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La lampara encendida

Niña, levántate

Niña, levántate

Foto www.afrikaannuura.org

“Talitha kum”, palabras que grita o susurra al oído Jesús a la hija de Jairo, a la que todos dan por muerta (Marcos 5, 41). Nombre del organismo internacional, regido en un principio por misioneras Claretianas y dentro de la Organización Internacional para las Migraciones, de cara a la sensibilización y formación especialmente de mujeres, religiosas y laicas, jóvenes y adultas contra la trata sexual. Italia, Albania, Nigeria, Rumania, Tailandia, Santo Domingo, Brasil, Portugal, Filipinas, Sudáfrica u Oriente Medio, son algunos de los campos de trabajo. Película del director Pablo Moreno (2008), que recrea la escena evangélica y su entorno. Y una canción preciosa.

Algún miembro de la Iglesia parece continuar todavía en su farisaica torre de marfil: “Si se apaga la lámpara de Dios, ¿hacia dónde miramos? Si se da el eclipse de Dios, ¿cuáles son los puntos de referencia? ¿Dónde vamos? (…) … venimos del infinito amor de Dios que nos ha dado la vida. También los niños que nacen con discapacidad física o intelectual o psíquica, pero esto ya es herencia del pecado y del desorden de la naturaleza, han sido llamados por Dios” (Reig Pla, obispo emérito de Alcalá de Henares).

La Dirección General de Derechos de las Personas con Discapacidad, el Ministerio de Derechos Sociales y el Defensor del Pueblo denunciaron semejante homilía. Sin embargo, es fácil mezclar churras con merinas: discapafobia y homofobia, eutanasia y anticonceptivos. Necesitamos referentes, como John Evans, presidente de la Red Europea para la Vida Independiente, que fallecía el pasado febrero.

Uno de los cinco pioneros del Movimiento de Vida Independiente en Inglaterra, inconformista y rebelde desde niño, se rompió el cuello al regresar de una concentración sufí en Nuevo México. Del Proyecto 81, junto a compañeros de residencia, el estreno de la casa adaptad en una calle normal, el amor de 40 años a la esposa, a la creación de la Red Europea en 2007. “Se trata de que las personas con diversidad funcional gestionemos nuestra propia vida”.

Conocía a Rafael Marco, misionero en Níger desde los 80. “Allí los niños con los dientes superiores crecen más desarrollados que los inferiores son malditos, y hasta hace poco sacrificados. También los invidentes”. Rafael se ocupó junto a otras personas de estos pequeños. Y desde Zaragoza creó una fundación: Afrika Annuura. ¿Quién pecó, este o sus padres? Ni él ni los padres. Es para gloria de Dios.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 29 de junio de 2025).

¡Ay de ti, Jerusalén!

¡Ay de ti, Jerusalén!

Foto RTVE

¿Profetizó Jesús la hecatombe de la tierra que lo vio nacer? “¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que en sayal y ceniza se habrían convertido. / (…) / Y tú, Cafarnaum, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás!” (Mateo 11, 21–-23). Cafarnaún, la ciudad del Maestro tras la decapitación de Juan Bautista, de la que no quedó piedra sobre piedra. En Lucas 10 dirige palabras similares a los 70 –la Iglesia universal–.

La devastación romana, los persas sansánidas, que solo salvaron la basílica de la Natividad, y las tribus turcas; la reconstrucció de Santa Helena; las cruzadas contra los sarracenos medievales… Un palimpsesto de civilizaciones. La diáspora, los asentamientos judíos tras la II Guerra, los enfrentamientos que no cesan. El genocidio de Gaza, los últimos ataques Israel – Irán que amenazan sumirnos en la noche más tétrica.

“El pasado 2 de abril, después de este periodo marcado por el sufrimiento de tantos, volví a Tierra Santa como un nuevo despertar. Como soplo de aire fresco” (Ana Palacios, de la Hospitalidad Jesús de Nazaret). Nos enviaba un WhatsApp al grupo para San Jorge, por si queríamos apuntarnos o conocíamos a alguien, del 23 de junio al 3 de julio. ¡Quedaban pocas plazas!

Y otra vez, Belén, Nazaret, Jerusalén, con algún día más de estancia y algunas novedades, el monte Sion, Jericó, y un espacio dedicado a la Hospitalidad en la capilla de la Inmaculada. Mi pareja y yo lo estuvimos pensando. El grupo siempre activo, Ana nos seguía animando como una nueva Teresa, de Calcuta o Jesús, buscadora impertérrita de huellas. Al final, un grupo de 28 peregrinos de esperanza.

El día 14 del presente nos compartía su carta a la Custodia Franciscana: “Ya ve, ayer justo cuando terminé de escribirle, con muchísima alegría, nos sobresaltaban las terribles noticias sobre lo que está sucediendo, y el cierre del espacio aéreo. Intenté mantener el grupo hasta el final, pero con gran dolor los peregrinos fueron anulando”.

No perdamos la paz ni la esperanza, nos lo pide María.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 22 de junio de 2025).

La Trinidad

La Trinidad

Foto https://amigosdeteresa.com. Santa Teresa de Jesús inhabitada por la Trinidad. Icono de Paola Rigamonti, ocd.

Hoy domingo se celebra en el mundo católico la festividad de la Santísima Trinidad, ya desde el siglo VIII y especialmente con Juan XXII (1334). Una fiesta que arraigó, como suele suceder, en la religiosidad y cultura popular de España y Latinoamérica. Castilla León, Andalucía, Zaragoza, Ávila, Soria… En esta última, Fuentestrún, Fuentelsac, Peroniel del Campo, Camparañón o Ágreda.

También en Velamazán, nuestro pueblo, se festejaba la Trinidad siete días después de la venida del Espíritu. Aunque en los años 70 se cambió al tercer día de las fiestas de agosto, tras la Virgen y San Roque, para que los hijos que vivíamos fuera y los forasteros pudiésemos asistir con más facilidad. Supongo que el gaitero, el confitero y los guisos sorianos de la abuela y la madre se combinaban con la misa y la procesión. Después pasaría a ser algo más lait, sin apenas juegos para los peques, la degustación a la tarde en la plaza y solo disco-bar en la noche, sin grupo musical.

