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La lampara encendida

La columna dominical

Guerrera en paz

Guerrera en paz

Foto Europa Press / Contacto / Omar Ashtawy

Hace dos años, no nos creíamos que la guerra estallase en Europa, entre Ucrania y Rusia, poco antes hermanas. Nos conmocionaba cada cuidad, pueblo y edificio derruido, tan cerca de nuestras seguridades. Muchos lograron escapar, a los primeros fuegos, y tuvimos de vecinos a personas refugiadas como Natalia y Eugenia, mientras sus hermanos, maridos, padres, se quedaban obligatoriamente a pie de lucha. Y nos horrorizaba los hospitales y refugios bombardeados, y tantos niños masacrados, muchos de ellos bebés.

Seis meses ya que Hamás atacó una celebración festiva israelí, y mató indiscriminadamente a jóvenes y adultos tras la barra del bar, o en el camino de huida. Fue la gota que colmó el vaso, o la espoleta que disparó el odio de los dirigentes israelís contra el pueblo palestino, la franja de Gaza, el paso fronterizo de Rafah. Maternidades y hospitales como blancos preferidos, bajo la excusa de encontrar los túneles del grupo terrorista. Miles de civiles y niños masacrados. Se cerraron los lugares santos, Nazaret, Belén, Jerusalén. Yo apagaba la televisión. Allí, donde meses atrás, había descubierto el edén, me veía a mí misma muerta.

Guardo una simpática anécdota con Rosa Montero. Cuando la conocí en una de sus presentaciones en Zaragoza, en una de sus dedicatorias –le llevé varios libros– pondría lo siguiente: “A mi querida guerrera…”. ¿Habíamos coincidido en una vida anterior? Porque no se refería a la segunda y tercera acepción del diccionario: “Que guerrea. Que tiene genio marcial y es inclinado a la guerra”. Ni siquiera a sus sinónimos: traviesa, revoltosa, alborotadora, lianta, enredadora. Sino a mujer fuerte, valiente, aguerrida.

Y me sentí emocionada y desnuda, e identificada con Agua Fría de Temblor, Airelai de Bella y oscura, o Bruna Husky, la replicante de su trilogía. Y ahora, esta guerrera no comprende que queden cicatrices en las calles, los cuerpos y las almas; que aun en guerra se mate a quienes piden un poco de comida; que penda sobre nosotros y el planeta la espada de Damocles nuclear. Sería necesario para entenderlo una inteligencia demoniaca.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 3 de marzo de 2024).

Mi tractor amarillo

Mi tractor amarillo

Foto www.letras.com

“Tengo un tractor amarillo, / que es lo que se lleva ahora”. Cuando el grupo Zapato veloz estrenó esta canción en el 92 el campo estaba ya mecanizado. Hacía por lo menos décadas que el tubo sinfín subía automáticamente el grano del remolque al granero; y alguna más que las primeras segadoras habían sustituido a la hoz y la zoqueta. Los agricultores tenían sus seguros, por si no daba la cosecha.

Pero el campo seguía siendo duro y pobre. De sol a sol, y algunas noches a guardar la era. Siete días a la semana, sin descanso; como mucho, la misa del domingo y la brisca. Y aun así, algunos aldeanos, como mi abuelo, tenían hasta una vaca que les daba rica leche. “Tengo una vaca lechera, / no es una vaca cualquiera. / Me da leche merengada, / ¡ay!, qué vaca tan salada” (canción infantil).

Ordeñar, esquilar, cuidar los animales, las gallinas, los conejos, los cerdos, nunca fue fácil. Y menos si no llegan los ahorrillos. Escribía en mi primera novela, El ramito de azahar: “Y recoger la leña en el invierno, y acarrear las cinas, de chiquillos, llevar el almuerzo a Padre, hasta los montes, ir por agua a la fuente o echar a las gallinas”.

Lo heredé, me lo contaron, fui testigo. Siempre fue duro, por más que cantores y poetas idealizasen el cuido del campo y el ganado: “Tengo yo una ovejita Lucera / que de campanilla le he puesto un collar” (Pepe Mairena, pasodoble).

Hoy un tractor, por mucho GPS, no da para un descapotable; ni la vaca da leche condensada. Los productos del mercado suben, pero ni al agricultor ni al ganadero les llega una materia prima de calidad; y menos unas ganancias que le permitan mucho más que sobrevivir, autónomo como es.

Y con todo, siempre resurgen creadores que cantan la riqueza del fruto, en la noche de la luna y la miseria: “¡Al polo norte de tu limón amargo / desde tu altura azul, cociente higuera! / Al polo norte del limón subiera, / que no a tu sur, y subo sin embargo” (Miguel Hernández, Perito en lunas).

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 25 de febrero de 2024).

Valentín y el matrimonio

Valentín y el matrimonio

Foto cartel de la película Priscilla

El pasado miércoles celebrábamos san Valentín de Roma, sacerdote y mártir, decapitado por Claudio II (siglo III d. C.) por casar en las mazmorras a los soldados y sus prometidas. ¿Seguiría enfrentándose hoy a las cabezas del poder?

La fiesta de San Valentín cobró gran relevancia en los primeros siglos de la Iglesia, dotando de valor religioso las paganas lupercales; y desde el amor cortés medieval al amor-consumo y sexo de nuestros días, ha pasado por múltiples variantes. Si Pablo VI la suprimió del calendario litúrgico, Francisco ha revalorizado el don sagrado de la entrega. El mismo que ha aprobado la Declaración “Fiducia supplicans” sobre la bendición de parejas en situación irregular: personas separadas, del mismo sexo, etc.

No es rito matrimonial. Siempre me cautivó la relación entre el poeta Manuel Pinillos y su musa eterna Margarita, casados primero por la Iglesia y años después por lo civil. Eso sería impensable en España desde el Acuerdo entre el Estado y la Santa Sede, de 3 de enero de 1979. “Los efectos civiles del matrimonio canónico se producen desde su celebración” (art. VI).

Y aquí entra la trampa y el cartón. Jóvenes viudos y viudas con hijos, o ancianos que vuelven a enamorarse, no tienen derecho a rehacer sus vidas. Les quitarían una de las pensiones.

Gran invalidez, pensiones no contributivas o dis-capacidades de más del 65%, son otros baremos. Para un matrimonio, su PNC común –dependientes y que no han podido contribuir a Hacienda–, es de unos 1122,20 euros mensuales. El SMI de una asistenta y sin Seguridad Social.

