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La lampara encendida

Cortinas de humo

Cortinas de humo

Foto www.shutterstock.com/es

Según el Diccionario de la lengua española, cortina, “tela que por lo común cuelga de puertas y ventanas como adorno o para aislar de la luz y de miradas ajenas”. Y, en consecuencia, “aquello que encubre y oculta algo”; como ese velamen que pende y se descorre en el habitáculo reservado al difunto en los tanatorios. Siempre me impresionó su movimiento, como si estuviese aún insuflado por un último hálito de vida.

Pero en nuestra sociedad y formas de comunicarnos, en privado o público, otras muchas cortinas parecen encubrirnos o minimizar la realidad descarnada de la muerte. ¿A quién no le duele hasta la médula el genocidio y la barbarie de Gaza? Y, sin embargo, en tantas manifestaciones parece obviarse que son dos pueblos que sufren; y que el deseado encuentro de los supervivientes no es sino con restos irreconocibles.

¿Por qué nuestro gobierno se comporta de manera distinta a otros países respecto a la inmigración, y a la africana en concreto? ¿Qué hay detrás? ¿Expiación de culpas familiares? ¿Pactos nuevos? Mientras, siguen muriendo en mitad de la nada y muchos menores, vulnerables, no saben adónde ir.

La controvertida ya en el nombre “memoria histórica” tiene una única dirección. Las mujeres seguimos siendo víctimas del fallo de las pulseras y del mamógrafo. Y en pos y en alabanza del progreso, se confunden derechos positivos –cuidados paliativos–, con otros en general confusos para el común de los mortales –aborto, eutanasia–. No en vano, abortar, interrumpir la gestación del feto. Y eutanasia, “intervención deliberada para poner fin a la vida de un paciente sin perspectiva de cura”. Antónimo de eugenesia, o sinónimo, por el lado opuesto.

Mientras, los enfermos de ELA, pasado un año de aprobada la ley, siguen esperando y muriendo. En el duelo homenaje por Sandra, la niña de 14 años que se quitó la vida por acoso escolar, se formó una cortina de lágrimas y velas, y una foto de su rostro, hermosísimo. No hubo protocolo. ¿Hubo culpables? Y cabe preguntarse si el artificio o cortina de humo impedirá a la muchacha un hálito de vida y esperanza en la otra esfera, y a su familia recomponerse y revivirla en paz. Cortina de humo, “masa densa de humo, que se produce artificialmente para dificultar la visión”. ¿Hasta cuándo tantas falsas cortinas?

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora.

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 26 de octubre de 2025).

Una lanza por la paz

Una lanza por la paz

Foto https://legrandcontinent.eu/es/

Los premios siempre fueron aleatorios. Pero cuando en 1901 comenzaron a entregarse los Nobel, por deseo y testamento de Alfred Nobel –inventor de la dinamita–, nadie podía imaginarse que en su 124 edición iban a ser tan fecundos como polémicos.

Este año nos ha sorprendido en Literatura el húngaro László Krasznahorkai, licenciado en Derecho, Educación para Adultos y escritor. Autor de Tango ´satánico, Melancolía de la resistencia o Al Norte la montaña…, sus novelas se caracterizan por el retrato apocalíptico de toda una sociedad y las frases especialmente larga, alguna de hasta 161 palabras. Premiado “por su obra convincente y visionaria que, en medio del terror apocalíptico, reafirma el poder del arte”.

Aparte de sus dimes y diretes y los puntos de vista tan diversos respecto a los premiados, los Nobel siempre destacaron a aquellos que sirvieron de uno u otro modo a nuestro mundo en sus distintas épocas. Este año 2025 va por tríos. En Economía, Joel Mokyr, Philippe Aghion y Peter Howitt, por haber impulsado el crecimiento a través de la innovación. “El estancamiento económico, no el crecimiento, ha sido la norma durante la mayor parte de la historia de la humanidad. Su trabajo demuestra que debemos ser conscientes de las amenazas al crecimiento continuo y contrarrestarlas”.

En Medicina, se lo han llevado Mary E. Brunkow, Fred Ramsdell (estadounidenses) y Shimon Sakaguchi (japonés), por su estudio sobre la tolerancia inmunológica, y su futura repercusión en la cura más eficaz de enfermedades y en el no rechazo de trasplantes. En Física, John Clarke, Michel H. Devoret y John M. Martinis, por sus experimentos en cuanto al túnel cuántico en sistemas macrocósmicos –ya me lo explicarán los lectores expertos en la materia–. Y en Física, el japonés Susumu Kitagawa, el británico Richard Robson y el jordano Omar M. Yaghi, por el desarrollo de estructuras metal-orgánicas, cruciales en la industria electrónica.

Uno de los premios más controvertidos es siempre el de la Paz, como el de María Corina Machado, “por su incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo venezolano y por su lucha por lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”. Primera en su promoción en Ingeniería, madre de familia, luchadora impertérrita. “… todos cuantos allí vivían se habían ido, no quedaba ni un alma, no se veía ni a un niño perdido, ni a un vendedor de pastas, ni una cabeza que, espiando inmóvil y atenta tras las rejas de una ventana, se retirara de improviso” (László Krasznahorkai).

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora.

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 19 de octubre de 2025).

Pilares paralelos

Pilares paralelos

Foto escena de Los pilares de la tierra. El musical

Un viaje a la Inglaterra del siglo XII a través de “Los pilares de la tierra, el musical”, basado en el best sellers de Ken Follet. Tom, un modesto y lúcido albañil, perseguido por la muerte y la desgracia, que sueña sin embargo con levantar una excelsa catedral. Del románico al gótico, de lo ruin de la tierra a lo trascendente, por la obra van pasando las intrigas de Hamleigh y el obispo Waleran, el sacrificio de Aliena, hija de un conde destronado, la magia de la mujer del bosque o la abadía de Kingsbridge, la lucha y ambición entre reinados, el amor y la muerte, la traición, la venganza, las corruptelas. Y vemos retratado en el musical nuestro mundo de hoy.

Al día siguiente nos fuimos a Portugal y los márgenes con la música tecno-religiosa-Infanticos del padre Guilherme, el cura DJ más enrollado. Te envuelve el ritmo y de dejas llevar, y disfrutas, en una adolescencia eterna, una más entre veinte mil personas, racimo bien nutrido de la vid. Igual que en el Pregón del sábado día 4, con los reyes del cine aragonés, desde esa plataforma acondicionada para festeros con diversidad funcional. El “Canto a la liberad” de Labordeta y Pablo López culminarían la velada.