Eso es más misterio que la Santísima Trinidad, decía el tío Fermín. Un solo Dios verdadero en tres personas diferentes, ni tú, ni yo ni nadie podemos entenderlo. No le llevaras la contraria. Trini o Trinidad para mujeres, Trinitario en varón, nombres bastante corrientes.

“Pone el Señor lo que quiere que el alma entienda, en lo muy interior del alma” (Vida 27, 6). Teresa de Jesús se sentía habitada por el Padre, de niña, por el Hijo, de joven, por el Santo Espíritu en su ya plena madurez. El gran misterio del amor y la síntesis del ser cristiano.

Tras mi viaje a Taizé, con imágenes y comentarios alusivos, y mi pequeño trabajo de carrera, necesitaba contemplar y examinar el icono de la Trinidad de la iglesia de la Santa Cruz (1686), de Velamazán, que compraron en los últimos años. Un Hijo joven y moreno con túnica roja, un anciano Padre canoso vestido de verde, y sobre sus cabezas un sol dorado de rayos refulgentes representando al Espíritu. No era una iconografía muy frecuente, al lado derecho del retablo, tras el altar. Me gustó.

Dicen que el amor es la única puerta de la mística. Y cada primavera, para la Trinidad, recuerdo un pueblecito de la España vaciada que siempre pervivirá en la memoria.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco"m domingo 15 de junio de 2025).

La letra y el espíritu

La letra y el espíritu

Foto Guillermo Mestre / Heraldo 

La 84ª edición de la Feria del Libro de Madrid, del 30 de mayo al próximo 15 de junio, se inauguraba con sendos homenajes a tres grandes de las letras: Mario Vargas Llosa, recientemente fallecido, y mis admiradas Ana María Matute y Carmen Martín Gaite, en el centenario de su nacimiento.

La ciudad de los perros, Los Abel, Los hijos muertos, Olvidado rey Gudú, Entre visillos, El cuarto de atrás, Nubosidad variable… Son imprescindibles para entender  la vida, la democracia de unas décadas acá, la lucha soterrada por la dignidad de la mujer. Para entendernos.

Las ferias aragonesas son más breves, la nuestra en Zaragoza termina hoy, pero nunca por ello menos fecundas. Entre las editoriales y libreros harto ya conocidos, en las casetas recicladas del arte floral en el parque Labordeta, alienta el espíritu de Ramón y Cajal: “Urge, en efecto, si queremos incorporarnos a los pueblos civilizados, cultivar intensamente los yermos de nuestra tierra y de nuestro cerebro” (1 de mayo de 1922).

De los hermanos Echegaray Eizaguirre, Miguel el músico, que llegó a maravillarse en el paseo que le dio nombre, Eduardo, el hombre de ciencias, y José, el Premio Nobel por su estensa obra teatral. Y Aragón guarda el regusto de los Baroja, Pío, Ricardo, Carmen –“Vera de Alzate”—y Julio Caro, dedicaación artística literaria, de pensamiento avanzado, que dejarían huella en autores anónimos oscenses

José Antonio, entrañablemente ligado a Emilio Lacambra, cuyo parque acaba de inaugurarse en Torrero, y su popular y solidaria casa de comidas, templo de tantas tertulias literarias. Por no citar a Rosendo Tello, mi maestro y el de toda una generación, el polifacético José Verón Gormaz, el eterno Ángel Guinda y tantos otros.

José Ferrer Lerín y José-Carlos Mainer, pregonero y homenajeado en la Feria  del Libro en Zaragoza, una pieza más que vertebra Aragón y la nueva cultura que nos viene. “Tú sabes cómo a veces / me falta hasta el aliento para amarte; / y a veces se me da, como una red de ensueño, / la gracia y la ternura” (Flor de agua). Espíritu y palabra creadores.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 8 de junio de 2025).

Mis niños masacrados

Mis niños masacrados

Foto Associated Press / LaPresse

“Wasted love” (Amor despreciado, traducción propia) ganaba el pasado 17 de mayo la 69ª edición del festival de Eurovisión. La canción de Israel quedaba la segunda, gracias al voto del público, pese a las muchas críticas que todavía penden sobre ella. España y la magnífica interpretación de Melody, a la cola, junto a San Marino, Dinamarca o Islandia. Gaza no se presentaba.

La situación es insostenible, afirmaba el representante palestino ante la ONU, llorando, como un niño. No son falsas noticias las que vemos hace meses por la tele, en las redes, en la prensa. Esa niña huyendo entre las llamas; los bebés esqueléticos de pura inanición; los envoltorios de cuerpos muertos o asesinados; las mujeres con lágrimas en el alma. La barbarie, los crímenes de guerra o lesa humanidad, el genocidio.

Anteayer no me dolía hasta tal punto el dolor de mis hermanos. Quizá tenia escamas en los ojos del alma, parafraseando a San Pablo y Santa Teresa. Sin embargo, hoy, habituados como estamos al horror de los horrors, me duele hasta más alla de las entrañas, mucho más hondo. Acaso por mi visita a tierras colindantes de Israel y Palestina, no exactamente Gaza.

Los abuelos de los padres de estos niños ya lo vivieron, viene de muy antiguo. Y en nuestro viaje pudimos comprobar los asentamientos israelíes, los coches palestinos con matrícula diferentes, para no permitirles salir del muro; las colas de obreros volviendo a un hogar de hambre y miseria, al atardecer, por no tener otro medio de transporte.

Nos hablaron del torrente Cedrón, en la hondonada de Jerusalén, donde lanzaban a los primogénitos --¿remedo del monte Taigeito, en Esparta, para los pequeños con discapacidad?--. Y con posterioridad de la matanza de los inocentes, que José Luis Corral nos corrobore si fue o no en tiempo de Herodes. Pero esta es otra historia.

¿Quizá olvido histórico? Los judíos sufrieron su propio exterminio. ¿No vendrán de entonces conceptos como eugénesis y euthanasia, tan actuales? Rusia sigue atacando Ucrania; y el velero desamor se transforma en patera en las costas españolas y canarias. Pero matar de hambre y desatención humanitarian, son palabras mayores.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 1 de junio de 2025).