La prestación por Hijo a Cargo sí es compatible con el matrimonio, si eres mayor de 18 no incapacitado, con más del 65%, unos recursos básicos y convives con papá (según RD del 11 de noviembre de  2005).

Al final bendición, mucho más rentable, aunque permanezcamos en situación irregular, víctimas y pecadores del sistema. San Valentín y Jesús de Nazaret, el amigo del novio, no tenían prejuicios.

María Pilar Martínez Barca esdoctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribuna"., domingo 18 de febrero de 2024).

De Águeda a Valentín

De Águeda a Valentín

Foto Guillermo Mestre / Heraldo

Nos pasamos el año en un pienso y este ha venido bisiesto y redondito y. De los turrones de noviembre a las comidas navideñas; del mazapán, los champanes y el panetone, al roscón de Reyes; del ventolero y rosconero San Valero, a los dulces bendecidos por San Blas; de Santa Águeda al restaurante, a falta de bolsillo para joyas, en San Valentín.

Y da igual si las navidades nos pintan la sonrisa algo triste y nostálgica; nos inclinemos más a la “res” pública que a los Magos de Oriente; y obviamos la historia de Valero, de Blas o las lágrimas del Etna por la mujer casta y ultrajada. Jamás olvidaremos la nata, el chocolate ni al conde de Salchichón.

Porque además, esta próxima semana San Valentín, el médico y obispo que casaba a los novios a contra orden en época romana, coincide con Miércoles de Ceniza. Y mientras enterramos la sardina, y vamos despidiendo a don Carnal para recibir a doña Cuaresma, los chicos y no tan chicos podemos seguir disfrutando del Carnaval.

Desde el pasado jueves, música, disfraces y el popular dicho aragonés: “Jueves Lardero, longaniza en el puchero”. Asada o frita, en bocadillo o ensalada; con calamares, gambones, arroz, costilla o quesos. En Soria, con huevos, torrezno y choricillo; en La Rioja, bollo preñado de chorizo; en Guadalajara, más típica la tortilla; la butifarra catalana; el hornazo andaluz…

Ya no se lleva comer pescado los viernes de Cuaresma. A no ser por tradición y dieta alimenticia sana. La Iglesia y sus líderes, incluido el papa Francisco, y todo el Pueblo de Dios, cambiamos con los tiempos. Desfacedor de abusos, artífice del Sínodo de la Sinodalidad, amante del cine aragonés –ahí está “Teresa”, de Paula Ortiz–, acogedor de todo tipo de parejas que lo sean por amor. Hace mucho que el pulvis –eris latino se cambió por conversión.

Sigamos disfrutando, cada cual a nuestro modo, de San Valentín; de esta nueva Cuaresma que nos a un renovado camino de esperanza, hacia la Pascua; de los gusto culinarios y recetas de cada época. ¿Desde cuándo es pecado ser feliz?

María Pilar Martínez Barca
doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 11 de febrero de 2024).

Zaragoza accesible

Zaragoza accesible

Foto Jesús Alba

Si retrotraigo la mirada unas décadas atrás, me veo en un silloncito de plástico aprendiendo la cartilla, en un cuarto piso de la calle Delicias, sin ascensor. Los niños sentaditos, o con alguna circunstancia añadida al hecho de ser niño y dependiente de mamá y papá, no íbamos al colegio. Demasiadas escaleras, apenas profesores que rompieran una lanza por nosotros.

Tampoco llegué a ir al instituto, ilusionada como estaba. Auxilia y el INBAD suplieron la carencia, y, ya en la Universidad, la rampa empinada y asesina que comunicaba con Filología salvó las escaleras imposibles de Filosofía y Letras. Para acceder al campus había que subir algún que otro bordillo, y a falta del Centro de Apoyo a la Discapacidad, los compañeros me subían al Aula Magna 2, me bajaban al sótano, me cruzaban al Interfacultades o al ICE. Parece la prehistoria.

Ni en teatros ni en cines se dejaban espacios para sillas o personas de menor movilidad, a nadie se le ocurría poner rótulos bajos en las exposiciones, y lo normal eran bares y locales con escalón de mínimo medio metro para no dejar entrar el agua de la lluvia.

Más fácil cambiar los corazones que urbanizar las calles de la ciudad. Cuando empecé a salir con mi pareja, de Avenida Valencia al centro, por no citar los barrios perimetrales, todo aceras sin rebajes. Mi silla electrónica era vehículo de calzada, cuando aún no se habían inventado los patinetes ni los carriles bici.

Poco a poco, los distintos partidos consensuaron, según las necesidades ciudadanas. Nueva acera en obras, bajadas simétricas de bordillos, zona de baldosas rojas para bastones. La Expo 2008 supuso un punto de inflexión, pese a que al principio no hallásemos un triste ascensor y hubiera que justificar la discapacidad con un carnet –ir en silla no valía–.

Se hicieron más visibles puntos braille en edificios y espacios públicos, bandas amplificadoras de sonido, bastones roriblancos para sordociegos. Los pictogramas de lectura fácil se fueron imponiendo y normalizando paulatinamente.

La nueva ordenanza de accesibilidad del pasado año ha sido todo un logro. Vamos ganando pasos sobre ruedas. Nuestra alcaldesa, Natalia Chueca, recibía el Premio Nacional de Discapacidad Reina Letizia, por un Zaragoza “amable, accesible, diversa, inclusiva”. ¡Estamos de enhorabuena!

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 4 de febrero de 2024).

Valero, cabeza de Aragón

Valero, cabeza de Aragón

Foto https://zaragenda.com

Estamos todavía en la primera fase o fase débil de la AI, o inteligencia artificial, según Rosa Montero. Podemos visitar un museo, la basílica del Pilar, la catedral de  La Seo o el Parque Grande. Podemos hacer un viaje virtual, crear efectos especiales en La sociedad de la nieve o intentar ganarle al robot ajedrecista. Hay aplicaciones positivas, como en la medicina, las máquinas y recursos que nos sirven para vivir mejor, la domótica.

Y ha empezado a crearse una portada, un gráfico, un libro entero por la combinación permutatoria de vete tú a saber qué cifras y logaritmos. Y artistas y editores temen ya por la integridad de sus derechos y su obra.