Pocos años he disfrutado tanto del espectáculo de Luz y Sonido en el Parque Grande. Canciones americanas y de película: “La bella y la bestia”, “La sirenita”… empezando por atrás. Esa noche no estaban en la fuente los patitos, de los que me hice amiga este verano.

El Auditorio Princesa Leonor se vistió de gala –aun sin espacio de buena visibilidad todavía para sillas–. “B Vocal Cantando a los 30”, martes y miércoles. De Asia a New York, de Rusia a Boquiñani, nos emocionaron y divirtieron; con la presencia de algún miembro histórico y un repertorio que a muchos nos rejuveneció. Y “La zarzuela con los grandes de la jota”, el no va más. Monserrat Martí Caballé, Beatriz Gimeno, Nacho del Río, Beatriz Bernad, Miguel Ángel Berna y otros cien artistas de primera.

Y falta por salir lo mejor, aparte de la procesión y los gigantes. Hoy la Ofrenda de Flores; mañana la de Frutos y el Rosario de Cristal, con mi traje de piñorra y mi querido Centro Soriano. “Creo que aún se puede hacer algo en este mundo que va hacia la oscuridad más absoluta” (Isabel Guerra, Alma Mater Museum).

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora.

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 12 de octubre de 2025).

María de la Esperanza

María de la Esperanza

Foto Casa de la Iglesia

Ya el viernes, precediendo al pregón de Javier Macipe, Paula Ortiz y Pilar Palomero, diversos actos. Acaba de empezar. Conciertos en la plaza del Pilar, feria de artesanía y gastronómica, espectáculos de luces y sonido en el Parque, Los pilares de la tierra y otros teatros, vaquillas, juegos populares, B Vocal o La zarzuela y los grandes de la jota en el Auditorio Princesa Leonor. Protagonismo de los barrios, actividades infantiles, espacio zity y música para jóvenes.

La fiesta comenzó el pasado martes 30, con el Jubileo de la Esperanza de los profesionales sanitarios­. De nuevo contamos con la experiencia y el buen decir de José Carlos Bermejo (Centro de Humanización de la Salud). Basándose en su libro Los siete apellidos de la esperanza, empezaría definiendo lo que no es: ilusión, sueño, utopía… Según Laín Entralgo y otros autores clásicos, la diferencia está entre espera y esperanza. La segunda es confianza e información, confiar en que el tren lleva a buen destino porque te has informado; y también ver “más allá” del momento presente.

Esperanza: “Estado de ánimo que surge cuando se presenta como alcanzable lo que se desea” (Diccionario de la lengua española). Tim Guenard narraría su vivencia de la esperanza en el libro Más fuerte que el odio. Niño abandonado por su madre; atado por su padre a un árbol, donde lo fustigaba y acabó rompiéndole las piernas; entra en un orfanato a los 9 años en el que abusan de él; obligado a prostituirse a los 11. Hoy es un padre feliz y acoge a niños con problemas. Lo opuesto a la esperanza no es la desesperanza, sino la desesperación.

Siguió una interesante mesa redonda, moderada por el periodista Juanjo Hernández. Participarían Rogelio Altisent, médico y profesor de la Universidad de Zaragoza, cuyo equipo está implementando la realidad de la Humanización de la Salud en Aragón; Irene Aznar, enfermera del hospital San Juan de Dios, y Patricia Palazón, Gerente del Miguel Servet; Miguel Aranaz y Elena Soria, matrimonio capaz de superar el ictus de él, médico de familia, y su posterior enfermedad y diversidad funcional; Miguel Ángel Estella, consiliario de la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes.

Acompañamiento familiar, sonrisa, pequeña superación de cada día y el nombre del paciente a la cabecera. La niña Esperanza lleva de la mano a la Fe y al Amor. ¡Felices fiestas!

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora.

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 5 de octubre de 2025)l.

Psicologia del perdon

Psicologia del perdon

Foto Associated Press / LaPresse

+“¿Están presentes los valores en la mafia? ¿Y en un grupo terrorista? La respuesta es: sí”. Comentaba paradójicamente Miguel Ángel Millán en la presentación de su libro, Humanización y gestión por valores, de la mano de José Carlos Bermejo (Centro de Humanización de la Salud). El concepto de valores y sus tipos, en la empresa, la ONG, la fundación, la comunidad humana o religiosa; el liderazgo… Y el hecho de gestionar todo ello desde la humanización, un sustantivo tan en boga en los diversos ámbitos, y tan difícil de declinar.

Junto a los contra valores. El filósofo José Antonio Marina en su último trabajo, La vacuna contra la insensatez, nos habla con sus propias palabras de un fenómeno cada vez más frecuente en las redes sociales y en nuestra sociedad: la psicología de lo oscuro. Es algo terrorífico

“La manipulación psicológica se define como una forma de influencia social que

busca alterar el comportamiento y las percepciones de los demás, mediante el uso de tácticas que son indirectas, engañosas y poco claras” (Alejandro Mendoza, Manipulación y Psicología oscura). Se habla de depredadores psicológicos y de sus cuatro rasgos esenciales: narcisismo, maquiavelismo, psicopatía y sadismo, tan estudiados desde la psicología clínica, la aplicación de la ley o la gestión empresarial.

Se trata de manipular y confundir a la persona mediante técnicas como “gaslighting”, proyección, aislamiento, castigo… Pero no nos vayamos a lo clínico ni nos centremos en las mujeres maltratadas. Putin, Netanyaju, Trump, Pedro Sánchez y consorte… las fake news sobre Eurovisión o Israel… Está a la orden del día. Y si bajamos de nuevo del plano político al cotidiano, empresarial, residencial, doméstico, la manipulación puede darse también en el cuidador o cuidadora de personas mayores y con diversidad funcional. “Aunque los valores son intangibles, tenemos que ser capaces de integrarlos en la gestión” (M. A. Millán).

Autoestima, bondad como persona, calidad profesional, los mejores antídotos. A la psicología de lo oscuro se sobrepone la del perdón: “Lo perdono porque es lo que hizo Cristo. La respuesta al odio es no odiar” (Erika, viuda de Charlie Kirk).

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora.

 (Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 28 de septiembre de 2025).

