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Juan Carlos

Foto www.cervantesvirtual.com
¿Viaje de placer, capricho, añoranza? “Su Majestad el Rey Don Juan Carlos ha trasladado esta tarde a la Casa de Su Majestad el Rey su deseo de que haga pública su decisión de desplazarse a España a partir de mañana día 19 hasta el próximo lunes día 23 de mayo”, rezaba el comunicado oficial.
Nacido en el exilio en 1938, la carrera de nuestro Rey emérito sería siempre una carrera de obstáculos y de fondo. Lausana, Lisboa, progresivo acercamiento a Madrid. Estudios de Bachillerato y en las Academias Militares de Tierra, Mar y Aire, educación y templanza frente a los otros pretendientes, Principado de España, nombramiento real.
Quienes peinamos las primeras canas recordamos su juramento y proclamación en el Congreso, la Transición, la Constitución del 78, el proceso democrático de apertura a todos los partidos, el golpe de Estado de Tejero, la conquista de la paz. Entrañables escenas navideñas, su popularidad entre los españoles…
Después, la cosa se torció. ¿Cuánto cuesta su vida en Abu Dabi? ¿Y sus visitas a España? ¿Cuánto pagaría Patrimonio Nacional por sus amantes, yates y palacios? ¿Ocultó datos a Hacienda? ¿Por qué tantos millones de Arabia Saudí? ¿Comisiones por la adjudicación del AVE a La Meca? ¿Armas a países árabes? ¿Cuánto dinero en paraísos fiscales?
“Don Juan Carlos tiene previsto permanecer durante esas fechas en la localidad gallega de Sanxenxo, y el lunes 23 viajar a Madrid, para estar con Su Majestad el Rey, con Su Majestad la Reina Doña Sofía y demás miembros de su familia en el Palacio de La Zarzuela”.
Lo hemos visto feliz, junto a su hija Elena y su anfitrión, participando en las regatas, con su nieto Pablo, ilusionado de volver a ver a la familia. Y también mayor y limitado.
No soy ni juez ni parte, no ostento autoridad de juzgar ni absolver. Solo quiero traer una fotografía que se hizo viral cuando empezamos aquello del Foro de Vida Independiente y las personas con diversidad funcional. Adolfo Suárez y el rey Juan Carlos, lo dos de espaldas. Adolfo preguntaba: “¿Y tú quién eres?”. Juan Carlos respondía: “Yo soy tu amigo”.
De mayores seremos quienes siempre hemos sido, con virtudes y errores, muchos errores. ¿Quién nos disculpará?
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "Tribuna", miércoles 1 de junio de 2022).
Fútbol y humanidad

Foto Heraldo
Mis rudimentos futbolísticos no superan el interés por España en la Champions, la Liga de las Naciones o el deseo de que el Real Zaragoza remonte de una vez. Mi curiosidad por los Magníficos –la hija de uno de aquellos grandes fue monitora de Auxilia en nuestros años de integración–; o un poema de Manuel Pinillos cantando a la Romareda. Solo una vez fui al estadio cuando estaba en Primera. Me lo pasé bien, sin más.
Jugador en Elche, Almansa, Alicante, Melilla o Torrevieja. Entrenador del Cartagena, Alcoyano, Salamanca, Albacete y otra decena de equipos. “Una vez finalizada la temporada, ha llegado el momento de decir adiós. Que más que un adiós quiero que sea un hasta luego, porque jamás voy a renunciar a esta tierra ni a todos vosotros” (escribía JIM en su carta a los medios).
Juan Ignacio Martínez llegaba al Zaragoza en diciembre de 2020, en plena pandemia y una situación como equipo desastrosa, con dos entrenadores incapaces de continuar. Una primera victoria al Torrelavega prometía. “En varias ocasiones me he disculpado por no haber sabido guiar esta nave a buen puerto; que es mi verdadera pena. Porque el Real Zaragoza lo merece por su historia y por su afición”.
Fueron 71 partidos, distribuidos casi a partes iguales entre triunfos, empares y derrotas. No subir, no bajar, mantenerse contra marea y viento. Su verdadero reto en esta lucha.
Profesional, volcado a sus jugadores, apasionado. “Este tiempo va a ser muy difícil de superar en lo profesional, e imposible en lo personal. Conservaré por siempre el recuerdo cariñoso de todos cuantos trabajan en ese club, (…) Y guardaré en un hueco de mi corazón, el amor a nuestra Virgen del Pilar, que siempre me ha arropado”.
Algo ha cambiado y cambia, sin marcha atrás. Un equipo que sigue superándose, un estadio donde juegan los youtubers, un club de fútbol en manos extranjeras. ¿El final de una era conocida?
El pasado domingo venía a la parroquia Juan Ignacio, a dar su testimonio de personaje público, ser humano y creyente. Alicantino, de familia humilde –cinco hermanos–, que trabajó siempre desde abajo. Su estrategia de juego, agarrarse a la fe. Una Iglesia de todos, un deporte inclusivo. Estamos en proceso de esperanza. Subiremos.
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 5 de junio de 2022).
Libros de ida y vuelta