Tardes de la Romareda

Tardes de la Romareda

Foto www.aragondigital.es

Tardes de la Romareda en triunfo. Así se titula un poema de Manuel Pinillos de su libro Lugar de origen (1965): “Como chiquillos con juguetes, / como ovejuelas que se empujan,  / como la primer brisa en el grumete, / las “goleadas” nos estrujan / el corazón; y se dibujan  / maretazos de luz, donde el tiempo se mete / (…) / ¡Oh, noches de partido / bajo los grandes focos como soles…!”. Eran otros tiempos. El estadio se había trasladado desde Torrero e inaugurado ocho años atrás, todavía sin techo. Los aficionados, generalmente hombres, lo veían como un recreo y un avance en la ciudad.

José Camón Aznar, en el prólogo del libro, resalta el valor y la gran valía de poetizar los lugares propios y communes: “El viento, la estepa, los barrios pobres que empiezan a hacerse ricos, el tomillo, la plaza de España, los domingos ciudadanos, los recuerdos infantiles, la Romareda y hasta una evocación de la salida de una corrida de toros”. Y el crítico José Luis Calvo Carilla habla de “Círculos concéntricos que se superponen, desde el cuarto, la casa y la ciudad, hasta Aragón, España y el caos vital del mundo en que vivimos”. Massiel no había ganado todavía Eurovisión.

Aquel primer sencillo estadio levantado en un barrio casi rural, con cultivos y matorrales, iba a ser para siempre parte de nuestra biografía y nuestra educación sentimental, fuésemos o no forofos. Así, a finales de los 70 y principios de los 80, recuerdo a Simón, compañero de Auxilia, con quien veía el Zaragoza en su casa. Y a Sara, voluntaria, hija de uno de los Magníficos.

Construyeron la techumbre, dieron más altura y potencia a los faros, y la Romareda se convirtió en uno de mis barrios favoritos. El “Totus tuus” de la visita de Juan Pablo II se hizo lema de toda la ciudad, en una época en la que admirar a los gerifaltes de la Iglesia se nos hacía carca.

En la hierba o en primera fila de las gradas disfrutamos de Joan Manuel Serrat o Gloria Estefan, entre otros. Siempre camino al Parque, a veces nos cruzábamos con los aficionados q iban al campo. Después el Aditorio, la sede de la Asociación Aragonesa de Escritores en lo q fue edificio para periodistas, el restaurant La Brasa, donde nos reuníamos los ex compis de la Universidad. Y antes los Cines Renoir, en los que película tras película me fui enamorando.

¿Qué será de los nuevos leones del anfiteatro reconstruido?

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 25 de mayo de 2025).

Las sandalias del misionero

Las sandalias del misionero

Foto www.heraldo.es

Si recuerdo mi infancia, no podía escuchar calmadamente los pasajes de la cruz, ni imaginarme la muerte ni las guerras, ni ver cabezas decapitadas en un libro de historia. Después, la vida me fue dando amigos religiosos y sacerdotes, que lo entregaron todo desde su juventud, con voluntad de hierro y con ternura. Y de un tiempo aquí, varias mujeres inmigrantes han venido a casa, para ayudarnos y asistirnos a mis padres y a mí.

No son pensamientos inconexos, en absoluto. Es más, cuando el pasado 8 de mayo el cardenal Prevost era elegido papa y, tras la esperada fumata blanca, salía al balcón, ya como León XIV, su petición por la paz del mundo, su alusión a una Iglesia misionera y sinodal y a Francisco, y su condición de inmigrante, a partes iguales norteamericano, latino y español, y su dedicación sin cortapisas, aunaban todos esos elementos. Yo lo capté en sus ojos, emocionados.

¿León Magno, el primer pontífice con ese nombre? ¿León de Asís, el discípulo predilecto de Francisco? ¿Fray Luis de León y su admirable vida retirada, también agustino como Robert? El propio León XIV dejaría bien clara la influencia de su predecesor, León XIII, y la doctrina social de la “Rerum Novarum”, esencial en una Europa y una tierra convulsas, como ahora.

De joven estudiante comprometido a sacerdote, de padre agustino a máximo responsable; misionero, uno más con los jóvenes, en Chiclayo (Perú), administrador apostólico, obispo; del dicasterio de los obispos a sucesor de Pedro. Una rica vida interior, la casa construida sobre roca, intelectual y humana.

Y Agustín y su madre, Mónica, una cultura y tradición de siglos. El magisterio del obispo de Hipona, del desierto, próximo y semejante de sus hermanos al margen. En su escudo episcopal, un lirio blanco, símbolo y emblema de María, y el corazón traspasado por una flecha.

Y está en el más aquí. Su consejo a los periodistas, paz, justicia y verdad. Que los líderes del mundo lo escuchen, se devuelvan rehenes y no mueran más niños palestinos. Hoy esperamos con expectación la primera misa oficial de León XIV y su mensaje. Que tender puentes entre hermanos y países no se quede en metáfora.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 18 de mayo de 2025).

Ecología sinodal

Ecología sinodal

Foto https://plataformadeaccionlaudatosi.org/ - Cáritas Nigeria

Cuando escribo estas líneas, todavía no ha comenzado el cónclave de los cardenales electores, que designará a un nuevo sucesor de Pedro y del papa Francisco. Sin embargo, tenemos muy presentes las palabras del santo de Asís con las que inicia su tercera encíclica, “Laudato Si”, de 2015: “Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas”.

La carta se divide en seis grandes capítulos, que analizan lo que está sucediendo a nuestra casa común, el llamado Evangelio de la Creación, la raíz humana del problema, una ecología integral, a nivel personal, comunitario y político, y la necesidad de una educación y espiritualidad ecológicas, que nos lleven a un mejor futuro.

A partir de la encíclica, se crearía la Plataforma de Acción Laudato Si, dentro del dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral –llevado por varones y mujeres–, que forma, asesora y da vías de solución a hogares y organismos católicos, laicos y religiosos, de todo el mundo, 153 países en concreto.

En España, diferentes diócesis han tomado cartas en el asunto. El pasado 13 de febrero, la Delegación Episcopal de Ecología Integral de la archidiócesis de Zaragoza presentaba su proyecto: Juntos por la Casa Común. Sensibilización, formación, diálogo colaborativo y denuncia profética, entrecruzados siempre por la oración. Se trata de fomentar una nueva mirada, una espiritualidad ecosocial y otros estilos de vida –en el centro de mira los pobres y habitantes de los márgenes–.