Ecología integral

Ecología integral

Foto Centro Pignatelli

La Tierra como fuente de vida y de progreso tiene una larga tradición. El Cantar de los cantares, los profetas, los salmos, las bellas palabras de Jesús en Tiberiades o en el Monte Tabor. El “Canto de las criaturas” de San Francisco de Asís, el Cántico espiritual de San Juan de la Cruz, o el Himno del universo de Teilhard de Chardin. La encíclica Laudato si del papa Francisco, junto a las inquietudes ecológicas de sus predecesores y de su sucesor. La obra de poetas más y menos célebres… Reflejan nuestra unión a las raíces que nos nutren y a la casa común.

“Sol y luna, bendecid al Señor; / astros del cielo, bendecid al Señor. / Lluvia y rocío, bendecid al Señor; / vientos todos, bendecid al Señor”. A poco que hayamos leído y estudiado, o que busquemos en Google, sabemos que estos versículos pertenecen al profeta Daniel, 3, 62-66. Que el canto gregoriano de algunos monasterios transforma en algo tan hermoso como profundo. ¿Y estos otros versos? “quiero coger todas las cosas del cielo y de la tierra, / y decir un solo nombre que diga: todas-las-cosas-mías”. Una visión ciertamente sui géneris en Esperar no es un sueño, de Manuel Pinillos, discípulo de su admirado Teilhard de Chardin.

El jesuita Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955), influenciado sin duda por su padre, naturalista, y sus posteriores estudios, concibe un panteísmo cristiano realmente interesante; junto a una evolución, de la materia, la vida y el espíritu, que lleva a una supraconciencia o colectividad de las creencias individuales, solo frenada por el aislamiento y la marginalidad. La mayoría de las ediciones de su obra fueron póstumas.

“Recibe, Señor, esta Hostia total que la Creación, atraída por tus gracias, te presenta en esta nueva aurora” (“La Misa sobre el mundo”, en Himno del universo). Si hace más de 50 años Juan XXIII escribió Pacem in terris ante la amenaza nuclear, y Pablo VI hablaba abiertamente de crisis ecológica, hoy, en este mes de septiembre dedicado a la Ecología por las distintas diócesis eclesiales, y mujeres y hombres con sentido común, urge tomar conciencia y medidas, que frenen el cambio climático, posterguen la pobreza, traigan hábitos saludables a nuestras vidas e inoculen la paz en cada corazón.

“Al final nos encontraremos cara a cara frente a la infinita belleza de Dios y podremos leer con feliz admiración el misterio del universo” (Laudato si).

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora.

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 21 de septiembre de 2025).

Morir en vivo

Morir en vivo

Foto www.elpais.com / instagram

Hará unos 15 días estremecía los medios la aberrante noticia de cómo Raphaël Graven, alias Jean Pormanove, fallecía en un vídeo en directo, en el que era vejado y golpeado, durante 289 horas, por otros dos colegas en el papel de maltratadores. Hoy socialmente se cuestiona el valor de la vida y de la muerte. Cada vez más adolescentes y adultos se sienten atraídos por los desafíos y retos en las redes, sin caer en la cuenta de que se les puede ir la vida en el intento.

Ingerir canela en seco y nuez moscada; tomar cápsulas de detergente por caramelos; consumir vodka con electrolitos y saborizantes; o abofetear al amigo desprevenido con las suelas de unas chanclas. Usar el coche como tabla de surf; llenarse los mofletes y el estómago de comida picante, o cocinar un pollo con medicamentos. Interrumpir el aire de la respiración y las horas de sueño; aumentar la dosis de cafeína, o mezclar bebidas extrañas y nauseabundas. Collares y pistolas eléctricas no se quedan fuera. Son solo algunas de las “bromas” a las que se somete al ¿neófito? jugador.

Secuelas físicas, digestivas y cognitivas, mareos o vómitos, parecen dar igual. Se pertenece al grupo, al rebaño, y es lo que el grupo marca. Salir puede significar condenarse para siempre. Y está el otro lado. “He estado a punto de ser abuela, pero mi hijo no quiso. Cuesta mucho un niño en esta vida”. ¿Cuántas mujeres no escucharemos algo similar de labios confidentes?

Quizá debamos desmontar algunos mitos actuales. De la muerte no se vuelve nunca a esta realidad que conocemos, a no ser en casos muy severos de catalepsia: “trastorno neurológico que provoca una pérdida temporal de la movilidad y sensibilidad, y una disminución tan marcada de las funciones vitales que el cuerpo puede parecer sin vida”. El autor de Oda a la vida retirada, Fray Luis de León, parece que la padeció y fue irreversible. Nadie lo escuchó volver en el fondo de su tumba.

Y no sé cómo decirlo con palabras de hoy. poder abortar no es un avance ni un derecho femenino. La criatura muere destrozada, y a la madre, que lo sigue siendo, le quedan secuelas físicas y psicológicas de por vida. Nada que ver con la política, sí con la creación: “Vivir quiero conmigo, / gozar quiero del bien que debo al cielo, / a solas, sin testigo, / libre de amor, de celo, / de odio, de esperanzas, de recelo” (Fray Luis).

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora.

(Herado de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 14 de septiembre de 2025).

El último sereno

El último sereno

Fotografía de archivo / EFE

La vida no se detiene nunca. La semana pasada nos dejaban la actriz Verónica Echegui, a sus 42 años, cine, teatro, televisión y cinco nominaciones a los premios Goya; Manolo de la Calva, el imprescindible del Dúo Dinámico; Eusebio Poncela, el actor que dejó su impronta en tantos personajes desde el inicio de la democracia; y Manuel Amago, el último sereno de Madrid.

“Fue mi primera educación sentimental. Sazonada por los serenos, que vigilaban y abrían alguna que otra puerta por las noches; por los titiriteros, que paraban en la calle Delicias, a tutiplén todavía de coches, o en alguna de sus bocacalles, con su cabra, su perra y su monito; por los afiladores, eso hasta años después”.

El oficio debía de existir desde el siglo XVIII, y tenía otros cometidos que luego se vieron reducidos en el XX. Con su gabán, gorra de plato, palo, pistola y todas las llaves de la calle, manzana y aledaños. Cuando alguien olvidaba las llaves de su casa, entre las 11 de la noche y las 5 de la madrugada, resonaba impertérrita la voz: “¡Sereno!”. Y era al mismo tiempo la policía nocturna de la época, se hacía respetar.