Foto Heraldo
Han estado casi todos. Prames. Prensas de la Universidad de Zaragoza, Pregunta Ediciones, Apila, Malavida, Libros del Inombrable, Xórdica, Libros del Gato Negro, Pirineo, Olifante, Onagro, La Fagua del Trovador, Edelvives… Una Feria del Libro en la que han alternado el calor anticipado, alguna tormenta aislada y un viento suave. Librería París, Central, Albareda, FNAC, El Corte Inglés, Casa del Libro; y junto a las casetas del Gobierno de Aragón o del Ayuntamiento, la del Ministerio de Defensa.
Cincuenta expositores y nueve días no son nada si miramos a la Feria de Madrid. ¿Y por qué compararnos con el vecino? Cada uno con sus cadaunadas tenemos nuestra propia riqueza. Ahí es nada, en el Parque Labordeta, sin mascarillas, sin tener que pasar los túneles anti covid y alambradas del año pasado. Encontrarte con firmas como Ana Alcolea, Magdalena Lasala, José Luis Corral, Miguel Mena, Irene Vallejo, David Guirao… Saludar a los amigos, autores, editores y libreros, algunos ya de décadas. Entablar nuevas relaciones.
Presentaciones, encuentros y lecturas, actividades infantiles, conciertos, talleres, fallos literarios… Todos los géneros inventados, inquietudes y anhelos desde que el mundo es mundo. No podía faltar la poesía en mi carrito de la compra: El buen instante, de Emilio Pedro Gómez –“Veo en lo alto / minúsculas personas. / Una era yo”–; Palabras rotas de José Antonio Conde, o Los niños no ven féretros, del jovencísimo Omar Fonollosa –Premio de Poesía Hiperión--.
Ni iban a estar ausentes la novela rural de Elena Laseca, El pulso de mi sangre; la última aportación de Fernando Arrabal a Golpe de Dados, o Viaje a Estocolmo de Raúl Herrero. ¿De qué está hecho el universo? Anna Parisi en La historia de la ciencia contada a los niños tiene la respuesta.
“El mundo está paralizado, y la humanidad, en cuarentena. Es una extraña simetría que yo naciera en una pandemia y me vaya a morir en otra. Vi en televisión que las calles de las ciudades están vacías, hay eco entre los rascacielos de Nueva York y mariposas entre los monumentos de París” (Violeta, Isabel Allende).
Todo casi perfecto, renovadamente luminoso. Excepto la accesibilidad. Lo estrecho de la entrada a las casetas, o el emblemático Quiosco de la Música han hecho de la Feria, para autores como Salvador Berlanga o servidora, una yincana imposible. Por lo demás, espléndida.
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 12 de junio de 2022).
Cincuenta de mayo