En la Iglesia de Vitoria se va desarrollando el trabajo Cuidemos nuestra “casa común”: Acciones personales y comunitarias. Tales como la gestión energética, del agua, la luz o los residuos, así como compartir el coche o responsabilizarse de un menor consumo. El catálogo de posibles implementaciones es aún más amplio en Ensayos de Ética Ambiental, de la cátedra del mismo nombre de la Universidad de Alcalá (Madrid). Vamos por buen camino de conversión.

“Al final nos encontraremos cara a cara frente a la infinita belleza de Dios y podremos leer con feliz admiración el misterio del universo”, concluye la encíclica. No más cortes de luz, agua, alimentos ni derechos humanos. La nueva Jerusalén comienza en el cuidado de nuestro entorno más próximo.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 11 de mayo de 2025).

Habemus sanctum

Habemus sanctum

Foto Zuma via / Europa Press

No sé si el papa Francisco hubiera sobrevivido al apagón eléctrico del pasado lunes, justo a la semana de su tránsito. Algunos diversos funcionales pentapléjicos y enfermos conectados al respirador no pudieron hacerlo. Esperemos que a partir de este próximo miércoles, ningún otro parón de energía nos impida seguir las noticias del cónclave, en  espera de la fumata blanca.

No lo tiene fácil el sucesor. La cercanía de Francisco a los inmigrantes, desde la trágica experiencia en Lampedusa; su amor e inclinación por los más frágiles; su debilidad por los pequeños, enfermos o víctimas; su lucha por la dignidad de la mujer, como hiciera Jesús con las primeras testigas y discípulas de su vida y Resurrección; su empeño en detener las guerras; su laude y cuidado de la tierra, nuestra casa común; su apuesta por el amor diverso, no entendido todavía en gran parte de nuestra sociedad.

Llamaba de improviso a un particular, ofrecía una audiencia privada o recibía en Santa Marta a cualquier indigente de Italia o de la tierra. Tras la encíclica Lumen fidei, escrita con Benedicto XVI, nos sorprendía a todos con Laudato si: “Esta hermana –la Tierra– clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella”. San Francisco de Asís y vivir la fe desde el corazón, según san Ignacio de Loyola, fueron dos de sus lemas esenciales.

El Sínodo de la Amazonía y el reciente Sínodo de la Sinodalidad, que nos involucró a todos, pueblo de Dios y descartados, marcaron un antes y un después. Llevados de la mano del Espíritu y de la Virgen de los Nudos, emprendimos un camino sin retorno.

Mi amigo José Carlos Bermejo, del Centro de Humanización de la Salud –primer General de una orden no ordenado–, fue encargado por Francisco de un minucioso estudio sobre abuso infantil. Tolerancia cero. Y la aragonesa Cristina Inogés se hizo viral y popular como responsable en la secretaría del sínodo.

En contacto con Gaza hasta el sábado santo por la noche, nos bendijo en la mañana de Resurrección. No se dejó ningún cabo sin atar. Cientos de miles que fueron a despedirse y a adorarlo no pueden paralizarse ante ningún apagón. Una sencilla lápida de mármol, la cruz de su pontificado y una luz entrañable. Tenemos un nuevo santo que nos vela.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", doimingo 4 de mayo de 2025).

Viajes cíclicos de primavera

Viajes cíclicos de primavera

Foto Jesus Alba

No contemplas o entras dos veces en el mismo río, diría Heráclito. Cuando estuvimos en el nacimiento del río Cuervo, rumbo a Cuenca y a la Ciudad Encantada, estaba seco. Esta primavera es más húmeda y el agua fluye como el tiempo, aparte e contar con la rampa accesible. ¡Impresionante!

Me impresionó ya entones el embrujo de las casas colgantes, las rocas erosionadas en forma de seta, el tornado, la lucha del cocodrilo y el elefante, el monasterio… los cuadros en pan de oro del comedor de Las Majadas –donde el camarero nos cantaba cada plato a la velocidad de bingo–, la historia de Marcial, combatiente en la guerra, carbonero, minero y albañil, que a sus 85 años seguía confeccionando zuecos de madera.

Al año siguiente estuvimos en Toledo con Disminuidos Físicos de Aragón. El puente sobre el río enlaza dos riberas diferentes y armónicas. De este lado, un castillo medieval transformado en albergue, donde nos hospedábamos. Al fondo, la ciudad levantada en la roca. La ciudad de la diáspora encierra mil rincones sugerentes, mil secretos bellísimos. Me imagino a San Juan de la Cruz, descolgándose de su prisión al Tajo en una noche oscura, sin luna llena; los cantos sefardíes; o al creador de aquel robot de palo recorría las piedras empinadas de la antigua Toledo.

El cuadro de El entierro del conde de Orgaz, en Santo Tomé, quedó para una próxima visita. Fueron dos años clave, en los que los tíos se marcharon a su edén particular e hicieron su nido eterno aquí en mi corazón.

Esta semana hemos vuelto a Cuenca y a Toledo, y a lugares ignotos, como Mota de Cuervo y sus molinos cervantinos, justo el Día del Libro, con representaciones y lecturas de chavalines de primaria; o el bellísimo y legendario castillo de Belmonte –no accesible el segundo piso–, con una interesante conversación entre Juana la Loca y Eugenia de Montijo, a través de la memoria y la inteligencia artificial. Si con algo me quedo, la catedral de Toledo, con sus innumerables capillas, tesoros, rosetones, retablos, el Ostensorio del Corpus, y el cuadro “Y el almendro floreció”, de Isabel Guerra –tránsito de Santa Teresa–.

El entierro del señor de Orgaz me dejó sin palabras. Y las cataratas brotando de la roca  que hacen nacer al río Cuervo me sumieron en éxtasis. Es el ciclo vital de cada río, de la rueda que somos, de cada primavera.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 27 de abril de 2025).