Uno de los primeros programas que recuerdo, en familia, en el salón al fondo del pasillo, el “La, la, la” de Massiel. Compuesto según se ha dicho estos días por De la Calva y Arcusa, que crearon también para Joan Manuel, Julio Iglesias, Camilo Sesto o Nino Bravo. Comenzaron a cantar en la fábrica, hicieron la mili en Zaragoza, grabaron varias películas, actuaron en el Fleta y en Radio Juventud. Pero en el 68, a mis 5 años, apenas quedaban serenos en las Delicias.

Manuel heredó la profesión de sereno, después guarda nocturno o guarda urbano, de su padre, a los 22 años. Denunció a una pareja “in fraganti”, acompañó a presos en la cárcel, condujo más de una vez a Adolfo Suárez a su portal. “Resistiré / para seguir viviendo / soportare los golpes y jamás me rendiré / aunque los vientos de la vida soplen fuerte”. La canción que se popularizó en la pandemia.

Así resistiría Manuel Amago hasta 2011, el año del ictus; el año en el que el Dúo Dinámico volvió a grabar conjuntamente con Los Pecos “Somos jóvenes, amor, / somos jóvenes, los dos, / es fantástico vivir / y poder cantar así”. Sereno, según el Diccionario de la lengua española: “Encargado de rondar de noche por las calles para velar por la seguridad del vecindario, de la propiedad, etc.”.

Cualquiera de los dos Manueles, donde quiera que estén, nos seguirán velando.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora.

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 7 de septiembre de 2025).

La otra infancia

La otra infancia

Foto Irene Escudero / Heraldo

“Me veo en la calle Delicias, asomada con mi madre a la galería de la cocina. Allá abajo, en el principal, los chicos de los Lorente jugaban en su terraza. Yo los envidiaba en silencio: tenían una terraza grande, eran cuatro, tres niños y una niña, y además iban al colegio. Más abajo, debajo de nuestra casa, todavía parcelas, un gallo cantaba cada mañana. (…) Las mañanas eran eternas y muy felices”.

Parece que el género literario de las memorias está en boga y he comenzado a redactar las mías. Una niña que no fue a la escuela y tuvo mucho tiempo para estar con los suyos y pensar, que conoció su propio paraíso en los Viveros municipales, donde trabajaba el tío Fermín; y también los fantasmas de la pre adolescencia y la soledad. Las colonias con otros compañeros fue algo mágico.

Poco a poco, fueron cambiando las cosas, y los niños sentaditos y con otras diversidades funcionales (intelectuales, sensoriales…) pudieron ir al cole. Son ya varios veranos en los que pequeños con cáncer, en proceso o en vías de superarlo, y sus familias disfrutan, gracias a Aspanoa, Fundación Aladina, la Asociación Española contra el Cáncer y otras ONG, disfrutan de campamentos nacionales e internacionales, o entornos bellísimos como el Pirineo, que ayudan a conllevar, paliar o mejorar la enfermedad.

Recuerdo a Natalia y a los niños de Chernobil, que venían a pasar sus oasis de verano con familias europeas. Y los de tantas guerras, campos de refugiados y catástrofes; ahora los marroquíes. Sudán, Irak, los menores que vienen cruzando el mar sin destino alguno cierto…

Lo que ya es intolerable es la hambruna, declarada abiertamente por la ONU, a la que se ha sometido a la población de Gaza, una pequeña franja de la tierra de Jesús (pocos cristianos quedan) y de las otros dos grandes religiones monoteístas. No hace falta que Médicos Sin Fronteras, la OMS, la FAO, el PMA y Unicef nos alerten. Lo vemos en la tele y hay testigos directos: pequeñas y pequeños esqueléticos, sin fuerza para masticar, deglutir ni llorar. Las cifras claman al cielo. Da igual Herodes que Pilatos, Nentayaju o Trump. Cuando se adora al Cordero de Oro, la paz de los corazones queda en la fosa común. “Vuelve a tus niños, Señor. Date prisa en socorrerlos”.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora.

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El Foco", domingo 31 de agosto de 2025).

La huella del dragón

La huella del dragón

Foto José Carlos Bermejo. Incendio visto desde el CEHS, en Tres Cantos (Madrid).

Orense y Lugo, Asturias, Cantabria, Navarra, Cataluña, comunidad valenciana, Murcia, Andalucía, Extremadura, Castilla León, Madrid, Mallorca. Arde España con más intensidad que nunca. Y no digamos Portugal y el resto de Europa. El dragón de San Jorge, un símbolo tan aragonés, parece haber querido tomársela por su mano este verano.

Daroca fue el más cercano, aunque controlado relativamente pronto. Mis queridas Ávila y Salamanca, especialmente castigadas. Y León y el Bierzo, y Zamora, donde tan bellos momentos pasaríamos. Lo de Galicia no tiene nombre ni perdón: las inmensas extensiones verdes cohabitan con la pobreza más extrema y la falta de recursos. Extremadura, Cáceres y Badajoz, siempre fue paupérrima y ardiente, lo comprobamos al visitar a una amiga en el entonces CAMF (Centro de Atención a Minusválidos Físicos) de Alcuéscar. Y antes el Valle del Jerte y sus ricas cerezas. Cuando escribo estas líneas, preocupan los incendios de Jarilla, que se acerca a Plasencia, y Alburquerque. Miles de hectáreas chamuscadas.

En Asturias, nada menos que diez incendios declarados, y la mítica visita a los Lagos de Covadonga, que realizamos hará un par de años, suspendida también. Castilla La Mancha, con al menos cuatro poblaciones en alerta máxima de evacuación, si bien calmada finalmente. Carcastillo, en Navarra, que vimos en nuestras inspiradoras vacaciones al Valle de Baztan. En el Centro de Humanización de la Salud y la residencia San Camilo, Tres Cantos, se sentía el humo y la asfixia. Y no digamos Andalucía. Mi adamada Mezquita cordobesa, con sus capillas de la Anunciación y San Bartolomé, poco menos que una nueva Notre Dame.

Esta semana, con la bajada de temperaturas, amainaron las llamas. Pero queda la pérdida, de la casa, el ganado, los recuerdos. La tierra y sus bienes forestales pueden rehabilitarse, a fuerza de paciencia y de años, por mucho que sea un atentado a la casa común. El ser humano lo tiene más difícil cuando lo talan de raíz. Y si la herida viene de otro ser humano, es ya un sinsentido, el estigma del monstruo, del dragón de fuego, que no se extingue nunca. Ojalá me equivoque.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora.

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 24 de agosto de 2025).

La Virgen de Agosto

La Virgen de Agosto

Foto José Manuel Zabalza. La Virgen de la Dehesa, patrona de Velamazán.