Es solo el principio. En una carrera hacia la generalización y la superinteligencia, los drones que nos traigan el pan se mezclarán con los coches autónomos y los clic que se incrusten en el cerebro, como hoy las gafas o los audífonos.

Ante esa tesitura, y antes que sea demasiado tarde, me gustaría descubrir por una secuencia de ADN, el cúbito o un huesecillo del cráneo, la personalidad de San Valero y el contexto histórico que le tocó vivir.

¿Fue realmente diverso funcional, con problemas de habla como Demóstenes?  ¿Por qué no fue condenado en Valencia? ¿Cómo se desenvolvió en el concilio de Elvira, Granada? ¿Cuál su misión en Roda? ¿Exasperaba a Diocleciano?

La casa de Rosalía, Valldemosa y Chopin, el  Monasterio de Yuste como retiro de Carlos V, la Encarnación, Tierra Santa… Siempre tuve facilidad para ponerme en los muros y en la piel de quienes allí habitaron, sin más inteligencia sentimental que la mía propia, condimentada de historia y fantasía.

Es bueno saber navegar por las redes, aprender tecnología punta, abrirnos a la última y a caminos nunca antes imaginados. Pero una generación que jugó en la calle, con balones, palos y muñecas que no lo hacían todo, tiene mucho que enseñar. En tiempos de Valero tampoco habría muchas técnicas más allá de su propia voluntad y su tesón. No necesito mucha inteligencia artificial, sí empatía. Mañana, en su fiesta, que podamos compartir un buen roscón.  

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 28 de enero de 2024).

La sociedad del fuego

La sociedad del fuego

Foto Netflix / Heraldo

Veía el otro día “La sociedad de la nieve”, de Juan Antonio Bayona, excelente y estremecedora película sobre la tragedia de los Andes, vivida por un grupo de jóvenes jugadores de rugby uruguayos en 1972. Nominada a varios Óscar, grabada en Sierra Nevada y con los mejores efectos especiales de empresas Zaragoza y Huesca, la historia humana que relata siempre me impresionó.

Que de 43 pasajeros en el avión sobreviviesen 17 me ha hecho reflexionar esta semana. Al accidente aéreo se iría uniendo el frío, la falta de bebida y alimento, el progresivo deterioro de los órganos que produce el orín negro, la embestida de aludes y el enterramiento que provoca el deshielo, las heridas por congelación. Una situación humanamente límite que nos lleva a otras muchas tragedias de este 2024 recién nacido.

Israelíes y Hsmás se siguen aniquilando sin piedad ni ley de guerra alguna. Rusia administra narcóticos a sus soldados y así masacrar con la conciencia limpia al enemigo. EE. UU. y Reino Unido destruyen misiles de los hutíes yemeníes, que intentaban barrer e incendiar el Mar Rojo. Jóvenes periodistas iraníes son represaliadas bajo pena capital por no vestir con decoro el hiyab; mientras Pakistán arremete contra Irán por humanitarismo y en defensa propia. Irán ataca objetivos del EI en Irak y Siria. ¿Apretará Corea el botoncito?

La mancha roja e inflamada llega a Latinoamérica. Guatemala elige presidente enfrentados pueblo y congreso. Ecuador ha de vérselas con los narcos. ¿Superará Argentina su debacle económica? Venezuela en su hundimiento de lustros. Salpica y nos salpica. En Europa se mata a niños palestinos; y a Cataluña y Mérida nos llegan células yihadistas. Y la UE no se moja, es cuestión de sillones aquí también.

Y una en su ignorancia se pregunta: ¿Qué hay detrás? Y vislumbra miseria, epidemias, hambrunas, llanto y muerte de niños que deberían estar jugando y divirtiéndose. Y situaciones límite donde se es capaz de todo. Hasta donar tu propio cuerpo, tus propias vísceras, para que el otro viva. Y comer  de tu amigo para sobrevivir.

“No hay amor más grande que el que entrega la vida por sus amigos”, escribe en la película uno de los protagonistas, que también perece. ¿A qué nos recuerda en nuestra tradición judeocristiana? En situaciones límite sacamos lo peor y lo mejor de nosotros mismos. A no ser que esta sociedad del fuego y la violencia nos destruya definitivamente, como el volcán Fagradalsfjall de Islandia cuanto toca.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 21 de enero de 2024).

Ciudadanos con dis-capacidad

Ciudadanos con dis-capacidad

Foto www.mpr.gob.es

“Los poderes públicos realizarán una política de previsión, tratamiento, rehabilitación e integración de los disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos, a los que prestarán la atención especializada que requieran y los ampararán especialmente para el disfrute de los derechos que este Título otorga a todos los ciudadanos”. Así reza el artículo 49 de la Constitución española, de 29 de diciembre de 1978. Aún no tenía yo la mayoría de edad.

Cursaba por entonces segundo de BUP en el INBAD, ayudada por los profesores voluntarios de Auxilia. Uno primeros logros en mi currículum, un larguísimo camino por recorrer.

Nadie teníamos móviles, redes sociales ni Internet; me examinaban oralmente y con mi vieja máquina eléctrica, que ahora reposa tranquilamente en el pueblo. Ha sido en la última edición digital del Diccionario de la lengua española donde he consultado el término ‘disminuido’: “Que ha perdido fuerzas o aptitudes, o las posee en grado menor a lo normal”. Sus sinónimos dejan que desear: reducido, encogido, minusválido, discapacitado.

La mayoría de nosotros, sentaditos o con bastones, cuando no todavía ‘subnormales’, cobrábamos la LISMI, una pensión con la que no llegaba ni para pipas. Lo de Hijo a Cargo para padres, con un menor o mayor con discapacidad en la familia, vendría después, con Mariano Rajoy como ministro. Y se fue imponiendo, tras mucho llover, la palabra ‘discapacidad’: “Situación de la persona que, por sus condiciones físicas, sensoriales, intelectuales o mentales duraderas, encuentra dificultades para su participación e inclusión social”.

En la propuesta de reforma del artículo 49, de 11 del 5 de 2021, que este mes prometen aprobar PSOE, PP, Sumar y demás fuerza, leemos lo siguiente: “Los poderes públicos realizarán las políticas necesarias para garantizar la plena autonomía personal e inclusión social de las personas con discapacidad. Estas políticas respetarán su libertad de elección y preferencias…”.