Testigos del amor

Testigos del amor

Capila de la Presntación de la Virgen. Foto Jesús Alba

“El mismo Dios, como esperamos, se apiadará pronto de nosotros y nos reunirá de todas partes en el Lugar Santo, pues nos ha sacado de grandes males” (2 Macabeos, 16). Libro bíblico no reconocido por toda la tradición cristiana, como hoy muchas mujeres y hombres no reconocemos la esperanza intrínseca a la vida. Insertos como estamos en la falta de sentido de los grandes que gobiernan la tierra, en la guerra y las bestialidades a los más inocentes, en las catástrofes naturales, en la injusticia.

¿Cómo entender que desde los neandertales a la cultura megalítica, de las cuevas rupestres a Egipto, Grecia o Roma, intuyesen que hay una vida más allá de la vida? Si se nos muere un hijo y se hunde el mundo. Si cuando viene con una deformación o enfermedad algo severa exigimos el derecho al aborto. Si cuando aparece en nuestro horizonte personal un cáncer, una ela o un mal discapacitante, optamos o nos obligan a la muerte digna.

Y el propio transcurso de los acontecimientos, una relación que no acaba bien, un empleo que no llega, una depresión que nubla mirada y corazón. ¿Cómo autores de la talla de Flavio Josefo o Tácito registran datos de un tal Jesús, que cuentan resucitó de su condena a muerte y la frialdad de un sepulcro judío, con su rueda de piedra inamovible? Si la vida nos pesa, y el paso de los años, la enfermedad y el ir envejeciendo, sobre todo si quienes te dieron vida se vuelven otra vez niños y dependientes, tan necesitados de toda tu energía para sobrevivir.

“Estaban aún perplejas, cuando dos hombres se presentaron ante ella con vestidos deslumbrantes. (…) ¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?” (Lc. 24, 4-5). En Mateo, es un ángel, que se presenta a las mujeres que siguen a José de Arimatea. En Marcos, es un joven con vestidura blanca quien da el anuncio a María Magdalena, María la de Santiago y Salomé. Fueron visiones que a 2000 años vista no terminamos de vislumbrar, y nos dejamos llevar por la tristeza ante una muerte sin retorno.

Juan, posterior y más lírico y catequético para las comunidades del futuro: “Jesús le dice: ¡María! Ella se vuelve y la dice en hebreo: ¡Rabbuni!” (Jn. 20, 17). Nos llama en nuestro nombre, como a Elías en la cueva, Tomás o Cleofás camino de Emaús. Hechos, San Pablo… una larga tradición sinodal que continuamos. “Nada de lo amado se pierde, nadie amado se destruye, nada ni nadie amado desaparece en la nada” (Cristina Inogés). ¿Nos lo creemos?

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribina", "El foco", domingo 20 de abril de 2025).

Sorda

Sorda

Foto cartel de la película

Llegaba el pasado fin de semana a las pantallas zaragozanas “Sorda”, de la directora Eva Libertad (nombre real, no simbólico), con acertada ambientación musical de Aránzazu Calleja y magistralmente interpretada por Miriam Garlo, actriz no oyente, uno de sus mayores aciertos. La cinta está inspirada en el corto del mismo título (2021)

En la web de filmaffinity, página especializada en cine, leemos esta sinopsis: “Ángela, una mujer sorda, va a tener un bebé con Héctor, su pareja oyente. El embarazo hace aflorar sus miedos frente la maternidad y sobre cómo podrá comunicarse con su hija”. Pero hay mucho más.

Una persona sorda que vio la película comentaba: “Me sentí identificada en muchos momentos, especialmente en lo relacionado con mi vida familiar. La falta de accesibilidad, las barreras invisibles, la lucha constante por ser comprendida. (…) Pone sobre la mesa los desafíos de la comunicación en un mundo diseñado para oyentes”. Vayamos más allá.

Sordos, sordociegos, paralíticos cerebrales, cualquier persona con diversidad funcional puede sentirse reflejada. Cuando la madre –Elena Irrita– le dice a Ángela: “¿Vosotros para qué queréis tener hijos? Estáis muy bien así”. Cuando la dependienta de la farmacia o el doctor se dirigen y miran a Héctor, la pareja –Álvaro Cervantes–, en lugar de a la futura mamá. Y en el parque o en el colegio, cuando los otros padres no saben cómo tratarla o lo hacen como a una niña. Ninguneo, infantilización, ignorancia del mundo de la diversidad.

Y Ángela se refugia en el grupo de amigos de la asociación, también padres. Se siente segura, protegida, aceptada. Y una se identifica con la rebeldía de la mujer, con la injusticia de este mundo, con su profunda soledad. Bellísimo el baile en la cocina; desgarrador el corte de silencio de la cinta, que nos mete en el cuerpo y la mente de Ángela; su actitud conciliadora ante los retos.

“Qué hermoso era tu pecho, una blanca luna. / (…) / Qué herida me condena sin guardar reposo”. Bello preludio de Pasión y Vida.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "Eñ foco", doomingo 13 de abril de 2025).

Supervivencia

Supervivencia

Foto www.heraldo.es

En mi casa siempre había un pequeño botiquín: algodón, un frasco de alcohol, jeringa de vidrio, aspirina Bayer, y algún jarabe o pastilla que solían quedar de la vez anterior. Velas compradas o de la iglesia –remedo de la torcida o tablilla con cera enrollada  que aún se conserva en el pueblo–, mechero, cerillas, linterna con pilas y transistor. Celo y normalmente pegamento de cola. Mi madre cada invierno y verano ponía en lo alto de los muebles un recipiente con agua, para que no se secasen demasiado, costumbre que aprendió de su madre. Durante toda mi infancia, la túrmix para triturar mis alimentos, mucho hígado y Calcio 20.

Bolígrafos, negro, azul y rojo, tarjetillas de correos, para ver si escribían, que todavía hay por ahí, y una pastilla de lacre roro, una cuerda, con cuyo extremo encendido se derretía, y un anillo, para sellar las cartas importantes y algún paquete mi padre. Útiles de higiene y de afeitar. Cuando anunciaban que iba a faltar el agua, se cogía en la bañera y en algún cubo. Algún año después, una bombona pequeña de butano a la que conectar el hornillo y la lámpara, cuando en la casa de Velamazán aún no teníamos luz, que estábamos haciéndola.

