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Tiempo de esperanza

Foto www.omo.es
De pequeña, me ponía nerviosa el Domingo de Ramos, cuando leían la Pasión de Cristo. Cerca de casa, vivía una curiela que dicen se quedaba muerta, sin comer ni beber, durante el triduo pascual. Mucho llovió desde mis imaginaciones infantiles a la formación adulta, pero era cierto: jamás ningún artista pudo representar el sufrimiento atroz de Jesús, único reo humano torturado y crucificado después. “Como muchos se espantaron de él, porque desfigurado no parecía hombre, ni tenía aspecto humano, así asombrará a muchos pueblos” (Isaías 52, 14-15).
Ninguna sanadora o niña fantasiosa podría vislumbrar lo que iba a venir pasadas décadas. Calles sin procesiones, vaciadas de pronto por un virus maléfico que envenenaba el aire. Los niños encerrados en su casa, sin jugar al balón ni columpiarse, sin colegio; sin ver a los abuelos más que por videollamada, solos en un cuarto de la resi, y eso si no desaparecían convertidos en cenizas, para siempre. Los papás trabajando en el salón, sin poder abrazarnos ni besarnos, solo de ventana a ventana. Un tiempo de mucha enfermedad, y mucho sufrimiento, y mucha muerte.
La Semana Santa inspiraría a multitud de creadores. Nos comparte Ana Alcolea: “Cuando pasamos la Semana Santa en esta cabaña, nuestra tradición es escuchar la ópera Parsifal, de Wagner. (…) Un recordatorio de la Santa Cena del Jueves Santo, de la Pasión y de la Resurrección, con una música en la que se siente lo sagrado, sea uno creyente o agnóstico”. Literatura, música, cine… Yo misma poemaría escenas evangélicas: “Los juncos de la orilla te hablaban de lo oscuro, / las púas de los cactus laceraban la sombra. / Corría por tu cuerpo un sudor frío” (Flor de agua).
Y aun así, pese a tanta belleza, las mujeres y los hombres seguimos enfermando de covid, de accidentes cardiovasculares, de miseria. Y el Mesías, inocente, padeciendo un escarnio inhumano: “Y los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le echaron por encima un manto color púrpura” (Juan 19, 2).
Primavera, más luz, las vacunas. “Duele. Duele un montón. Pero va a pasar. Y cuando sane, más alto vas a brillar…” (El Principito). Es la losa corrida.
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aeagón, "Tribuna")., viernes 2 de abril de 2021).
Tiempo de luz

Foto www.desdesoria.es
La cultura popular recoge alegrías y tristuras, como el romance anónimo: “Que por mayo era, por mayo, / cuando hace la calor, / cuando los trigos encañan / y están los campos en flor, / cuando canta la calandria / y responde el ruiseñor, / (…) / sino yo, triste, cuitado, / que vivo en esta prisión; / que ni sé cuándo es de día / ni cuándo las noches son”. En esta primavera o Pascua florida –recogida por la RAE y por el antiguo catecismo–, vamos de la quinta ola a la esperanza de que en ocho semanas hayamos superado lo más grave, según Margarita del Val.
Nunca estuve en una ECM (Experiencia Cercana a la Muerte), pero muchos vivimos el final del túnel. La inmunización va a ir in crescendo, y ojalá para julio o agosto lleguemos al 70%, como aseguran los políticos –pese a los reveses de la AstraZeneca y la Janssen–. Que la hostelería vaya recuperándose, y los psiquiatras no se forren con tantas afecciones neuromentales. “Ha despertado la rama / y el almendro ha florecido / y en el campo se escuchaba / el gri gri del grillo” (Antonio Machado). No sé si Elizabeth Kühler-Ross (1926-2004) estaría de acuerdo.
Quizá estemos de vuelta, o tocados; cuando no recorriendo el camino de retorno, como líricamente describe Cristina Cerezales el deterioro de su madre, Carmen Laforet –Premio Nadal 1944 con Nada–: “Y ahora, en que todos los que se mezclan conmigo me miran con lástima y conmiseración, ahora, en que los que no saben, me juzgan acabada y muda, anclada en una silla de ruedas, (…) ahora ya puedo, ya siento al fin, libre de toda trampa mental, (…) libre del terror de lo que podía acontecer con las vidas de mis hijos, ahora siento con plenitud de parte de todos ellos el mar de su cariño” (Música callada).
“Lo lógico es que el coronavirus en abril y mayo prácticamente desaparezca”, afirma el doctor Francisco Botía, jefe del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Universitario de Murcia. Pese a las posibles mutaciones, la mortalidad de mayores de 80 se desploma.
En Soria vuelve a pingarse el Mayo; y el olmo seco de Machado se renueva, como cada vida: “Mi corazón espera / también, hacia la luz y hacia la vida, / otro milagro de la primavera”
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 11 de abril de 2021).
Desde mi sillón