Se velará por nuestros derechos y deberes. “Se atenderán particularmente las necesidades específicas de las mujeres y niñas con discapacidad”. Y aquí las feministas guardan silencio. El Movimiento de Vida Independiente habla de personas con diversidad funcional, superado el modelo médico rehabilitador. Espero comerme el roscón de San Valero con la propuesta consensuada.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 14 de enero de 2024).

El árbol de la música

El árbol de la música

Foto https://auditoriozaragoza.com

Ayer despedíamos la Navidad con la celebración de la Epifanía o fiesta de los Reyes Magos. Si bien la Iglesia recomienda no desmontar los belenes domésticos hasta mañana, leído el pasaje del Bautismo del Señor; y según algunos hasta la Candelaria o Presentación del Niño en el Templo.

Sea como fuere, desde el año pasado en Tierra Santa, me cuesta menos visualizarme en las escenas del nacimiento y la vida de Jesús, como aconsejaba San Ignacio de Loyola. ¿O lo aprendí en las pascuas juveniles? ¿O al releer y recrear los escritos sobre el Evangelio que Ana María Cortés publicaba en la Hoja Diocesana, cuando preparaba mi poemario Flor de agua?

Me veo pastorcilla en el Campo de los Pastores, sorprendida, asustada y temerosa, ante el relámpago. “Hoy os ha nacido…”. ¿Un niño en un pesebre de piedra, como los corderillos sin desperfecto alguno, que han de sacrificarse en el ara del Templo? ¿Y aquella luz íntima y misteriosa, cometa o astro, de las noches precedentes? ¡Qué extraño resultaba todo aquello!

Antes vendría Juan, al que apodamos el Bautista, porque bautizaba en el Jordán. Vestía pelo de camello y un sencillo cayado. Yo estaba allí, escondida entre las mujeres que lo seguíamos, tullida y pequeña de estatura, intentando ver. Ni siquiera pude subirme al sicómoro, luego, cuando Jesús, como mi hermano Zaqueo. Mi condición y mis fuerzas no me lo permitían.

Bien podría ser una novela histórica, inspirada en los textos bíblicos, algún relato de Flavio Josefo o la rehabilitación de espacios y escenarios hechos por Santa Helena, madre de Constantino. Historia Sagrada, que antaño se decía, germen de tantas obras literarias, pictóricas, musicales… de El Mesías de Händel a los villancicos del Concierto de Año Nuevo en nuestro Auditorio.

Historias tan reales como presentes. Hoy artistas, creadores y público con dis-capacidad seguimos con dificultades para actuar y ver, ya sea en el Árbol de la Música del parque Labordeta, ya en el Auditorio. Las normas de seguridad nos relegan a sillas y bastones al espacio de atrás, junto a luz y sonido, de escasa o nula visibilidad.

Sería tan sencillo como vendernos a los sentaditos la primera fila de 26 butacas. Y no he visto a Sus Majestades trayendo ese presente. Ni me veo subiéndome a una higuera para ver.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 7 de enero de 2024).

Balance y perspectiva

Balance y perspectiva

Foto www.amazon.es

Comenzaba el año con una trilogía de sueños nunca imaginados: terminaba de volver de la Tierra Santa de las tres grandes religiones; me entregaban el Premio Moisés Calvo, del Centro Soriano de Zaragoza, a la trayectoria humana y profesional; publicaba mi primera novela, El ramito de azahar, durante tantos años concebida, escrita y esperada.

Soria, Madrid, ferias del libro… Nuevas amistades y lectores, junto a amigos de siempre y, cosa curiosa, distintas generaciones del pueblo de mis padres, Velamazán, que se reunían bajo un tácito acuerdo para mostrarme su callada admiración, ¿cuándo antes soñada?

Ana Alcolea, D. Vicente Jiménez Zamora, Antón Castro, José Luis Gracia Mosteo, Rosa Montero, César Ibáñez París… serían solo algunos de los maestros de ceremonia, reseñistas, compañeros en viajes tan hermosos. Junto a Verbum Ediciones y el Club de Lectura del Grupo Social Once, donde presentamos la versión en braille.

Profesores de Auxilia y del Imbad; amigos de esos que siempre permanecen, pese a la distancia y las diferencias; coperegrinos de las hospitalidades de Jesús de Nazaret y de Lourdes; universidad, parroquia, diversos grupos de trabajo… Y los encuentros inesperados, como esa señora que cocina y sirve las comidas en el restaurante de Almazán. ¿Y tú qué tienes?, me preguntó de pronto. Ella, familia numerosa y un hermano con síndrome de Down y parálisis cerebral.

Luego vendría la meseta, o casi. Si no hubiera por la Medalla de Oro, junto a mi pareja, en la peregrinación al santuario de Nuestra Señora de Lourdes; el reencuentro con Ignacio Cendoya, el cura que me dio la primera comunión; la escapada con los amigos al valle del Baztan (monte Irati, señorío de Bertiz, Zugaramundi, pueblitos del sur de Francia); la celebración del III Certamen de Relatos Breves Villa de Velamazán tras la pandemia; la Ofrenda de Frutos vestida de piñorra; la comida familiar de alubias en una bodega de Tolosa, “txistularis” pasando, y la visita nocturna a la Concha.

Vendrían valles y descensos: las barreras que hay que sortear todos los días, las lacras de mis padres, nonagenarios, la desesperanza. En Navidad nos reunimos todos, padres, hermanos y sobrinos, se iluminó la casa y las guerras parecían tener final.

Este año, Cada otoño migran las golondrinas, mi segunda novela, y algo de poesía, para nutrir el alma y la esperanza. ¿Sueños en perspectiva o realidad tangible? No es polarizar.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 31 de diciembre de 2023).

Vivir para crear

Vivir para crear

Foto www.elnacional.com

“Estamos envueltos en gruesas capas de pólvora y cemento”. Lo escribía el poeta, profesor de literatura inglesa y académico gazatí Refaat Alareer, asesinado la semana pasada en la contienda, junto a la hermana y sus hijos por cantar la verdad. Y lo comparaba con el levantamiento de los judíos de Varsovia de 1943, en la Polonia ocupada por los nazis. Los monumentos en el barrio judío de Berlín son impresionantes, por las  fotografías que me enviaba mi amigo desde allí este pasado puente.