“A las doce en punto sonaba el toque tácito de bajar a la plaza. Chicos y grandes, hombres y mujeres, mozos o casados. Se echaban primero los troncos más gruesos, traídos, levantados, arrastrados por los hombres ya hechos y derechos. Con las ramas podían atizar los mozalbetes, imberbes todavía, aunque a punto de sacar a bailar a alguna moza. Ramillas y hojarasca quedaban para los más chicos, que se acercaban divertidos sin temor a quemarse. (…) –¡Mira, abuela! Yo también puedo. Algo había cambiado. Alba escogió una rama, echó una carrerilla y la arrojó ella sola a la Luminaria. El reloj de sombra de los astros dio un salto en el tiempo” (El ramito de azahar).

La festividad de la Asunción de la Virgen, el 15 de agosto, tiene honda raigambre popular en diversas localidades y pueblos de la geografía española –este año es festivo en toda España–; y el encendido de hogueras puede remontarse a celebraciones celtas en torno a la cosecha recogida, más propias del noroeste peninsular. Las fiestas patronales de Elche (Alicante), con su pirotecnia, el lanzamiento de la Palma de la Virgen, las representaciones de moros y cristianos y el Misterio, texto dramatizado del siglo XV, que recuerda la Dormición y Asunción a los cielos en cuerpo y alma de María, han llegado a ser Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad. Aragón y Castilla no se quedan a sus pies.

Todo ello retrotrae a la Basílica de la Dormición, en Jerusalén, entre el Cenáculo, Getsemaní y el monte Sión. Y a un pueblecito soriano, Velamazán, cuna de mis ancestros y mis padres. Cuando era pequeña, los actos se reducían a la misa de la Virgen y de San Roque, el 16 de agosto, la luminaria, la noche del 15, la música a las tardes noches y poco más. En años recientes, cuantos asistentes y la España pequeña más vaciada, se añadiría fútbol de casados contra solteros, campeonatos de guiñote y bolos, hinchable, cucañas para peques, baile de disfraces y hasta un certamen de relatos.

En honor de la Virgen de la Dehesa, patrona de Velamazán, y de San Roque, el santo occitano, peregrino a Roma y sanador y patrono de leprosos, que le salvo la vida llevándole cada día pan en su boca, se celebran las fiestas de mi pueblo. La festividad de la Trinidad, pasada al día de agosto, completa en triduo. Cada año, por estas fechas, lo sigo festejando en mi interior.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora.

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 17 de agosto de 2025).

Cuentos de Andersen

Cuentos de Andersen

Foto www.mislibros.mv

Mis padres fueron inteligentes, prefirieron el cultivo de mi cerebro a experimentos médicos de conejo de indias que no llevarían a ninguna parte. La ratita presumida, El gato con botas, Mariuca la castañera… cuentos de distintos autores, a color y en relieve, con los que iniciaron mi inclinación a la fantasía y a la vida interior. Después vinieron los Cuentos de Andersen, en tapa dura y también a todo color. Y bastante después un tomo de Fábulas, Iriarte, Samaniego y otros clásicos. Me regalaban más libros que muñecas.

La princesa y el guisante, La sirenita, El traje nuevo del emperador, El soldadito de plomo, El patito feo, El ruiseñor, La pequeña cerillera… No cabe duda que Hans Christian Andersen fue el autor de relatos infantiles que más influyó en mi educación sentimental. ¿Hubiese pensado y escrito lo mismo sin su lectura?

El ser menospreciado por sus taras que luego llega a cisne. La sinceridad del niño que ve desnudo al rey. El canto del ave solitaria, el ruiseñor, capaz él solo de curar la enfermedad más grave. El amor incondicional del soldado de plomo o la sirena. La pobreza extrema de la vendedora de fósforos y su aparente trágico final. Dicen que lo vivido los siete primeros años de vida nos queda para siempre.

Cuentan que le influyó la literatura nórdica, pero ante todo el origen humilde de su cuna. Nacido en Odense (Dinamarca) en 1805, perdería al padre, modesto zapatero, siendo apenas un adolescente. Con catorce años se traslada a Copenhague para probar fortuna como actor y cantante de ópera, y halla benefactores entre célebres y el mismo monarca, Federico VI. Pero la insalubridad y el frío de su vivienda la hizo perder la voz.

Las vicisitudes y vericuetos de su vida no le impidieron el éxito ni el reconocimiento internacional, como novelista, cuentista infantil, poeta, dramaturgo y autor de una interesante autobiografía: La aventura de mi vida (1855). Viajero impertérrito, sus historias llegaron a las niñas y niños de todos los rincones del planeta.

¿Habrán leído a Andersen pequeños ucranianos y gazatíes? En el ochenta aniversario de las bombas de Hiroshima y Nagasaki, cuando el papa León XIV sigue apostando por la paz ante jóvenes y adultos, Hans Christian Andersen sigue haciéndonos soñar a los ciento cincuenta años de su tránsito.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora.

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 10 de agosto de 2025).

Vuelvo al mar

Vuelvo al mar

Foto Jesús Alba

Es una delicia volver a Donosti, un placer que no puedo expresar. El monte Igeldo y el monte Urgull, la vista de la Concha desde Ondarreta, la isla de Santa Clara al fondo, el paseo marítimo y sus balaustradas, los platos tradicionales en el puerto, las calles recoletas del Antiguo, el museo de San Telmo, Miramar… Y al otro lado, junto al Funicular, la casita de hadas del que fue restaurante San Martín, de Milagros y Ángel –algunas celebridades del cine, el arte y la política todavía lo recordarán–, el Peine de los Vientos y la huella de Chillida, el nuevo polideportivo…

Orio y el Ratón de Getaria, donde conocí a Jesús; Poyo, en Pontevedra, donde nos enamoramos –volvimos a pasar por Boiro, en La Coruña, ecordando aquellas vacaciones familiares de los 90–. Y entre uno y otro, Santander, Suances, Noja –aquel verano en el que mi sobrino mayor tenía unos meses y solo comía cuando el abuelo le lanzaba al aire su sombrero. Asturias con Disminuidos Físicos de Aragón; y allende la frontera San Juan de Luz y otros pueblecitos franceses, con Noelia y Jose.

El Mediterráneo fue siempre un alfa y un omega, principio, fin e interludio. En La Escala, Gerona, estuvimos el año de Miguel Ángel Blanco, cuando los tíos ingresaron en la resi; Barcelona también con Fundación DFA, y mucho antes Tarragona, la playa y el mar de mi primera infancia, en casa de la señora Elena, que una mañana murió del corazón. Y Lloret de Mar, donde me llevaron en la cuna.