Foto facebook de Yolanda Benito Utrillas
Utilizo un epígrafe homónimo a una de mis columnas en la revista Humanizar, porque desde la pequeña atalaya de mi silla, que no se eleva a la altura del poder ni el orgullo, como la de mi ex compañero de fatigas Pablo Echenique, observo, vislumbro y comprendo muchas cosas.
Tras la vacunación de mayores de 80, dependientes, trabajadores de residencias y personal sanitario, se empezó en febrero con los grandes dependientes que vivíamos en casa. Pasaría febrero, y también marzo. No llamaban. ¿Perdida en el limbo? Entre MUFACE (Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado) –mi padre es mutualista– y los reconocidos con Grado III en el Instituto Aragonés de Servicios Sociales.
Se comentaba que unos 34 000 dependientes españoles no iban a ser inoculadas, al no estar todavía valorados; así como más de 130 000 cuidadores no profesionales. Me debatía entre el desconcierto y la incertidumbre: ¿sí quiero, o lo pospongo para más adelante?
San Valentín, Cincomarzada –aniversario del confinamiento–, Semana Santa. Nadie llamaba. ¿Podría vacunarse mi cuidador conmigo? Solo en el domicilio, no en el centro de salud. Mutualistas y beneficiarios no teníamos asignado ningún centro.
La semana pasada, octava de Pascua, me citaron el sábado: en el Inocencio Jiménez a primera hora de la tarde. Me tocaba Moderna, esa que puede dar dolores de cabeza y musculares, fiebre, vómitos y diarrea, fatiga, insomnio.
Fue todo rápido y sencillo. Fui con mi hermano; y en el centro un viejo conocido: “Son 5 segundos”. Mientras explicaba a la enfermera en qué brazo, me inyectó sin sentirlo. Luego 15 minutos de espera. Para evitar posibles efectos secundarios, una buena obra teatral: “Galdós enamorado”. Dormí profundamente esa noche, y a la siguiente ya se había pasado la levísima molestia del brazo.
Comienza mi nueva libertad. Mis sistemas anímico e inmune se van equilibrando y enviándome energía. Y desde mi atalaya continúo observando mentiras, intereses, guerras entre farmacéuticas y poderosos. Mañana se estrena el documental “Amanece en Calcuta”; María de Himalaya nos exhorta: “Somos testigos en un mundo de mentiras. Tú eres hija mía, y como tal compórtate”.
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "Tribuna", viernes 16 de abril de 2021).
Libros en femenino