Por esos mismos días era derruida la Mezquita de Al Omari, la más grande y antigua de la Gaza histórica, iglesia bizantina en el siglo V; la de Otman Bin Qashqar, edificios del patrimonio cultural, editoriales, bibliotecas o el archivo del Ayuntamiento.

Las ruinas de Palmira, tantas bibliotecas y monumentos destrozados en la II Guerra Mundial, el Guernica de Pablo Picasso y tanta pintura oculta en nuestra Guerra Civil, la iglesia de Belchite, toda la cultura expoliada y destruida en la guerra de Ucrania, las tradiciones autóctonas que masacran otras veinte contiendas ahora mismo en el mundo… Son patrimonio humano universal.

También del 6 al 10 de diciembre Miguel Ángel Berna iniciaba su despedida con “Rematadera”. Jota, danza, ballet… “Mudéjar”, “La Dolores”, “Rasmia”, “Crónica del Alba”… Todo su cuerpo tiembla y nos estremece; cruje como los árboles y nos hace tremolar. Pies, piernas, tronco, brazos, manos, se elevan al infinito. Sus castañuelas bailan, gimen, se contorsionan o embelesan. Se siente que lo vive desde el alma.

Una llama que de tanto arder sí que puede extinguirse en este preludio íntimo de Navidad sin Belén, sin árbol con estrella en la plaza del Pesebre, mercadillo, bandas musicales ni peregrinos católicos, ortodoxos, armenios, luteranos, siriacos, etíopes, coptos o melkitas. Este año, nuestros villancicos no alternarán con el almuecín.

Como las mujeres presas, lectoras o escritoras, en el gulag ruso; como Viktor Frankl o Irene Nemirovsky en los campos de concentración, escribir para crear, para sobrevivir.

“Si he de morir, que traiga esperanza, que sea un cuento”, escribía Refaat Alareer pocos días antes de morir. Crear y criar del latino “creare”; creer y credo, de “credere”. Nuestro destino último como humanos. La cultura nos lleva a renacer.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 17 de diciembre de 2023).

Esperanza

Esperanza

Ein Karem, casa de Juan Bautista, montañas de Jerusaén. Foto Jesús Alba

Adviento, del latín adventus, significa ‘llegada’, y según el Diccionario de la lengua española “En algunas Iglesias cristianas, tiempo litúrgico de preparación de la Navidad, en las cuatro semanas que la preceden”. El pasado día 1 Zaragoza encendió todas sus luces, preámbulo de unas fiestas gozosas para chicos y grandes. Fuegos artificiales, el discurso de la alcaldesa, la coral, inauguraron unas navidades prometedoras.

El árbol de los deseos frente al Ayuntamiento, la gran bola iluminada en San Juan de los Panetes, los doce almendros en la plaza Europa, la estrella en el puente de los Cantautores del parque Labordeta, los belenes 3D en toda la ciudad, el juego interactivo del belén de la plaza del Pilar, el Mercado Central, el Cuento de Navidad interpretado por los Infanticos… También las grandes superficies, El Corte Inglés, Aragonia, se encendieron para acompañar el encargo a los Reyes, la cena con amigos, una buena película.

Sin embargo, este año no me siento feliz. Los padres custodios de los Santos Lugares han cerrado Bethlehem, la basílica de la Natividad, la pequeña puerta no apta para camellos, la escalinata estrecha en recoveco por la que nos bajaron, en sillas de ruedas y con nuestras capacidades peculiares, a la gruta de la Estrella de los Magos y el Pesebre de piedra donde dicen nació el Niño Jesús. Allí tuvimos un momento íntimo de oración la Hospitalidad Jesús de Nazaret.

Ahora, multitud de sagradas familias continúan huyendo a Egipto por Rafah, para intentar evitar el genocidio, la matanza de los inocentes y sus padres, el castigo sin vuelta del torrente Cedrón. Y ya no sabemos si se trata de cruzada, intifada, o venganza ojo por ojo de raigambre hebrea. Es el descenso al infierno, la noche más oscura de la humanidad.

El pasado domingo, 3 de diciembre, Día Internacional de la Discapacidad, fui invitada a una eucaristía preparada por la Mesa de la Discapacidad, del Apostolado Seglar de Zaragoza, en la parroquia del Perpetuo Socorro, donde van fraguándose iniciativas como el Centro de Escucha San Camilo. Me encontré con antiguos amigos y compañeros del mundo de la diversidad funcional, y de Nuestra Señora de Begoña, mis raíces. Saltaron chiribitas. Hoy domingo encendemos la segunda corona. Mantengamos prendida la lámpara y la luz del interior.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 10 de diiembre de 2023).

Raúl Herrero

Raúl Herrero

Foto Jesús Alba. Presentación La fuerza de los límites.

Las cosas de palacio van despacio. En 2002 cayó en mis manos la primera edición de un libro de poemas que me impresionó de manera especial: Pájaros tristes y otros poemas a Pilar Bayona, del postista Juan Eduardo Cirlot (col. Golpe de dados, Libros del Innombrable). Era muy bello, en fondo y forma. Cómo me gustaría…

Llevaban ya una fecunda trayectoria, con varias colecciones abiertas a la vez, pese a ser una editorial casi en mantillas. Su editor, Raúl Herrero, no paraba de buscar a autores nuevos y minoritarios, siempre de calidad, publicar y autoeditarse. Habría que esperar.

Mi poemario El corazón en corazón en vilo fue el puente que nos iba a unir. El poeta José Antonio Conde, íntimo amigo de Raúl, asistió a la presentación. Comenzamos a hablar, a realizar reseñas y trabajos. ¿Por qué no me lo presentas? Envíale algo tuyo.

¿Era él? Bombín naranja, una barba prominente más o menos arreglada, pelirrojo, gafas redondas, siempre esperando en una caseta de la Feria del Libro como paciente pescador. Caso dos años después salía La manzana o el vértigo en Libros del Innombrable (2009), poemitas erótico-místicos según Antón Castro.

De delante hacia atrás, 74 títulos: Te mataré mientras vivas, Viaje a Estocolmo, Compostaje, Cervantes de perfil, Los trenes salvajes… Me pasó su texto teatral El hombre elefante, posteriormente premiado por el Instituto contra la Discriminación, el Racismo y la Xenofobia (Argentina), y ahí empezaría una nueva aventura, no sé si partiendo de Raúl, servidora o ambos auspiciados por Fernando Burbano: la colección Joseph Merrick de literatura y diversidad funcional.