¡Ah!, y mi silla. Primero de bebé, en el cuarto de contadores, y luego en la terraza o en el garaje del pueblo. Y una manta de más, la botella con agua casi hirviendo, la bolsa bien tapada y después la manta eléctrica, que hacía mucho frío y la ropa se quedaba como cristos en el tendedero. Mala suerte si se cortaba el teléfono, todavía de rueda, que yo no podía ni marcar. Y la corriente eléctrica, todavía de 125 voltios, era más necesaria para la única estufa de piña de la casa que para la luz.

Los abuelos y nuestros padres de niños vivieron una guerra civil, y la dura posguerra perduraba cuando nosotros nacimos. La comida se hacía en la cocina de carbón si fallaba la eléctrica. Pesetas y billetes de veinte como mucho –de cien pocos y de mil menos–. Las pastillas de yodo ni se imaginaban, que las chapitas de Nucleares no hubo hasta los 80, ya en la carrera. Extintor, casi en ningún edificio. Sí papel higiénico y media bañera.

No es meternos miedo con la tercera guerra la advertencia de la UE. Una dana, el incendio en un garaje, cualquier emergencia… “Accidente o caso imprevisto” (Diccionario de uso de español). Las siete doncellas sabias se salvaron por tener preparado el aceite y dispuestas las lámparas; no las necias.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 6 de abril de 2025).

Primavera climática

Primavera climática

Foto www.iberlibro.com

Primavera, “estación del año que está entre el invierno y el verano”, del equinoccio del 21 de marzo al solsticio de junio. Época propicia a las alergias, “conjunto de fenómenos nerviosos, respiratorios o eruptivos producidos por una sensibilidad especial del organismo o alguna sustancia”; y también a los cambios de ánimo, “capacidad para arrostrar las dificultades de la vida”.

Aunque cuando María Moliner redactó el Diccionario de uso del español (DUE) no había la emergencia de ahora por el cambio climático, definió ya clima como “conjunto de condiciones atmosféricas de determinado sitio, constituido por la temperatura, la humedad, la nubosidad, los vientos, la cantidad y frecuencia de las lluvias, etc.”. Algo se barruntaba desde el estudio minucioso y cotidiano del léxico.

Este año además el cambio –“acción y efecto de cambiar(se) en cualquier acepción”– de hora –“ cada una de las veinticuatro partes de la misma duración en que se divide el día”– ha venido precedido de un eclipse, “paso de un astro por la sombra de otro, como ocurre con la Luna cuando la Tierra está interpuesta entre ella y el Sol”. No se daba esa diferencia horaria en los años 60 y anteriores, pero sí retrata el reloj como “dispositivo o mecanismo que señala el paso del tiempo y la hora que es en cada momento”. Y recoge en sus múltiples acepciones desde el reloj biológico –“mecanismos fisiológico que regula el ritmo vital de los seres vivos”– al digital –“el electrónico que no tiene manecillas sino una pantalla donde aparece la hora indicada con números”–.

Estamos en el equinoccio, “cada uno de los dos del año en los que el Sol cruza el ecuador celeste, en los cuales el día y la noche tienen la misma duración”. Y sin duda, pese a todos los pesares, ante una primavera de la vida y la sociedad: “Época de una cosa en que, habiendo llegado a su completo desarrollo, no ha empezado todavía la decadencia”. Sin duda todo es cíclico –“serie de acciones, acontecimientos o fenómenos que se suceden hasta uno desde el cual vuelven a repetirse en el mismo orden”–, y va rotando –“alternar personas o cosas en determinada función o actividad”–.

Tal día como hoy, hace 125 años, nacía María Moliner, nuestra más importante lexicógrafa, preclara precursora del presente y el futuro.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 30 de marzo de 2025).

Ser mujer en Aragón

Ser mujer en Aragón

Foto: Concepción Gimeno de Flaquer. Arturo García Campos

Que Pilar Alegría haya sido elegida secretaria general del PSOE en Aragón, aparte de la ideología de cada una y cada uno, sigue rompiendo techos de cristal. No es la primera mujer representante o presidenta de un partido político, pero siempre es un motivo de esperanza.                                             

Esta misma semana se erigía asimismo como primera rectora de la Universidad de Zaragoza, en más de 500 años, a Rosa Bolea. Catedrática de Sanidad Animal en la facultad de Veterinaria, vicerrectora de Política Científica, sus retos son lanzar el campus público al futuro, modernizarlo y adaptarlo a las nuevas tecnologías y flexibilizas la oferta educativa. Lo logrará, pese a su modestia al incluirse en el 30% de mujeres rectoras universitarias.

Si retrocedemos unos cuarenta años, nos encontramos con nombres tan señeros como Isabel Tenaille o Mercedes Milá, Paloma Chamorro, Rosa María Sardá, Alaska, Gloria Fuertes, María Luisa Seco, la Calaf y la Mateo, Ana Blanco y  Francine Gálvez, la Viza y la Escario, Pilar Miró, Ana Diosdado, Carmen Maura, Mayra Gómez Kemp… Frente a la mujer florero y secundaria de otras televisiones europeas.

Se cumplirán 125 años, el próximo 30 de marzo, del nacimiento de María Moliner. Escritor, “persona que escribe obras científicas o literarias”. Su Diccionario de uso del español marcaría un antes y un después. Nacida en Paniza, con infancia en tierras de Almazán por la profesión de médico de su padre, del Cuerpo de Archivos y Bibliotecas, a la cultura pública, la familia o la reacción del diccionario. Degradada por el régimen franquista y como mujer, su potencial silla en la RAE la ocupó un eminente filólogo: Emilio Alarcos Llorach.

Y en la Universidad de Colorado ha comenzado a estudiarse a una alcañicense olvidada: Concepción Gimeno de Flaquer (1850). Periodista, escritora, precursora del feminismo en pleno siglo XIX y en el sexenio liberal, tras la expulsión de Isabel II. Autora de La mujer española, Madres de hombre célebres o La Eva moderna, resguardada en la defensa del matrimonio, la maternidad y la obediencia, es precursora de derechos que hoy nos parecen propios de cualquier hombre y mujer.

Sin embargo, ser mujer excelente en Aragón y en España, y no morir en el intento, sigue siendo casi llorar.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 23 de marzi de 2025).