Foto libro de Magdalena Lasala, Ayuntamiento de Zaragoza
El infinito sigue teniendo cabida en un papiro, una hoja o un microchip. Y es que desde el Nilo de hace 5.000 años la literatura continúa teniendo un poderoso don de gestación y vida.
Irene Vallejo sería una de las autoras más leídas en 2020. No se quedan muy atrás María Dueñas y Dolores Redondo, las dos creadoras que han respondido, en el programa ‘Reloj de Arena’ de RNE, a un sinfín de preguntas de lectores y lectoras reunidos en torno a la Biblioteca Digital de la ONCE.
El libro y la lectura parecen haber recobrado fuerza en la pandemia. El viernes, fiesta de San Jorge, volvía a celebrarse el Día del Libro en el parque José Antonio Labordeta –con el debido aforo reducido–. Es posible que las medidas profilácticas hayan venido a quedarse, como los grupos ‘on line’. Sin ir más lejos, en Facebook se ha creado el grupo ‘La Historia de Aragón contada por Urraca’, vida ya novelada antes por María Teresa Álvarez y Lourdes Ortiz.
Una vida de reina nada grata la de Urraca de Castilla junto a Alfonso I de Aragón. Desavenencias conyugales, impotencia y rabia, deseo de divorcio. Los insultos no son parcos en las crónicas y testimonios: celtíbero cruel, feroz aragonés, lobo aragonés, impío, tirano, maligno o reyezuelo cruel. No solo llegarían las palabras agraces, sino las manos a las mejillas.
Ella casaría con el conde Pedro González de Lara y tendrían dos hijos; el rey moría sin descendencia. Del siguiente capítulo se encarga José Luis Corral en ‘La reina olvidada’, en primera persona y a mitad de camino entre la ficción y la documentación histórica. Muerto sin hijos Alfonso I, su hermano Ramiro II el Monje le sucedería, dejando el convento para ser rey y procrear. De su unión con Inés de Poitiers nacería Petronila, extraordinariamente inteligente desde niña y futura Condesa de Barcelona.
El salto en el tiempo no siempre es paralelo al de las actitudes. Nuestro Ayuntamiento ha iniciado la edición de cuatro espléndidos volúmenes sobre mujeres de los siglos XIX y XX. Al frente del primero, Magdalena Lasala: «Son mujeres precursoras e inspiradoras, y al mismo tiempo protagonistas calladas o activas de la época que les tocó vivir». Josefa Amar y Borbón, Dolores Cabrera, Pilar Sinués… Y Ana Alcolea publica ‘Manuela Sancho’, nuestra heroína de Los Sitios, con ilustraciones de Coco Escribano.
«No va a pasarle nada, no hay que preocuparse, se dice, al fin en paz: ya sabemos que Raluca tiene buena suerte» (Rosa Montero).
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 25 de abril de 2021).
Derechos de autor

Foto Ayuntamiento de Zaragoza - Asociación Aragonesa de Escritores
Durante diez años consecutivos se ha homenajeado, en el Salón de Recepciones del Ayuntamiento de Zaragoza, la obra de un autor zaragozano, por el Día Mundial del Libro y del Derecho del Autor. Organizada por el Patronato Municipal de Educación y Bibliotecas y la Asociación Aragonesa de Escritores. En 2020, se sustituyó por la lectura on line de Benito Pérez Galdós, en el centenario de su muerte.
Fue el pasado día 22, víspera de San Jorge, cuando mis compañeros de Asociación, miembros del Patronato y del Concejo municipal, autoridades y ciudadanos de a pie comprometidos con la pandemia, me rindieron un inmerecido homenaje. Nuestro alcalde, Jorge Azcón –que amablemente adaptó el micrófono a mi altura–, la vicealcaldesa Sara Fernández y Javier Fernández, presidente de la AAE y con una larga trayectoria en el servicio de la mejor política. No faltarían Javier Peiró y María Uriol, gerentes saliente y actual del Patronato.
Solo cuatro familiares, dado el aforo restringido. Llevaba a todos mis amigos y demás familia, presente o ausente, en el corazón –muchos me seguirían por Youtube–. Juan José Badiola, asesor técnico del Consistorio, Asociación Víctimas Covid-19 y su presidenta, Mar Martín, Prevención y Salud Laboral, Bomberos, Voluntariado, Cementerio de Torrero, Limpieza Pública…
Se destacó mi libro La fuerza de los límites, Premio Tiflos 2008, y sus columnas de Heraldo de Aragón sobre la Expo y las personas con diversidad funcional. La concejala Inés Ayala Sender rompió una lanza a favor de mi poesía: “Aquí han resaltado tus artículos, pero es en los poemas donde brillas, por tu manejo del Diccionario y por todo lo que te enseñó mi madre”.
La manzana o el vértigo, Pájaros de silencio, En luna llena… Tres autoras eligieron uno de mis microrrelatos incluidos en Relatos en 90 segundos. “Han sido tus compañeros quienes de forma unánime han ensalzado tu obra”, subrayaría Paloma Espinosa Gabasa, concejala del área de Cultura. Y Julio Calvo: “Yo no soy yo, soy un compendio de lo que he leído”.
Es el primer año que se me abonan los derechos de autora por mis últimos libros. También en la pandemia la literatura ha salvado vidas, y sobre todo mentes.
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "Tribuna", viernes 30 de abril de 2021).