Junto a Samuel Beckett, Fernández Molina, Mariano Esquillor, Paco Uriz, Clara Janés y tantos otros, Raúl siempre te hace sentir privilegiada. Ya sea por una cena de amigos, viajar a Ávila o Valladolid, editar Fando y Lis, de Fernando Arrabal, o las firmas en la Feria.

Un coup de dés jamais n’abolira le hasard (una tirada de dados no anulará el azar), como escribiría Mallarmé; pero ayuda a hilvanarlo y crear. Enhorabuena por tu Premio a la Trayectoria Profesional en el sector del libro, tan merecido por tus bodas de plata con la entrega. Muchas gracias, Raúl.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 3 de diciembre de 2023).

Nostalgia del Edén

Nostalgia del Edén

Foto Alaa Badarneh / Heraldo

Hace un año ya. Volvíamos de Ben Gurión a Barajas con el alma llena de emociones, la mente y la mirada con imágenes que no se borran nunca. Los huérfanos de las Hijas de la Caridad; la bajada a la Gruta de Belén; el guardia subiendo al autobús con un fusil en el checkpoint; los dueños de los bares echándonos a un lado en plena Vía Dolorosa; momentos íntimos de grupo en Las Bienaventuranzas o en Getsemaní.

Parece que fue ayer sábado y han pasado semanas, meses, acontecimientos familiares, culturales, políticos. Los obreros árabes y cristianos salían a escondidas a territorio israelí, de la aurora al crepúsculo. Tiendas de figuritas navideñas en Belén y Nazaret, único recurso de sustento, e iluminaciones en calles y comercios, convivían con los gatitos, el gallo callejero y la miseria hacinada aquí y allá.

Salíamos de la Natividad cantando villancicos, y en la mezquita vecina el toque del almuédano electrónico llamando a la oración. reí que se había cumplido el sueño de Dios: todos hermanos. ¿Estáis bien?, nos whatsearon nuestros familiares. Se había producido un atentado mientras celebrábamos en el Gólgota.

Manjares culinarios en Casa Nova, de los franciscanos; mango en los campos, zumo de granada en los puestos junto a la iglesia de la Gruta de la Leche. Jericó, el pueblo habitado más antiguo de la humanidad –no vimos el sicómoro de Zaqueo–. Cafarnaún, la cuidad de Jesús, de la que no quedó piedra sobre piedra, y la casa-iglesia de Pedro, donde se hospedaría. El mar de Galilea, su belleza sin nombre al cruzarlo en la barca, su profunda paz.

La Transfiguración, próxima al desierto de las tentaciones, premonición del drama. Al otro lado del Jordán, vallas y milicianos. Ahí el Monte Tabor; allá los Altos de Golán. Ein Karem, o casa de Isabel, los signos del martirio (el fresco con la matanza de los inocentes, Juan Bautista). Santa Ana y la piscina de Betesda, donde lavaban a los corderos para el sacrificio. Todo tiene su cara y su cruz.

Nos escribía Ana Palacios, presidenta de la Hospitalidad Jesús de Nazaret: “Tengo la viva imagen de aquellos días, abriendo una a una las puertas de las habitaciones de los edificios cerrados, imagen de las ilusiones que teníamos; estábamos abriendo al mundo las Puerta de la Tierra Santa, de la Ciudad de la Paz que la guerra había mantenido cerradas tanto tiempo”. Hoy, Cristo Rey, es tiempo de dolor y de ordalía, pero volveremos al Edén.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 26 de noviembre de 2023).

Humanizando

Humanizando

Foto www.heraldo.es

En medio de la guerra, las catástrofes naturales o la pandemia, Zaragoza ha sido y sigue siendo eminentemente solidaria. Así lo resaltaba Natalia Chueca, nuestra alcaldesa, en la gala de entrega de los Premios Solidarios del Grupo Social ONCE Aragón 2023, que anualmente se celebra junto al resto de las delegaciones provinciales.

La Brigada de Participación Ciudadana de la Policía Nacional, en el apartado de Administración Pública; Pikolín como empresa; el Teléfono de la Esperanza de Aragón (TEA), en la categoría de ONG comprometida con  el bien de las personas; la sección “Sin barreras”, de Heraldo de Aragón, en el apartado de Comunicación, o José Ricardo Álvarez Domínguez a título personal, serían los premiados.

Autoridades como el Delegado del Gobierno en Aragón, la Presidenta de las Cortes, las consejeras de Bienestar Social y Familia y de Acción Social, el Lugarteniente en funciones del Justicia de Aragón y los responsables territoriales de la ONCE acompañarían en su alegría a Alberto Hernández, presidente del TEA, y a Mercedes Navarro, vocal, orientadora del Teléfono e invidente.

Se resaltó la labor del Teléfono de la Esperanza en la prevención y el hecho de evitar suicidios, así como diferentes vídeos a lo largo de la gala iban subrayando la valía de personas con diversidad funcional. “Lo que des, sea con calma; lo que quites con paz; lo que llores, bien cerca; lo que olvides, sin más”, reza el himno que el cantautor Migueli escribiera para el Centro de Humanización de la Salud (CEHS).

Y por aquellos días llegaba a Zaragoza, Capital Europea de la Accesibilidad 2024, la Unidad Móvil de Intervención del Centro de Escucha San Camilo, dentro de la Red de Centros de Escucha y del propio CEHS. Valentín Rodil, su responsable, psicólogo, padre de familia y vinculado durante en décadas a la familia camiliana, nos explicaba cómo  la escucha es un arte y una artesanía.

El proyecto se prevé se implante en nuestra diócesis, a través de Pastoral de la Salud y su delegada, María Pilar Mollina, con el beneplácito de nuestro arzobispo, monseñor Carlos Escribano, y a través de diferentes grupos parroquiales, formados en la escucha y acogida a situaciones de pérdida y de duelo.

No quiero hablar de Putin ni Netanyahu, Sánchez ni Puigdemont. “Desaprender la guerra, / realimentar la risa, / deshilachar los miedos, / curarse las heridas” (Luis Guitarra). Ahora que hace el año que viajé a Tierra Santa.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 19 de noviembre de 2023).

