos españoles con problemas están escolarizados. ¿Y el día a día? ¿Hay suficientes profesores?

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El meridiano", jueves 23 de febrero de 2012).

Yo estuve allí

Yo estuve allí

Borradores. Habíamos quedado en el Parque, era por marzo. ¿Por qué escribes? Mis primeras respuestas, obviedades. Había que ir caldeando el ambiente. Una buena entrevista no es posible hasta que la cámara se te vuelve invisible. Entonces sí. Presentaba Poesía completa, de Manuel Pinillos. Y nos fueron grabando paseando, a mi pareja y a mí. Las ramas de los árboles se mostraban desnudas. Jardines, el Cabezo, los rincones amados. “Nadie nacemos sabios, maestros en dar forma a los arroyos”. Tomamos un café como reposo. Segundo acto.

Subieron a mi casa y grabaron la noche a través de la terraza, mi otra gran inspiradora. “Irían transformándose el horizonte y mi cuerpo cuando fui reuniendo mis poemas”. “Pilar es poeta, estudiosa y apasionada de la cultura. Pinillos es su obsesión, y así lo ha plasmado en varios análisis e investigaciones a lo largo de veinte años. Acaba de editar Poesía completa en Prensas Universitarias. Simultáneamente publica un libro entre amoroso y místico, La manzana o el vértigo. Tiene seis o siete poemarios editados.

“Pero no. Era de noche, otra vez, cuando aquel profesor dijo que en mi interior sólo había madera. Pero faltaba savia, contornear las formas, intimidad de luna. No sabía el esfuerzo que supone ponerles corazón a las palabras”.  Un guiño a mi maestro, Rosendo Tello. La cotidianeidad se iba transfigurando en el espejo de Alicia, y en la pantalla fueron apareciendo Epifanía de la luz, Historia de amor en Florencia, Flor de agua, El corazón en vilo… Un ejemplo de pasión por la vida y la creación. Es articulista de opinión y crítica literaria, y tiene muy claro lo que realmente quiere. “El amor, siempre el amor; en mis artículos intento destacar temas de mujeres. Y me gusta la noche”.

Codearse en el mismo programa con el historiador Pedro Rújula, Rafael Bardají, el pianista Miguel Baselga, Julio Cortázar o el grupo musical ‘La señal de Flint’ no es cualquier cosa. Gracias al inclasificable Antón Castro, Teresa Lázaro y Yolanda Liesa, productoras, y la excelente redactora Ana Catalá Roca, que muy pronto sería amiga mía y la lectora pública de mis versos.

Un granito de arena en el inmenso océano de doscientas ochenta emisiones, cinco años y medio en antena. Hasta siempre, en el alma. Las campanas doblan por ‘Borradores’ y por la cultura de verdad.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El meridiano", lunes 23 de enero de 2012).

Cuesta del 2012

Este año se nos adelantaron las rebajas. Venían los camellos por Oriente cuando ya nuestros grandes almacenes anunciaron sus gangas en esos cartelones para cortos de vista. ¿Quién distingue una estrella entre tanta luz aséptica y de bajo consumo?

Algunos degustamos el turrón antes de las navidades. Porque luego vendría el tío Paco. El gas, las autopistas, el gasóleo, el franqueo de las cartas postales, los transportes urbanos… Los pisos siguen a la baja y a las empleadas del hogar, cada vez más autóctonas, hay que darles de alta en la Seguridad Social por una hora que trabajen. Las colas del Inem y de los contenedores de los hiper crecen de día en día.

Solución: las tijeras. Puestos a recortar, un estudio europeo ha demostrado cómo la capacidad intelectual y memorística ha disminuido de los sesenta a los cuarenta y cinco años como media. Al menos, nos han dicho que las pensiones no se tocan, e incluso se incrementan levemente. Porque no se rebaja la edad para morirse. Ahí está Hawking y sus setenta primaveras.

Claro que la excepción confirmó siempre la regla. Sobrevivir más de medio siglo con una esclerosis lateral amiotrófica (ELA) no es lo más habitual. ¿Y los campus sin barreras? ¿Y las progresivas adaptaciones? ¿Y las ayudas técnicas en su vida académica y personal? ¿Y el transporte? Su segunda esposa era su enfermera. Pero una pareja con uno de sus miembros gran dependiente precisa de asistencia personal, algo que en el Reino Unido y en tantos países europeos, pese a la crisis, es como el pan de cada día.