Paz en la guerra

Paz en la guerra

Foto www.bbc.com

Parece haber cierta esperanza en las negociaciones entre Kiev y Estados Unidos, aunque este prefiera negarle las armas, mientras la Unión Europea y China ofrecen a Ucrania todo apoyo logístico. Putin quiere asegurarse y avanzar en sus fronteras. Pero ya es buena señal una tregua de 30 días. Puede ser el principio.

Y con todo, tantas familias rotas, en duelo ya para el resto de sus vidas, esos 20.000 niños soldados, cambiados sus nombres, vendidos a otros padres extraños… ¿Quién lo restituirá?

Kirguistán y Tayikistán instituyen su frontera y su paz, tras décadas de dolor heredado de la escisión de la Unión Soviética. Pero el mal y odio de generaciones, ¿podrá arrancarse de raíz? Como los siete brazos de Israel, que alcanzan y destruyen no solo Gaza, sino Líbano y Siria, que a los 14 años del inicio de su devastación se sigue viendo masacrada por enfrentamientos de facciones intestinas.

Regresar a la Anunciación y la Natividad, a Belén, Nazaret, Jerusalén, al mar de Galilea, Getsemaní o el Gólgota, no es tan sencillo cuando Israel sigue haciendo de las suyas en Gaza, y tanto rehenes palestinos como israelís sufren abusos sexuales continuos y palizas sin cuento cuando se rompe un pacto.

Y es solo una pequeña muestra, la más mediática. México y Colombia se debaten entre los muertos en las calles y los enfrentamientos de grupos paramilitares y urbanos. En África tenemos la guerra de Sudán, el Sahel y la región de los Grandes Lagos. República Democrática del Congo, Ruanda… A la miseria se suma más miseria sin solución de retroceso. Paquistán y Myanmar, en Asia, sufren como otros muchos el doble frente de la contienda y la amenaza yihadista. Y volvemos a Oriente Próximo y a la guerra ruso-ucraniana, la sardina que se muerde la cola y puede devorarnos a todo el planeta.

El gran Trump ha advertido a Irán de su estrategia nuclear. Oídos sordos. Pero en cada país, en cada rincón del universo, hay siempre un niño que sonríe, una madre que está dando a luz o amamantando, un hombre o una mujer que espera reencontrarse con la persona amada. Por eso, aun en la madre de todas las batallas, permanece un reducto de ternura.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 16 de marzo de 2025).

Mujer e Iglesia

Mujer e Iglesia

Foto www.cope.es

Llevamos 50 años celebrando en España celebrando el Día de la Mujer, desde que debía pedir permiso al padre o al esposo, desde comprar el frigorífico a hacer cualquier gestión social. Mi madre también me comentaba que en las monjas había clases: si alguna no tenía ni dinero ni estudios, la ponían a fregar.

Lo primero ha cambiado muchísimo, y lo segundo puede ser una exageración. Pero que vamos a años luz de otros países nadie lo duda. Me llegaba el otro día un bonito artículo, “El saber no ocupa lugar. Hacia una Iglesia de la sinodalidad”, de Cristina Inogés. De cara al Día del Seminario, el próximo 19, afirma la teóloga cómo en muchos claustros de formación de los futuros sacerdotes parece que “se ignora no solo el magisterio del papa Francisco, sino que se ‘reinterpreta’ la recepción del Concilio Vaticano II”. Mientras en universidades romanas imparten clases profesoras y doctoras en Teología, de diversas órdenes religiosas, en España se obvia la presencia femenina.

Mientras el CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño) y la CLAR (Confederación Latinoamericana de Religiosos), en Hispanoamérica, apuestan por una formación más sinodal, entre nosotros familia, vida y afectividad, quedan ancladas en dos papados anteriores. No en vano, en el Sínodo para la Amazonía (2019) se propuso que, tanto diáconos permanentes casados como mujeres, pudieran celebrar y dar los sacramentos, “en situaciones extremas”, en la Iglesia local.

Aunque ha sido el Sínodo de la sinodalidad (2021-24) el que ha marcado un antes y un después. Crear dicasterios y órganos de gobierno femeninos, y aceptar el voto de mujeres, religiosas y laicas, en una asamblea mayoritariamente episcopal no se había visto nunca. ¿Que falta mucho? Sin duda alguna. El pasada 2 de marzo el movimiento Creyentes y feministas por una Iglesia en igualdad se manifestaba en Murcia y en la plaza de La Seo; y hoy domingo 9 en Cantabria, Madrid y otras.

El aldabonazo de Francisco, nombrando en el hospital a Raffaella Petrini presidenta de la Ponticia Comisión y Presidenta de la Gobernación para el Estado de la Ciudad del Vaticano, siempre antes un cardenal, suscita esperanza y júbilo. Teresa de Jesús, Catalina de Siena, Teresita de Lisieux, Hildegarda de Bingen, las cuatro grandes. María Magdalena fue restituida en la Historia, según Alejandro Tamayo. Volvamos al origen: “Yo fuera para ti, desde una luz antigua, / esa eterna mujer a quien siempre tendiste / la mano y la esperanza” (Flor de agua).

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 9 de marzo de 2025).

Francisco, el papa amigo

Francisco, el papa amigo

Foto www.vatican.va

Juan XXIII –todavía recuerdo los platos con su efigie de muy pequeña–, Pablo VI, que murió mientras estábamos de colonias en Navarrete, casa seminario menor de los Camilos, Juan Pablo I, que vivió tan poco, y Juan Pablo II, el deportista y viajero, Benedicto XVI, intelectual y amigo de don Olegario González de Cardedal, y Francisco, el papa sorpresa.

En septiembre de 2015, dos años después de su pontificado, se estrenaba la película española argentina Francisco, el padre Jorge, biografía fílmica de Jorge Mario Bergoglio hasta ser proclamado pontífice. Las dificultades económicas de una familia con cinco hijos; el enfrentamiento con la madre, que esperaba para él lo mejor –diplomado técnico, viró al sacerdocio–; la dictadura, miseria y lucha social. Las madres a las que matan a un hijo, el aborto, la corrupción, el misterio de la vida y la muerte en la mirada de un niño enfermo…

Jesuita, licenciado en Filosofía, profesor de Literatura y Psicología, completó sus estudios en Alcalá de Henares. De vuelta a Argentina, párroco de San Miguel, obispo auxiliar, vicario general, arzobispo de Buenos Aires, cardenal… Siempre codo con codo con los más pobres. Unas buenas bases para un papado que va a hacer historia.