Pantomima

Pantomima

Foto www.20minutos.es

“Representación realizada por medio de gestos y movimientos sin emplear palabras” (Diccionario de la lengua española). Y no es la ausencia de palabra lo que prima en la esfera política, ni cuando se creó la democracia –demos, ‘pueblo’, más kratos, ‘poder’– en la clásica Grecia; que es donde surgió la pantomima, subgénero dramático del mimo y el melodrama.

Significa la unión de panto, ‘todo’, y mimos, ‘imitador’ o ‘el que todo lo imita’. Se trataba de una representación dramática con máscaras y el respaldo de un coro, construida sobre diálogos ficticios y muchas veces monólogos, del propio personaje consigo mismo. ¿A quiénes poner rostro tras las máscaras?

Hoy acaso podrían simbolizarse mediante siglas. El diálogo entre PP, UPN y VOX, pudo hacérsele insulso a cierto sector del auditorio, como a otros la sátira romana de hazañas militares y episodios épicos. ¿Cómo investir de dignidad y cargo en esas circunstancias? Aunque los otros, juglares medievales o ataviados con llamativas máscaras de Comedia dell’Arte, juegan a “Quien se fue a Sevilla perdió su silla”. Y por eso no se quieren ir.

Cubren sus rostros con las enseñas PSOE, Bildu, BNG, PNV, ERC, Junts y Sumar, semejantes a pierrots indiferentes. ¿Qué importa que se parta España y no precisamente de risa? Ande yo caliente y ríase la gente, lema bien gongorino y picaresco. Aquí puede montarse antes de tiempo el belén.

Cercana a las fiestas navideñas e infantiles, la pantomima británica, con recursos cómico-dramáticos y entreactos operísticos, en los que interviene el personaje de Arlequín. Pero no olvidemos que el país se separó recientemente de Europa y de España. Amnesia, “olvido”, de la misma raíz que amnistía: “Perdón de cierto tipo de delitos, que extingue la responsabilidad de sus autores”. Lo suyo es provocar enfrentamientos cuando no se ajusta a la realidad.

En los países nórdicos se da otro género de pantomima, dentro de la historieta o cómic, con raíces humanísticas, que lleva a la reflexión y se aproxima al absurdo. Quizá ciertos políticos adoptan este estilo, evitan el primer plano más veraz y nos hacen centrar la mirada en las rebeliones y tensiones. La culpa, del contrario.

¿Con qué acepción de pantomima nos quedamos? En el castellano de siempre significa “farsa, acción realizada para fingir”. Caiga quien caiga.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 12 de noviembre de 2023).

Indiferencia empática

Indiferencia empática

Foto EP / Heraldo de Aragón

Se trata de un verdadero oxímoron: “Combinación, en una misma estructura sintáctica, de dos palabras o expresiones de significado opuesto que originan un nuevo sentido”. Y es que a veces los seres humanos, de tan complejos, tendemos a la contradicción.

Guerra de las Malvinas, de Irak, los Balcanes, Siria, Afganistán… múltiples conflictos latinoamericanos… Los veía lejanos, distorsionados por el efecto embudo, a miles de años luz de mi realidad de cada día.

Cuando estalló la guerra ruso ucraniana algo viró por dentro. Europeos y blancos, hermanos entre sí hasta hacía bien poco. Nuestra suerte también estaba echada. ¿Y si una mano funesta apretaba el botón? Además, dos vecinas de barrio y de parroquia, Natalia y su hija Virginia, huyeron del horror a los primeros estallidos. Su relato ponía la carne de gallina y el alma en vilo.

Cuando has estado en el lugar, lo sufres mucho más que si te lo cuentan en carne viva. El enfrentamiento israelí palestino me ha destrozado el alma. Obreros que salían a pie y a escondidas a ganar su jornada de trabajo; muchachos que subían al autobús para volver a casa del instituto; esos pequeños huérfanos que acogían las Hijas de San Vicente de Paúl, apátridas y posesión del Estado de por vida. Hace un año, como hace lustros, décadas, ya cantaban los asentamientos, y la división insalvable de esos dos pueblos por un muro infranqueable. Pero ahora…

La guerra se ha cebado con los menores, niñas y niños arrancados de sus familias, mujeres y civiles masacrados. Tantos años sin derechos humanos ni sociales, la rabia condensada en la punta de un cuchillo o un fusil, la larva del terrorismo integrista a fuego lento. Y los más poderosos, cultos e inteligentes, que no ceden un ápice ni por unas migajas de humanidad.

Muertos por miles, casas que no existen ya para nunca; rastreo y bombardeos de hospitales y campos de refugiados, como Yabalia, en busca de los malos. Esa niña con parálisis cerebral sin poder comer ni respirar. ¿Dónde el derecho internacional que protege al inocente en una guerra?

“Yo tenía cierta esperanza en algo llamado humanidad, pero me sorprende que esto esté pasando a los ojos de la comunidad internacional”, afirmaba Raúl Incertis, miembro de Médicos sin Fronteras que ha logrado salir de la boca del Infierno por Egipto. Vislumbra epidemias, hambre, destrucción de un estado sobre la faz del mundo. ¿Podrá salvarnos la empatía?

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 5 de noviembre de 2023).

Princesa siglo XXI

Princesa siglo XXI

Foto Ballester / Efe / Heraldo de Aragón

Nació infanta, nieta del rey reinante Juan Carlos I e hija del entonces príncipe Felipe. Ser mediática iría inherente a su condición. La presentación a España a los ocho días de nacer, la llegada de su hermana Sofía, su asistencia a la guardería, la primera comunión o su primera subida a un caza, el Toisón de Oro, su presencia en el fútbol, el homenaje a las víctimas de la pandemia, la graduación en Gales, instantes cotidianos…

Veinte fotografías inéditas de la princesa Leonor han sido el broche de oro a un mes de octubre especialmente intenso, en vísperas de su mayoría de edad. La vimos en la ofrenda a la Virgen, junto a sus compañeras y compañeros cadetes de la AGM, antes de la jura de bandera. Unas 850.000 personas presenciaron el acto, el sábado 7, pleno en emoción y simbolismos. ¿Dar la vida por España? Tan bello como sacrificado y necesario.

El 12, día de la Fiesta Nacional, vestía por primera vez uniforme militar en un acto oficial. En el besamanos del Palacio Real la sorpresa: profesores y compañeros de la AGM entre las decenas de invitados y autoridades. Jóvenes de su edad con los que se forma, y alguna vez va de compras o a divertirse por el campus.