Nosotros, de momento, sigamos conformándonos con tijeras para diestros y zurdos. Y ya que la cuesta de enero pudiera llegar en 2012 hasta diciembre, que nos construyan rampas no muy empinadas –lo que puede crear empleo-; que podamos subirla.

                                                                                  María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", miércoles 11 de enero de 2012).

Los Reyes crecen

Los Reyes crecen

¿No hay ya más regalos? Los niños se acostumbran a los Reyes y Papá Noel, su cumple, la fiesta del cole… Después viene la moto, el carné, la primera vez… Más tarde la hipoteca, el monovolumen, los libros de los niños, la dieta…

Pero eso era antes, cuando no había crisis. Ahora que los niños ya no vienen con un pan ni un cheque bajo el brazo hay que fajarlos prietos desde que nacen; aunque no tanto como a nuestros abuelos en la posguerra. Pero sí enseñarles a que todos los días no toca coche ni chuches. Y que hay compañeros sin juguetes y sus papás no pueden trabajar. Y, si cogen rabietas, ya se les pasará. Nunca educar fue fácil.

No con aquellas viejas máximas: “Los mejores amigos, el  maestro y los libros”; ni mucho menos “La letra con sangre entra”. ¡Qué barbaridades nos legaron a veces los dichos populares y una educación sin vocación! Pero habrá que seguir desvelando con ellos el misterio, la magia de los libros. Desentrañar la esencia de los números, los problemas de Mates. Y, sobre todo, descubrir el valor del esfuerzo en solitarios. Que aprendan a pescar y mojarse el culo;  no darles los pescados triturados ni solo las comidas que les gustan.

Los padres, los adultos son el mejor espero. Si no se lee en casa, ¿qué pasión va a nacer? Si pesa más el gimnasio, la hipoteca, los plazos para el coche, los problemas conyugales, difícilmente van a poder los padres ayudar a unos señores Magos que se han hecho viejecitos y no pueden cargar con los regalos. Y el chaval, por mucha consola e Internet, va a crecer muy solo como para ocuparse de otros compañeros. ¿Crisis sólo económica?

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "La columna", "Contraportada", jueves 5 de enero de 2012).

Memoria colectiva

Memoria colectiva

“Francia realiza ahora esfuerzos para salvarse. A la crisis económica le sigue ahora la crisis política. Movimiento revolucionario en Lisboa. Filomeno Cántara, jefe del movimiento subversivo, envía un ultimátum al

Imagen: http://misiglo.files.wordpress.com

Gobierno. Tiroteos en la Rotonda. Severísimas medidas de precaución en Oporto. Una anciana fue sepultada al derrumbarse una pared”. Miguel Delibes, en Mi idolatrado hijo Sisí, retrata la Europa de 1925.

“Manuel durmió durante algunos días en los bancos de la plaza de Oriente y en las sillas de la Castellana y Recoletos. Algunos céntimos que ganó subiendo maletas de tas estaciones le permitieron ir viviendo. (…) Hubo días en que no comió más que tronchos de berza cogidos en el suelo de los mercados”. ¿Una escena habitual en nuestras calles? Ideas por superar la crisis y sostenibilidad nunca faltaron: “-¿Tú te figuras el dinero que vale toda la basura que sale de Madrid? -Yo, no. -Pues haz la cuenta. A sesenta céntimos la arroba, los millones de arrobas que saldrán al año. (…) Otra de las ideas fijas del trapero era la de regenerar los materiales usados”. Pío Baroja, La busca, 1904.