En Alicante estuve con los tíos Rosa y Fermín, y su hermano Nemesio; también con mis padres y hermanos. Sin embargo, fue Valencia mi segunda patria chica, la arcaica Malvarrosa: las sillas a la noche a la fresca, los pendientes de la reina abriéndose, los cestos hechos por los gitanos, las amigas… Quería que a mi padre lo trasladasen de destino. Y Sagunto y sus naranjas, donde sigue residiendo mi madrina. Peñíscola, Miami Playa, Oropesa, Marina d’Or….

Murcia y el Mar Menor –penica nos dio verlo el último año–. Almería de paso; Málaga, la playa del Rincón de la Victoria y la noche romántica con luna en su puerto; Cádiz, la Tacita de Plata, y al otro lado Gibraltar. “Cierro los ojos, en un retorno eterno / a la playa primera, tan niña aún / que el mar se hacía inmenso y su rumor infinito” (Tránsito).

Mallorca, y las Cuevas del Drach, con mi padre bajándome y subiéndome todas las escaleras y desniveles a corderetas, es capítulo aparte. Siempre volveré al mar.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora.

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domiingo 3 de agosto de 2025).

¿Xenofobia o autodefensa?

¿Xenofobia o autodefensa?

Foto Ahmad Awad/EFE/Heraldo

Delimitaría dos niveles diferentes: fobia u odio a lo extranjero, y temor a lo desconocido y la consecuente autoprotección. Y un tercer nivel; aquel en el que el odio fratricida entre pueblos se va de las manos y provoca genocidios como los de Gaza, Ucrania o Sudán.

Coincidió con los altercados y la crisis de Torre Pacheco. Nada que ver con el debate político de izquierdas y derechas. Aquí, bajo mi casa, se hacinaban noche y día un montón de hombres, mujeres y jóvenes marroquíes. La policía debió llevárselos, hacerles algún papel y ubicarlos en instituciones y albergues aptos para inmigrantes. Deba miedo pasar delante de ellos. Y en los días siguientes, el incendio en el centro de menores migrantes de Teruel, fuera provocado, fuera por razones de insalubridad del edificio. Y ese otro en la acogida de los sin techo en Barcelona, al margen de la verbena de Sant Joan. Y otra quema en el centro islámico barcelonés de Piera. Algo no estamos haciendo bien.

Las familias y también los menores solos merecen un respeto, una oportunidad, una dignidad de vida. Y además nos salvan muchas veces de la quema, nunca mejor dicho, de una población envejecida, de una mano de obra por cuatro euros que coge trabajos que nadie quiere. Pero tenemos miedo, mucho miedo, a lo desconocido y diverso, a los discapacitados, a los trans, a la gente que ha pasado o reside en la cárcel.

Y están las grandes aberraciones, las madres de las guerras. “El infierno es un saco de huesos” en lo que queda de franja gazatí. Los recién nacido que no mueren de bomba mueren de hambre, o son alcanzados sus papás al ir en busca de comida. El amigo íntimo del papa Francisco, Gabriel Romanelli, párroco de la única parroquia católica, fue herido junto a sus feligreses y niños con diversidad funcional, cuidados por hermanas de la orden de Madre Teresa de Calcuta. Y también los no natos, como el hijo de la periodista asesinada junto a nueve miembros de su familia. En Ucrania más de lo mismo, sin paz ni marcha atrás. Y en Sudán, la guerra anónima, las violaciones y el sufrimiento a las mujeres como arma bélica. ¿Qué podemos hacer? Orar por hermanos y enemigos. Nentayaju y Hamás reconocen lo inútil de una muerte inocente.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora.

(Heraldo de aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 27 de julio de 2025).

Un milagro patente

Un milagro patente

Foto Jesús Alba

Cada año me sorprende más. En esta sociedad de mezcolanzas y eclecticismo espiritual, donde el dios a nuestra medida cohabita con la reencarnación, los cristianos latinos de iglesias reformadas, el culto a Alá con el integrismo, también en según qué esferas católicas, la peregrinación diocesana al santuario de Nuestra Señora de Lourdes, a principios de julio, cada vez cuenta con más adeptos.

Este año 70 enfermos y discapacitados, 150 voluntarios jóvenes –damas y camilleros–, que cada noche, tras servir todo el día y sin parar acto tras acto, tenían su reunión y oración, en la terraza del Accueil o en la capilla; sacerdotes, diáconos y seminaristas, médicos y enfermeras; peregrinos de a pie. Íbamos 9 autobuses, 350 personas. ¿Qué nos mueve? Ha sido la trigésima peregrinación de la Hospitalidad de Lourdes de Zaragoza, fundada por Gloria Longás, al frente siempre D. José María Bordetas, los doctores Marco Marcellán padres desde el principio.

Emotivo, el nuevo manto a la Virgen del Pilar. Y esa niña que nos servía la mesa con 10 añitos, por segunda vez. Inolvidable Pablo, con sus 7 primaveras, que viene con sus padres y abuelos de Granada, y ha aprendido a dirigir el orden de las procesiones con el pinganillo. Acompañados por buenos pastores, D. Vicente Jímenez y D. Carlos Escribano, servidores y compañeros de camino. Iglesia peregrina, mariana y sinodal.

No te cansas. La misa de acogida, la entrega de medallas, el acto penitencial, el Vía Crucis, las celebraciones en torno al agua, la misa internacional, la adoración y la bendición de enfermos por el Santísimo, la misa española en la Gruta… La procesión de antorchas y canto de todos los misterios, en diversos idiomas, del Rosario

Cada año descubres nuevos rostros, nuevas almas en cuerpos más ancianos, nuevos rincones de esperanza que te llenan de energía y paz. Y echas de menos otros, otros rostros, otros espacios y escenarios, otra supuesta sensibilidad.

En la basílica del Rosario están quitando los mosaicos de Rupnik, la fotografía de grupo ya nunca será igual. No siempre se perdonan los pecados, ni tan siquiera la indecencia según la época –ahí tuvimos a “il Braghettone”, Daniele da Volterra, que cubrió los desnudos de El Juicio Final de Miguel Ángel por orden de Pío V–. Y otro detalle. En el Vía Crucis de la pradera, se diferencia entre “malades” y “handicapés”. Su belleza y fortaleza tiene, ¿pero por qué a todos la Unción, cuando tu diversidad no es enfermedad? María, a la que conocí realmente en Nazaret, así me lo sugiere.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora.