Crear un Consejo de Cardenales, atacar de pleno la pederastia y los abusos basándose en estudios y testimonios fidedignos, denunciar los abusos de la casa común a partir de la encíclica Laudato sí, bendecir a parejas homosexuales y diversas mediante la Fiducia supplicans, sentar a la propia mesa a los más míseros del planeta, orar por tantos y tantos inmigrantes que a duras penas llegan a la costa, tener presentes todas las guerras que nos masacran, crear dicasterios u órganos de gobierno regidos por mujeres en la Iglesia… Y especialmente el Sínodo de la Sinodalidad, que nos ha implicado a laicos y religiosos, cristianos oficiales y personas de los márgenes, y ya muchos enlazan con el Vaticano II.

“Mi gente es pobre y yo soy no de ellos, me preparo yo mismo la cena”. Que a su círculo de confianza pertenezcan Cristina Inogés, mi amigo José Carlos Bermejo, Religioso Camilo, primer Superior General no sacerdote en la historia de una orden religiosa, o Ana Palacios, de Hospitalidad Jesús de Nazaret, dicen mucho de ti. Medio pulmón desde los 21, un peregrino más en silla de ruedas, Francisco, el papá amigo, no nos dejes nunca.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 2 de marzo de 2025).

Del amor a la muerte

Del amor a la muerte

Foto Teléfono de la Esperanza de Aragón

Parece uno de los epígrafes de mi larga dedicación al estudio de Manuel Pinillos, centrado en esos ejes esenciales en toda su poesía. Pero no. El pasado 14 de febrero, San Valentín, fiesta del santo mártir que fue sacrificado por casar en secreto a los soldados, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud aprobó el Plan de Acción para la Prevención del Suicidio 2025- 2027. Suicidio no precisamente por amor.

Se trata de prevenir esta conducta derrotista en la sociedad en general y en grupos especialmente vulnerables. Información y vigilancia, sensibilización social, prevención de situaciones de riesgo, integración de la salud mental en el sistema sanitario… Personas mayores, adolescentes, personas LGTB, etc., en situación de exclusión social o con diversidad funcional, precisan una atención personalizada.

La mayor causa de mortandad en España. Acoso escolar, en el trabajo, problemas emocionales, patologías masoquistas, enfermedades extrañas como el síndrome de piernas inquietas. El duelo del inmigrante tiene que ser atroz. Entidades como ASAPME (Asociación Aragonesa Pro Salud Mental), el Teléfono de la Esperanza, y ahora la línea 024, para personas afectadas y familiares, ponen toda la carne en el asador.

Los trastornos de salud mental en los más jóvenes se triplican desde la pandemia, según el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza. Algo está pasando. Conducta alimentaria, déficit de atención e hiperactividad, adicción a las nuevas tecnologías… ¿Dónde el viejo paraíso?

“El 12 de agosto de 2020, Mario, el hijo de mis amigos Paco y Bea, con apenas 19 años, decidió quitarse la vida. Ese día, se convirtió en un ángel que ahora acompaña “desde el otro lado del camino”” (Javier González Castellano, Ángel). El libro rezuma inteligencia emocional, superación y plenitud.

En el pueblo que el demonio tentaba cuando no había nadie y se echaban al molino. Todos tenemos de vez en cuando un lapsus de locura, según Rosa Montero en El peligro de estar cuerda. Ante un breve bajón, acudí a una médica psiquiatra. Simplemente de obvió, se dirigía a mis acompañantes. “Si tiene brotes, que la ingresen en un centro”.

Solo salva el amor.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heralfo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 23 de febrero de 2025).

De cine

De cine

Foto Granada / Antonio L. Juárez

Somos buenos cinéfilos, mi pareja y yo. De la pantalla grande, no nos convence el Netflix. No tomamos coca ni palomitas, pero disfrutamos de la calidad de las buenas pelis, y, cada año, solemos reunirnos en familia para ver la entrega de los premios Goya, el pasado sábado con chocolate

El Palacio de Congresos de Granada se llenó de rostros veteranos y nuevas promesas, con las referencias ineludibles a Lorca y el Albaicín. Curiosamente, la primera película que vimos de las nominadas y la última, La Infiltrada y El 47, han quedado ex aequo como Goya a la Mejor Película en la 39 edición del festival. Historias dolorosas y humanas, la poli camuflada en el comando Donosti, cuyos sentimientos terminan complicándose, o el barrio de inmigrantes interiores, sin agua, electricidad ni transporte público.

¿Y los protagonistas de la acción? Mejor Actor, Eduard Fernández en el farsante Marco, que nunca estuvo en un campo de concentración –otros dos goyas de Peluquería y Maquillaje–; que compartiría otros cuatro premios en El 47 como Manolo Vital. Mejor Actriz, Carolina Yuste como la joven policía, al lado de mi adorado Luis Tosar. Mejor  Reparto, Clara Segura y Salva Reina, también por El 47. Las chicas de Paula Ortiz en La virgen roja no se llevaron goyas, sí su Vestuario y Dirección de Arte.

Y está la Mejor Revelación, Pepe Lorente por La estrella azul, de Javier Macipe –Mejor Dirección Novel–. Una gran alegría, ¿porque quién no hemos conocido en nuestro entorno y barrio a Javier, Pepe o Mauricio Aznar?

Hubo ausencias. Pedro Almódovar, Mejor Guion adaptado por La habitación de al lado, ante su duelo por Trump; Emilia Pérez – Karla Sofía Gascón, Mejor Película Europea, por la polémica incierta o no levantada. ¿Y el imperdonable olvido de Los destellos, de Pilar Palomero, y la libertad de elegir sobre el final? Es como si el mensaje eutanásico de Mar adentro, en su 20 aniversario, se hubiese desleído.

De un Miguel Ríos octogenario, a Antonio Banderas o Amaral. De Aitana Sánchez Gijón, Goya de Honor, a Richard Gere, Goya Internacional, o la añorada Marisa Paredes glosada por si hija. Más allá de críticas, solapamientos e injusticias, la entrega de los Goya bien vale un chocolate.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domngo 16 de febrero de 2025i).