Podemos ir un poco más atrás. “La situación financiera era patética. En 1906 y 1927 hubo suspensiones de pago de la Corona que dieron paso a una voluntad de reforma de las costumbres hacia actitudes más austeras. Se dispuso, por ejemplo, una pragmática contra el lujo excesivo y se propuso una limitación de las fiestas. El lujo desmedido del vestuario o las joyas que revelan los inventarios de la época, un tren de vida que las clases medias trataban de imitar, la todo ello son realidades que lastran la salida del feudalismo de la sociedad hispánica”. ¿Y no son de ayer mismo expresiones como “La primera y principal agonía de los hombres de fines del siglo XVII radicó en la amenaza de la desintegración de España”? O también “El rearme del poder estatal se dirigió, sobre todo, a la confrontación con la Iglesia”. Las recoge Ricardo García Cárcel en Memoria de España.

La historia se repite, aunque Unamuno habla de intrahistoria: “Esa vida intrahistórica, silenciosa y continua como el fondo mismo del mar, es la sustancia del progreso, la verdadera tradición”. Igual que en Nochebuena hablaría Don Juan Carlos.

                                           María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "Con DNI", miércoles 28 de diciembre de 2011).

Al otro lado del espejo

Al otro lado del espejo

LA OPINIÓN | El 22 de noviembre, la sociación Zaragoza Vida lndependiente, que aboga por los derechos de las persoras con discapacidad, presentó en las Cortes su propuesta sobre asistencia a grandes dependientes.
Por Moría Pílor Mortínez Borca

“Algunos nos confunden con enfermos, concepción totalmente erradicada. El término correcto es ‘persona con diversidad funcional’”

Por los años cincuenta del siglo pasado, en las universidades no había baños de señora. Tampoco se necesitaban. El uso va cambiando la forma arquitectónica y de pensar.

Sabía de su vida a través de Internet, la radio y “Las cerezas”, el espacio nocturno ¿o trasnochado? de Julia Otero. Pero conocer a alguien cara a cara puede cambiarte el resto de tus días y hasta la concepción de la existencia.

Coincidía en Madrid con Javier Romañach, miembro del Foro de Vida Independiente, tetrapléjico a causa de un accidente que le hizo polvo la columna a la altura de la sexta cervical –lesión más grave que la de Ramón Sampedro-. “Nos falta una filosofía, principios y hasta léxico”. ¿Subnormal? ¿Inválido? ¿Minusválido? ¿Dependiente? ¿Quizá persona con discapacidad?

“El nuestro es el único colectivo que ya en la definición se infravalora. No se trata de capacidades, sino de dignidad, igualdad y derechos para todos”. Entre unas cinco mil asociaciones, no hemos ni siquiera elaborado un ideario común, cuanto más unas líneas de acción, como hicieron en su día las mujeres, respetando la tendencia sexual, la fe o la ideología de cada uno.

“Toda revolución auténtica tiene dos fases: primera individual, después social. Hay que cambiar el chip”. Algunos nos confunden con enfermos, concepción totalmente erradicada en la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad de Naciones Unidas (2006). El término correcto es persona con diversidad funcional: “Funcionamos de forma diferente a la gran mayoría estadística: rodamos en lugar de caminar, nos comunicamos a través de signos, aprendemos de manera diversa… sin que ello nos suponga algún valor negativo”.

¿Por qué nos ofrecen residencias o una muerte digna si no es lo que pedimos? “Es más progre y barato. En Madrid comienza a facilitarse asistencia personal y ayuda económica personalizada, no café para todos. Los primeros grandes dependientes han estrenado piso. Se les cambia la vida, deberías verlo. Íbamos a la cola en Europa”.

En toda la manzana no encontramos un baño. Al final, sólo uno en el IMSERSO –anécdota curiosa: daban unos folletos sobre la inclusión social de personas sexualmente diversas-. “Algunos de los nuestros no saldrán nunca del armario, pero la opción es libre y personal. Que no sea por la falta de medios”, nos decía Javier.

“Tendrías que venir a la manifestación”, me invitaba Javier. El agua aún no es un derecho de todos; ni las playas, los spas, las piscinas, los parques naturales son siempre universales. Mientras, el Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea emitía su primera sentencia a favor de la no discriminación –un padre era excuido del trabajo por la diversidad de su pequeño-; y Estrella, una joven con parálisis cerebral, esperaba un primer hijo. “Ya sabes que sólo se ve la parte trasera del reloj en el espejo” (Lewis Carroll).

(Heraldo de Aragón, "Opinión", "La opinión", lunes 5 de diciembre de 2011).