Foto Jaime Villanueva / www.elpais.com
Por mucho que lo diga la sabiduría popular: “Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo”, estos últimos años parece no cumplirse. ¡Menuda semanita! Y predicen un verano bastante cálido, rozando con lo tórrido. Abundante agua, no salir a la calle a pleno sol, bajar las persianas durante el día –ese invento tan nuestro–, refrescar la casa al atardecer, pasar horas en la piscina o a la sombra de un libro…
¿La mayor ola de calor en los últimos veinte años? ¿Desde 1982? No tenemos certeza, pero sí recuerdo. Aquellos veranos en la playa de la Malvarrosa, en Valencia, con mi madre y mi tía, tostándonos la piel y el interior. Y el estribillo pegadizo aliviando la sed: “Eva maría se fue buscando el sol en la playa. / Con su maleta de piel, y su biquini de rayas”.
La canción del verano y el calor que nos abruma, lo mismo que el amor y el desamor, se han venido repitiendo desde entonces, principios de los 70. Y recuerdo otro verano en Zaragoza, cuando nos visitaron unos amigos de mis padres y sus niños, que me rompieron sin querer las figuritas de cartón de Los músicos de Bremen, el cuento de los hermanos Grimm. ¡Cómo sudábamos!
“Podéis decir a gritos que es la capital de Europa. / Podéis ganar la Liga (podéis ganar la Copa). / Pero al llegar agosto, ¡vaya, vaya! / Aquí no hay playa”. Finales ya de los 80, finalizada mi carrera, a años luz interiormente de la Selectividad aquel agobiante mes de junio. ¡Pero qué agobio!
De “Tractor amarillo”, a la “Macarena” o las “Aserejé”, en los años 90 seguía haciendo calor. Y me acuerdo de Málaga y Jaén, o aquella sobremesa insoportable en Córdoba, donde hubimos de subirnos deprisa al autobús de Disminuidos Físicos de Aragón rumbo al albergue, el termómetro llegaba a los 52 grados centígrados. ¡Madre mía! “Mira lo que se avecina a la vuelta de la esquina. / Viene Diego rumbeando. / Con la luna en las pupilas y su traje agua marina / van restos de contrabando”.
¿El cambio climático? ¿El anticiclón Álex junto al aire cálido proveniente de África? ¿Un meteorito o incluso los efectos de la explosión de algún exoplaneta? “Despacito, / quiero desnudarte a besos despacito, / firmo en las paredes de tu laberinto / y hacer de tu cuerpo todo un manuscrito”. Estamos más fresquitos en Huesca, destino de nuestros últimos veranos. Siempre que no salte la amenaza nuclear ni una nueva pandemia.
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 19 de junio de 2022).
Ildefonso-Manuel Gil

Foto https://xordica.com
“Un écrivain de la République espagnole. C’est ainsi qu’Ildefonso-Manuel Gil amait se définir. Ses debouuts se placent en tant que poète dans une époque pleine d’espoir, de foi et d’enthousiasme vital, politique et culturel”. Esta semana se presentaban los dos tomos de Mémoires del patriarca de las letras aragonesas, Un petit cheval en carton (1915-1925) y Vivants, morts et autres apparitions (1926-2000), a cargo de las Prensas de la Universidad de Pau et Pays de l’Adour y dentro del Proyecto Transfronterizo Aquitaine / Aragon.
En el primer volumen, Un caballito de cartón, los primeros juguetes, las travesuras infantiles, Paniza, los Escolapios, Teatro Cervantes, los amigos de infancia y adolescencia… y aquel piano cerrado para siempre con la muerte de Victoria, la idolatrada hermana: “… ahora vuelvo a ser aquel niño asustado, / aquel adolescente que descubrió la segura presencia de la muerte” (edición de Xórdica, 1996).
Carlos Forcadell, actual director de la Institución "Fernando el Católico", Dolores Thion-Soriano Mollá y María Antonia Martín Zorraquino, responsable y coordinadora de la traducción, las profesoras Oliwia Baginska y Audrey Berniard, y Vicky Gil Carasol, hija de Ildefonso, glosaron asimismo la estancia en Madrid, las tertulias y revistas literarias, las relaciones con Jarnés, Gullón, Alberti, Sánchez Mejías o García Lorca, una Guerra Civil, la cárcel en Teruel, los primeros libros, el exilo voluntario y su profesorado en New Jersey –tras diez años en la Universidad de Zaragoza–, la dedicación a la familia, el retorno.
“En la vida, vuelvo a decir que la vejez puede ser también hermosa” (Vivos, muertos y otras apariciones, Xórdica, 2000). Amigo de sus amigos, desde el Niké a personalidades de la cultura internacional, el autor de La moneda en el suelo o Poemaciones, ha inspirado a su vez L’espagnol de spécialité en Première et Terminale (Orbis Tertius, 2020), un atractivo corpus didáctico para alumnos franceses de Bachillerato.
Director de la Institución “Fernando el Católico”, miembro de la Academia Norteamericana de la Lengua Española y correspondiente de la RAE, Medalla de Oro de Zaragoza, Medalla de Santa Isabel de Portugal, Aragonés de Honor, Medalla de Honor de la Institución. Nunca olvidaré su prólogo a Flor de agua, su buen consejo y cercanía. Memoria para ser más humanos, como Ildefonso-Manuel Gil.
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 26 de junio de 2022).