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 20 de julio de 2025).

Al límite, en el ascensor

Al límite, en el ascensor

Foto www.abc.es

Iba a la quinta planta de El Corte Inglés, a buscar un trackball adaptado –ratón de bola grande– para el portátil. Si daba tiempo bajaría a la de mujer y subiría a la moda juvenil, y quizá a los juguetes, para mis sobris más pequeños. Me habían obsequiado una tarjeta regalo en mi último recital y la ocasión la pintan calva.

Al menos hice la compra de comida en el Mercadona, después de hacerme las uñas en la peluquería. Los sentaditos tenemos nuestras propias necesidades, ni un lujo ni un capricho. Algo extraño se olía.

En el ascensor de la izquierda había un guarda del comercio; el de la derecha no funcionaba. Solo iba el del centro. Porque el primero va tan solo hacia abajo. Aprovechamos, aunque bajaba a los sótanos. Bajábamos… Y se paró. Tres, cuatro, cinco minutos. Una niña en carrito y su mamá, un papá con su bebé en carrito, una señora con muletas y servidora. “Oye, voy a pulsar a la campana”, dijo resuelta Begoña.

“¿Cómo se llama usted?”. “¿Como que cómo me llamo yo? Lo normal es que pregunten qué nos pasa”. Silencio. Unos diez minutos. Volvió a pulsar. “Mire, he llamado antes. Nos hemos quedado colgados en el ascensor. ¿Pueden mandar a alguien?”. “Ah, sí. Espere que lo comprobemos”. Largo silencio. “¿Oiga? Estamos dos carritos de niño, una señora con silla eléctrica y yo con bastones”.  “En la casa no tenemos servicio técnico, tendremos que esperar a que vengan”.

“No se abre la puerta”. Leo, de todavía no dos añitos, con su lengua de trapo, describía perfectamente lo que pasaba. El breve espacio del ascensor se iba calentando, menos mal que Begoña llevaba un abanico. Al rato, acudieron dos señores con corbata y lograron abrir las puertas, ayudados por el papá de Leo, a fuerza bruta. Estábamos entre P-1 y P-2. Pusimos dos papeleras de tope, trajeron botellines de agua fresca. Podíamos respirar.

La mamá y su niña salvaron el desnivel ente el ascensor y el piso, su silla era ligera. “Comencé el año con mal brazo, mal pie, y ahora esto”, compartió Begoña. “Menos mal que tu madre no está, con la claustrofobia que tiene”, dijo su padre a Leo. Llegaron los dos técnicos, cerraron las puertas, y tras varios golpes secos de sube y baja pusimos pie en tierra firme, mi silla y yo las últimas. Una hora encerrados da para mucho.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Herado de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 13 de julio de 2025).

Ignacio Cendoya

Ignacio Cendoya

Foto Fundación San Blas

Un vestidito blanco de calle, en la parroquia de Begoña no dejaban ir de comunión. Era plenamente consciente. Unas semanas antes, o quizá dos o tres meses una vez por semana, vino a darme catequesis a casa don Ignacio, un cura muy chiquero que llevaba la misa infantil. Entonces los niños sentaditos no íbamos al colegio ni a catequesis. Me aprendía el catecismo de memoria, y él se sentía orgulloso. En una de las últimas clases, quizá la previa confesión, fue con demonio incluido –una serpiente negra articulada de juguete, de las que entonces se llevaban–. Me hizo cuatro preguntas y ya está. No le dije que meses antes me había enfadado en serio con Dios, estaba ya olvidado.

Así conocí a Ignacio Cendoya, mi primer profesor a domicilio. Ya el siguiente curso iríamos a la misa de niños en la parroquia; yo me levantaba y sentaba en el banco, con ayuda de mi madre, como una más. Tendría ya 14 cuando empezamos el aula colectiva de la asociación Auxilia, en un local de la calle Delicias, perteneciente también a la parroquia. Ignacio daba vueltas, pendiente de nosotros, como haría siempre de los últimos.

Nos fuimos integrando, cada cual libremente, en diversos grupos de la parroquia, los jóvenes, inicio de revisión de vida, el café de los miércoles… Iba aprendiendo de él, siempre al tanto de mi familia, mis hermanos, mis tíos. Cuando nos llevó al grupo de jóvenes a la Romareda, en la visita de san Juan Pablo II, fue una apoteosis. “¡Totus Tuus!”.

Después lo destinaron de párroco a la parroquia de San Pablo. Fue noticia cómo ofrecía su casa a los más pobres, al margen de los márgenes. Y ayudó a crear la Fundación San Blas, para personas sin hogar ni valores morales para muchos. Su iglesia fue acogida, ropero, comprensión.

Nos seguimos de cerca. Con Daniel y Antonio, compañeros sacerdotes de Nuestra Señora de Begoña, se iba cada verano a andar al Pirineo. Cuando le presenté a mi pareja iba ya con muletas. ¡La dichosa rodilla! La moto, la silla eléctrica… Hace ahora dos años nos reencontramos en Lourdes, con su humor habitual. Retorné a mi infancia.

Al tío Iñaki, bautizado en San Sebastián Mártir, en el Antiguo de Donosti, lo despedíamos el pasado día 27. Hasta el cielo, amigo; resérvanos un pequeño “txoko”.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 6 de julio de 2025).

Niña, levántate

Niña, levántate

Foto www.afrikaannuura.org

“Talitha kum”, palabras que grita o susurra al oído Jesús a la hija de Jairo, a la que todos dan por muerta (Marcos 5, 41). Nombre del organismo internacional, regido en un principio por misioneras Claretianas y dentro de la Organización Internacional para las Migraciones, de cara a la sensibilización y formación especialmente de mujeres, religiosas y laicas, jóvenes y adultas contra la trata sexual. Italia, Albania, Nigeria, Rumania, Tailandia, Santo Domingo, Brasil, Portugal, Filipinas, Sudáfrica u Oriente Medio, son algunos de los campos de trabajo. Película del director Pablo Moreno (2008), que recrea la escena evangélica y su entorno. Y una canción preciosa.

Algún miembro de la Iglesia parece continuar todavía en su farisaica torre de marfil: “Si se apaga la lámpara de Dios, ¿hacia dónde miramos? Si se da el eclipse de Dios, ¿cuáles son los puntos de referencia? ¿Dónde vamos? (…) … venimos del infinito amor de Dios que nos ha dado la vida. También los niños que nacen con discapacidad física o intelectual o psíquica, pero esto ya es herencia del pecado y del desorden de la naturaleza, han sido llamados por Dios” (Reig Pla, obispo emérito de Alcalá de Henares).