Sufragio accesible universal

Sufragio accesible universal

Imagen: iguazunoticias.com

En pleno siglo XXI el sufragio universal es batalla ganada. “Los locales electorales deberán disponer de un espacio concreto, accesible y adecuado, que garantice la privacidad del elector” (Reglamento sobre las condiciones básicas para la participación de las personas con discapacidad en la vida política, 25 de marzo de 2011).

En los anteriores plebiscitos generales el sesenta por ciento de los colegios electorales eran inaccesibles, según estudio del Foro de Vida Independiente en Madrid. Se obviaba la LIONDAU (Ley de Igualdad de Oportunidades, No Discriminación y Accesibilidad Universal), que exige la “accesibilidad de los edificios y entornos (…), la supresión de barreras a las instalaciones y la adaptación de equipos e instrumentos”.

Y está de cine que una persona sorda pueda ser miembro de la mesa electoral; que un invidente ejerza su derecho a la privacidad gracias al sistema braille; que una vez accedamos al recinto se nos trate de igual a igual; que se nos acompañe “en el itinerario hasta la mesa electoral correspondiente, sin empujar o tocar, en su caso, la silla de ruedas a menos que la persona con discapacidad lo solicite”.

Sólo que para ejercer nuestro derecho al voto debemos levantarnos, asearnos, vestirnos, bajar hasta la calle y sortear aceras sin rebajes, estrecheces, coches inoportunos justo en mitad del paso… Y ahí está la familia, mientras la edad y el cuerpo la mantienen en pie.

Salvadas las barreras, se suele poner la confianza en quienes más apuesten por la igualdad real. La educación, un empleo digno, el transporte universal… Tranvía ya tenemos, ¿cuándo los autobuses para todos? ¿Llega a cumplirse el cupo en los concursos públicos? ¿Una escuela inclusiva sin profesores de apoyo? Según la Convención de Naciones Unidas, “Las personas con discapacidad deben tener acceso a una variedad de servicios de asistencia domiciliaria, residencial y otros servicios de apoyo de la comunidad, incluida la asistencia personal”. No más de dos o tres horas dianas en España.

¿Me espera nuevamente el escalón en el colegio el domingo 20 N? Claro que con sacar la urna a la calle papeleta resuelta.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Opinión", "El meridiano", martes 8 de noviembre de 2011).

Cultura de difuntos

Cultura de difuntos

Hace muy pocos años que descubrí la muerte. Cuando somos pequeños, adolescentes, jóvenes, la muerte queda lejos, recluida en el reino de los fantasmas, los zombis. A no ser que algún hecho fatídico, un accidente, una pérdida te haya helado por dentro con herida mortal.

Hay un tiempo en la vida en el que todo parece sucederse sin altibajos: juegas, aprendes a leer, vas creciendo, te cuelas por un chico, buscas trabajo… Después, en un tris tras, te ves enamorada, con pareja, con uno, dos o tres hijos como mucho. Y un día, de repente, tu padre se jubila, tu madre no recuerda dónde pudo dejar el monedero. Y cambian los papeles, es el principio.

A mí me sucedió cuando el tío, aquel día, ya no pudo subir al autobús. Después, la residencia, las visitas a un lugar compartido que no era el nuestro, el lento deterioro. Como si el tiempo comenzara a girar en sentido contrario a las agujas. Todo va más deprisa desde entonces, las horas se recortan, se trastocan los ritmos. Hay más cosas que hacer; quizá para olvidar que la vida comienza a tener huecos, ausencias, añoranzas. Quizá por eso se disfraza de Halloween, calabazas con velas encendidas.

“Lo esencial cuando llega no hace ruido”, dice Alejandro Céspedes. Y llega sin aviso, como la vieja dama de las antiguas coplas medievales. Como el cine de zombis y vampiros, las narraciones góticas y el negro, tan de moda entre los jóvenes. ¿Persisten las culturas? También mueren. Abel Hernández refleja un pueblo castellano que se desmoronó poco a poco. Me recordaba al pueblo de mis padres, en el que han demolido las casitas en ruina, los corrales, el vetusto edificio de todas las historias que me han ido narrando desde niña. ¿Cuántas muertes nos caben en una vida? Cuánta vida en la muerte.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Opinión", "Día a día", miércoles 2 de noviembre de 2011).