En la gala de los premios Princesa de Asturias, dos estrellas, en un cielo lleno de constelaciones. “Mi responsabilidad hoy es comprender y valorar lo que nuestros premiados aportan a una sociedad donde convivimos muchas generaciones con la idea de lograr que quienes más lo necesitan, tengan la oportunidad de mejorar sus vidas”, afirmaría Leonor. Artes, Comunicación y Humanidades, Ciencias Sociales, Deportes, Letras, Cooperación Internacional, Investigación Científica y Técnica, Concordia. Y Meryl Streep: “El don de la empatía es algo que todos compartimos. (…) es una capacidad que todos deberíamos llevar dentro de nosotros al volver a la luz del día”.

Puede vestir de azul o del color que marque el protocolo, pero su sangre es como la de todos. Este próximo martes, 31 de octubre, Leonor de Borbón Ortiz cumple 18 años y jurará nuestra Constitución, ante toda España y todo aquel que se sienta afín. Una futura reina y más presencia femenina, una puerta abierta a la esperanza que solo la unidad transformará en presente.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 29 de octubre de 2023).

¡Felicidades, mamá!

¡Felicidades, mamá!

Foto archivo familar

Hoy, 22 de octubre, cumples un otoño más. El 21 de octubre, un día antes, papá y tú os casaseis en la iglesia de la Santa Cruz de Velamazán –unas fotografías en blanco y negro dan testimonio–. Unos meses después me trajiste a este mundo.

Naciste antes de la guerra, nuestra guerra civil, en el 34. Los disparos no llegaron al pueblo, aunque sí las venganzas y el hambre y la escasez. Los Reyes Magos nunca te trajeron aquel abrigo que tanto deseabas, con tanta nieve y churlitos.

Perdiste a hermanos mayores siendo niños, no los conociste; y a la otra, ya moza de 18, que jugaba a los bolos como nadie. Los abuelos se fueron casi tú adolescente. Y te quedaste al cargo de los tíos, tu hermana la mayor, cuidando de los campos, las gallinas, las vacas y el ganado.

Papá se fijó en ti. Empezasteis a festejar y a intercambiaros cartas –trabajaba en Correos–, hasta que llegó la boda y re viniste también a Zaragoza. Teníais lo mínimo, y los médicos no hacían ecografías. Pudiste darme a luz con gran esfuerzo: sufrimiento en el parto y parálisis cerebral.

Te recuerdo conmigo día y noche, jugando en las largas mañanas, viendo por la terraza a los niños del primero; o cuando íbamos a los Viveros, la gimnasia o al mar. Luego, cuando llegaron mis hermanos, tú supiste ponerte a la altura de cada uno, hablar nuestro lenguaje, socializar también con nuestros amigos, a los que invitabas a merendar. Modista, peluquera y siempre una excelente cocinera. Recogías y aprendías recetas, que papá copiaba, una a una, en la libreta de anillas.

Fuimos creciendo. Acompañaste a los tíos en su ocaso y deterioro; y la llegada de los nietos era una bendición. El paso de los meses y la pandemia fueron abriendo agujeros negros, irreparables. Las calles empezaron a cambiar de lugar.

“Dame un beso, por si no te veo ya mañana. Y reza un poco por mí”. Comenzabas tu camino de retorno, me propuse acompañarte en él. “Quiero irme a mi casa. Se está mejor en el pueblo”. Sí, mamá, te comprendo. Y me gusta que sigas describiéndome cada rincón del pueblo de tu primera juventud, tu mocedad y tu niñez, que es también mi memoria. Hoy cumples vida, sigues reconociéndonos y te queremos. “Dame un beso. Tengo miedo a la noche”. ¡Felicidades, mamá!

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 22 de octubre de 2023).

Traca final

Traca final

Foto DPA / Abed Rahim Khatib / Heraldo

El conflicto judío palestino ha venido alimentándose desde el siglo XIX y la Segunda Guerra Mundial, por la migración de los judíos a Israel tras el genocidio nazi y los sucesivos asentamientos. Este 2023 ha sido un año especialmente significativo. Ahí están los ataques a la mezquita de Al Aqsa en Jerusalén al inicio de la Pascua judío-cristiana, coincidente con el Ramadán. Un eslabón más en la cadena.

Se veía venir. Franja de Gaza, Altos de Golán, campos de minas y alambradas… Osama, nuestro guía, nos fue explicando los puntos conflictivos. Si Santa Helena de Constantinopla, madre de Constantino, reconstruyó en el siglo IV las huellas cristianas contra los romanos; y San Francisco combatió la ocupación otomana y el imperio de Saladino; en nuestro tiempo nos ha tocado lidiar con grupos terroristas palestinos, presentes especialmente en la Franja desde 2014.

Son grupúsculos, por más terror y violencia salvaje que desaten. El Monte Cedrón, la Matanza de los Inocentes, la decapitación de Juan Bautista, la Vía Dolorosa… Si algo aprendí en mi peregrinación fue que las gentes de Israel y Palestina, musulmanes y el reducto de cristianos que allí quedan, son hermanas. Todas Pueblo de Dios.

Tengo viva la imagen de los obreros de Belén y Nazaret que volvían a pie, ya anochecida, de una dura jornada de trabajo en territorio israelí. De los coches con matrícula blanca que no pueden salir de la zona franqueada por el muro. De las calles llenas de inmundicia. Del soldado con el fusil al otro lado del Jordán, donde renovamos las promesas. De los bebés del orfanato de las Hijas de Caridad, en Belén, propiedad del Estado, sin derecho alguno a adopción ni a volver a ver a sus madres.

¿Culpable el pueblo de Israel? Él también es víctima de un sistema. Y ahora unos y otros, Israelíes y palestinos, judíos, musulmanes y cristianos, padecen la barbarie de Hamás; mientras Jesús, el Cristo, el Codero de Dios, vuelve a ser torturado, masacrado, muerto en la cruz. “No tengáis miedo. Yo he vencido al mundo”.

Galilea, la Tierra Prometida, el Mar de Tiberiades… “Nosotros lo vimos y damos testimonio”. ¿Será el final, una alianza y contra alianza de países? ¿Cuántos más morirán? “Yo soy la Resurrección y la Vida. Quien cree en mí no morirá nunca”. ¡Qué difícil creerlo, Señor, en esta noche oscura, de increencia y misiles!

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 15 de octubre de 2023).