La Dirección General de Derechos de las Personas con Discapacidad, el Ministerio de Derechos Sociales y el Defensor del Pueblo denunciaron semejante homilía. Sin embargo, es fácil mezclar churras con merinas: discapafobia y homofobia, eutanasia y anticonceptivos. Necesitamos referentes, como John Evans, presidente de la Red Europea para la Vida Independiente, que fallecía el pasado febrero.

Uno de los cinco pioneros del Movimiento de Vida Independiente en Inglaterra, inconformista y rebelde desde niño, se rompió el cuello al regresar de una concentración sufí en Nuevo México. Del Proyecto 81, junto a compañeros de residencia, el estreno de la casa adaptad en una calle normal, el amor de 40 años a la esposa, a la creación de la Red Europea en 2007. “Se trata de que las personas con diversidad funcional gestionemos nuestra propia vida”.

Conocía a Rafael Marco, misionero en Níger desde los 80. “Allí los niños con los dientes superiores crecen más desarrollados que los inferiores son malditos, y hasta hace poco sacrificados. También los invidentes”. Rafael se ocupó junto a otras personas de estos pequeños. Y desde Zaragoza creó una fundación: Afrika Annuura. ¿Quién pecó, este o sus padres? Ni él ni los padres. Es para gloria de Dios.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 29 de junio de 2025).

¡Ay de ti, Jerusalén!

¡Ay de ti, Jerusalén!

Foto RTVE

¿Profetizó Jesús la hecatombe de la tierra que lo vio nacer? “¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que en sayal y ceniza se habrían convertido. / (…) / Y tú, Cafarnaum, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás!” (Mateo 11, 21–-23). Cafarnaún, la ciudad del Maestro tras la decapitación de Juan Bautista, de la que no quedó piedra sobre piedra. En Lucas 10 dirige palabras similares a los 70 –la Iglesia universal–.

La devastación romana, los persas sansánidas, que solo salvaron la basílica de la Natividad, y las tribus turcas; la reconstrucció de Santa Helena; las cruzadas contra los sarracenos medievales… Un palimpsesto de civilizaciones. La diáspora, los asentamientos judíos tras la II Guerra, los enfrentamientos que no cesan. El genocidio de Gaza, los últimos ataques Israel – Irán que amenazan sumirnos en la noche más tétrica.

“El pasado 2 de abril, después de este periodo marcado por el sufrimiento de tantos, volví a Tierra Santa como un nuevo despertar. Como soplo de aire fresco” (Ana Palacios, de la Hospitalidad Jesús de Nazaret). Nos enviaba un WhatsApp al grupo para San Jorge, por si queríamos apuntarnos o conocíamos a alguien, del 23 de junio al 3 de julio. ¡Quedaban pocas plazas!

Y otra vez, Belén, Nazaret, Jerusalén, con algún día más de estancia y algunas novedades, el monte Sion, Jericó, y un espacio dedicado a la Hospitalidad en la capilla de la Inmaculada. Mi pareja y yo lo estuvimos pensando. El grupo siempre activo, Ana nos seguía animando como una nueva Teresa, de Calcuta o Jesús, buscadora impertérrita de huellas. Al final, un grupo de 28 peregrinos de esperanza.

El día 14 del presente nos compartía su carta a la Custodia Franciscana: “Ya ve, ayer justo cuando terminé de escribirle, con muchísima alegría, nos sobresaltaban las terribles noticias sobre lo que está sucediendo, y el cierre del espacio aéreo. Intenté mantener el grupo hasta el final, pero con gran dolor los peregrinos fueron anulando”.

No perdamos la paz ni la esperanza, nos lo pide María.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 22 de junio de 2025).

La Trinidad

La Trinidad

Foto https://amigosdeteresa.com. Santa Teresa de Jesús inhabitada por la Trinidad. Icono de Paola Rigamonti, ocd.

Hoy domingo se celebra en el mundo católico la festividad de la Santísima Trinidad, ya desde el siglo VIII y especialmente con Juan XXII (1334). Una fiesta que arraigó, como suele suceder, en la religiosidad y cultura popular de España y Latinoamérica. Castilla León, Andalucía, Zaragoza, Ávila, Soria… En esta última, Fuentestrún, Fuentelsac, Peroniel del Campo, Camparañón o Ágreda.

También en Velamazán, nuestro pueblo, se festejaba la Trinidad siete días después de la venida del Espíritu. Aunque en los años 70 se cambió al tercer día de las fiestas de agosto, tras la Virgen y San Roque, para que los hijos que vivíamos fuera y los forasteros pudiésemos asistir con más facilidad. Supongo que el gaitero, el confitero y los guisos sorianos de la abuela y la madre se combinaban con la misa y la procesión. Después pasaría a ser algo más lait, sin apenas juegos para los peques, la degustación a la tarde en la plaza y solo disco-bar en la noche, sin grupo musical.

Eso es más misterio que la Santísima Trinidad, decía el tío Fermín. Un solo Dios verdadero en tres personas diferentes, ni tú, ni yo ni nadie podemos entenderlo. No le llevaras la contraria. Trini o Trinidad para mujeres, Trinitario en varón, nombres bastante corrientes.

“Pone el Señor lo que quiere que el alma entienda, en lo muy interior del alma” (Vida 27, 6). Teresa de Jesús se sentía habitada por el Padre, de niña, por el Hijo, de joven, por el Santo Espíritu en su ya plena madurez. El gran misterio del amor y la síntesis del ser cristiano.

Tras mi viaje a Taizé, con imágenes y comentarios alusivos, y mi pequeño trabajo de carrera, necesitaba contemplar y examinar el icono de la Trinidad de la iglesia de la Santa Cruz (1686), de Velamazán, que compraron en los últimos años. Un Hijo joven y moreno con túnica roja, un anciano Padre canoso vestido de verde, y sobre sus cabezas un sol dorado de rayos refulgentes representando al Espíritu. No era una iconografía muy frecuente, al lado derecho del retablo, tras el altar. Me gustó.

Dicen que el amor es la única puerta de la mística. Y cada primavera, para la Trinidad, recuerdo un pueblecito de la España vaciada que siempre pervivirá en la memoria.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco"m domingo 15 de junio de 2025).