Pilar entre ruedas

Pilar entre ruedas

Nunca comprendí el letrero en el ascensor de unos cines de Zaragoza: “Para uso de minusválidos y discapacitados”. Tampoco entiendo que a las personas con discapacidad se les meta en el mismo saco que a los profesionales de la comunicación. La otra noche, asistí a un concierto. Faltaba media hora. “Puedes permanecer a su lado, a no ser que esto se llene de periodistas y debas ocupar tu localidad”. ¡Toma ya! En el Auditorio mi pareja y yo siempre ocupamos dos asientos contiguos, perdón, uno junto a mi silla.

La cosa no terminó ahí. Llegaron dos amigos, uno de ellos apoyado en bastones. Su destino, la primera fila. “Disculpe, la persona que nos vendió las localidades aseguró que no había ningún escalón para acceder”. Minutos después, otra joven con muletas. Le indicaron subir algunas gradas. Otra persona en silla decidió salirse. Otro muchacho más, pero vio el espectáculo de costado.

Continúan haciéndose calles sin aceras rebajadas. Hace poco multaban a otro ciudadano sobre ruedas por ir por la calzada. ¿Y al que hizo la calle? Hay casas nuevas con escaloncito en la entrada. Seguimos sin poder subir al autobús de línea, salvo excepciones; seguimos con las obras del tranvía. No siempre sobre ruedas vamos para delante.

Este verano estuve en uno de los no muchos viajes para personas de movilidad reducida. Una preciosidad: Oropesa del Mar – Marina D,Or. La habitación, no daba para girar la silla –nos la cambiaron-. El entorno: bordillos, escalones, rampitas asesinas… De última generación, de hace dos días. “Habrá un día en que todos…”. ¿Pero cuándo?

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Contraportada", "La columna", sábado 15 de ctubre de 2011).

Yo me indigno

Quería levantarme y sentarme cuando todos, en la misa de niños. No iría a catequesis. Entonces comprendí por qué me quedaba embobaba contemplando la comba de otras niñas, en la calle; o mirando a la ventana de la sala de fisio uniformes de falditas a cuadros y jerséis grises.

Tampoco el instituto: muy cerquita de casa, pero con escaleras que lo hacían  lejano. Como un aldabonazo, y el abrir otra puerta a la rebeldía. ¿Por qué también estaba el vídeo tan alto? ¿Y los libros de mi cuarto? Me llevaban en andas, mi sueño era volar con alas propias.

Escuchar “Tú no puedes” siempre me ha sonrosado el corazón. ¿Y cuando nos ofrecen caramelos? Jamás olvidaré el larguísimo pasillo de mi llegada a clase, como el largo horizonte de toda una carrera y las expectativas de una beca, un empleo que no llegaron nunca. Y la histerectomía. ¿Cómo amar, ser mujer? En mis aguas más íntimas perduraba el deseo de ser madre.

Porque a veces la vida nos vuelve del revés el calcetín. Pude amar. Pude sentirme madre de dos niños preciosos, mis sobrinos. La escritura me fue transfigurando el camino, el horizonte, tendiéndome mil puentes insospechados. Mi trabajo, encender las palabras que van iluminando la caverna. Ahora lo entiendo.

María Pilar Martínez Barca

(Humanizar, "Desde mi sillón", "La fuerza de los límites", Nº 118 -Madrid, septiembre-octubre 2011-).

¿Existe Dios?

¿Existe Dios?

Galilea o el lago Tiberiades, Getsemaní o Caná fueron siempre topónimos de una geografía interior aprendida en la infancia –no había que estudiarlos-. Hasta que, adolescente, me planteé completamente en serio: ¿Qué camino es más recto?

La vida no es sino un sucederse de pequeños instantes. Somos ríos fluyendo hacia un mar sin retorno. Y entre tanto el amor, y esa luz intimísima que todos presentimos pero no siempre vemos. La misma levadura y credos tan diversos como hijos de Dios o estrellas en la noche.

Respetar no conlleva hacerlo todo nuestro. Nunca podré aceptar la muerte en un quirófano porque las transfusiones son impuras. Ni adorar a los dioses, infinitos, que alientan en las plantas del balcón. No me creo que después de esta vida, en ese edén azul que siempre nos pintaron, me reencarne en el cuerpo de un antípoda. Ni veo imprescindible preservar cada sábado por ley.

Ni yihad ni cruzadas. Que el arcángel Gabriel compartiera escenarios del Corán y la Biblia no me lleva a aceptar la ablación como norma. Ni cristos con misiles ni mahomas con alfanjes en alto. Yavé, al igual que Alá, nos hizo a semejanza de la Luz. Newton lo confirmó.

Varios siglos después, Darwin descubrió que las especies no fueron engendradas de la mano de Dios, sino evolucionando milenio tras milenio. “Creo que la Evolución va ha hacia el Espíritu”, afirmaría su contemporáneo Teilhard de Chardin. Y en pleno holocausto nazi, una mujer judía se atrevió a escribir: “Quien busca la verdad, sea o no conciente de ello busca a Dios” (Edith Stein).

Pero de la mística a la razón, de cada criatura al multiuniverso se abre un abismo. “La Tierra fue cuidadosamente diseñada por Dios para solaz de los humanos” (Stephen Hawking). Y hay quien piensa, como César Nombela, catedrático de Microbiología y presidente del CSIC, que “La existencia de Dios es un tema intratable para la Ciencia”.

¿El camino más recto? “Un silencio sin fondo / nos horada por dentro, como rocas / que esperan albergar la desnudez”. Sólo sé que el Amor tomó múltiples rostros que religan culturas, religiones, creencias.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, «Opinión», “El meridiano”, martes 30 de agosto de 2011).

El Papa y los enfermos

Cuando meses atrás anunció el Vaticano la visita a Madrid de Benedicto XVI con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), una expresión me hizo reflexionar: “A las 19.40, hora local, [del sábado 20 de agosto] visitará la Fundación Instituto San José, un centro para enfermos gestionado por la Orden Hospitalaria de los Hermanos de San Juan de Dios”. ¿Enfermos? ¿Internos? ¿Discapacitados?

Según Memoria de 2010, la Fundación cuenta con 392 camas hospitalarias, 1.681 ingresos y 130.280 estancias; acogiendo a enfermos de cuidados paliativos, pacientes de recuperación funcional, afectados de lesión medular o daño cerebral, personas con discapacidades intelectuales o residentes geriátricos.

Para mí, lega en la materia, todas las nieves son iguales. Craso error. No es la misma epilepsia que en tiempos de Jesús; o cuando en 1899 el Marqués de Vallejo y San Benito Menni fundaron el Asilo San José. Nada que ver un accidente de parto o de tráfico con una ELA.

De pequeña yo estaba mucho enferma, con anginas. La parálisis cerebral es una simple huella en el espejo. Cada rincón secreto del lenguaje cobra pleno sentido. Y la historia se repite: cuántas veces queremos entrar en la piscina, igual que el paralítico, y otros nos han quitado ya la vez. ¿Somos eternos sísifos?

Él no vino a dar salud a los sanos, sino a los enfermos. Y en una sociedad como la nuestra, de tanta indignación y tanta noche oscura en la mirada, lo más íntimo del ser adolece de estado terminal. Pero un discapacitado puede no estar enfermo. ¿Paradoja? Sentido común.

Muchos pasamos ya la etapa médico rehabilitadora: si eres diferente has de curarte. ¿No puede ser un ciego mucho más lúcido? Ahí tenemos a Borges. Algunos siglos antes alguien lanzó la duda: “¿Quién pecó, este o sus padres?”. A lo que Alguien respondió: “Ni este ni sus padres. Está ciego para que se manifieste la gloria de Dios”.

La nuestra es otra era: el cielo y los derechos para todos. Quizá la Iglesia vaya también en eso a la cabeza: del asistencialismo a la asistencia personal que tantos diversos funcionales (discapacitados) precisamos. Nuestro Papa si está a la altura de los tiempos, como San Juan de Dios y San Camilo. Vino a inyectarnos Vida en abundancia.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, «Opinión», “El meridiano”, martes 16 de agosto de 2011).