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Galimatías

Guillermo Mestre / Heraldo.
“Confusión, desorden, lío”. Y también: “Lenguaje oscuro por la impropiedad de la frase o por la confusión de las ideas”. El Diccionario de la lengua española a veces da en el chiste. ¿Quitárnosla? ¿Ponérnosla? ¿Y si vas tú solo en el ascensor? “…se recomienda un uso responsable de la mascarilla en los espacios cerrados de uso público en los que las personas transitan o permanecen un tiempo prolongado” (Real Decreto de 19 de abril).
Hospitales, centros sociosanitarios, farmacias, trasporte público, para los trabajadores de residencias y personas con dificultad respiratoria… ¿Y lo demás? Nos sorprendió la princesa Leonor en el encuentro de ciberseguridad, rodeada de jóvenes. La entrega del Cervantes sería el primer gran acto a rostro descubierto. “Los versos no salvarían a los que mueren por las bombas y los misiles en la culta Europa” (Cristina Peri Rossi). Tampoco de la covid.
“Arde Nötre Dame”, en los cines Aragonia, y la espléndida puesta en escena de “La Traviata” de Guiseppe Verdi en el Auditorio, han marcado un antes y un después. La película, y su logrado hilo argumental, refleja esa sensación de irrealidad de quienes salvaron de la quema un monumento milenario. La misma sensación de un sótano cuando han sonado las sirenas, o en la UCI. Que se lo pregunten a Resines. O a Violetta, la protagonista de la ópera, del brindis por la vida y el amor a su postración en el lecho por la tuberculosis.
¿Valoramos de verdad lo que tenemos? ¿Aceptamos la fragilidad? Semana Santa ha supuesto un destape, un desnudarnos de las máscaras. El envés, una rápida escalada de la incidencia, hospitalizados, fallecidos. Quinientos sanitarios contagiados no es para que toquen las campanas. Sanghái y Pekín nos quedan demasiado lejos, como Wuhan. Pero ahí están.
“Me ingresaron en UCI, me relajaron y sedaron, y sólo sé que desperté con la duda de si era yo, un sueño, me encontraba con vida y respirando” (Juan Antonio Riesco, médico internista). ¿Y quienes se quedaron por el camino en la más absoluta soledad? ¿Y las mentes que no han vuelto a sonreír? ¿Síntomas persistentes o gripalización? Solo algo cierto: No sigamos jugando con la vida. Tenemos las de perder.
María Pilar Martínez Barca
(Herado de Aragón, "Tribuna", domingo 1 de mayo de 2022).
Cuerdas de violín

Foto portada El peligro de estar cuerdas
“Era una vez un gran violinista llamado Paganini. Algunos decían que él era muy extraño. Otros, que era sobrenatural”. Así comienza el cuento que relata la hazaña del músico: cómo fueron quebrando tres de las cuatro cuerdas, sin dejar que cada nota cesase de fluir del alma del instrumento y del artista. Hermosa metáfora en estos tiempos sedientos de belleza.
Frente al tsunami de precariedad y mentira en el que parece nos hundimos, repunte de contagios, programas Pegasus, violencia doméstica o esa otra salvaje de Afganistán y Ucrania, violaciones indiscriminadas, desempleo de autóctonos y refugiados, el planeta al borde del cataclismo… esta semana he podido degustar el discurso de dos grandes maestras, María Antonia Martín Zorraquino y Rosa Montero, que con solo dos cuerdas, lenguaje y creatividad, transforman el dolor en armonía.
Citando a su vez a sus maestros, Emilio Alarcos y Eugenio Coseriu, junto a célebres estudiosos y profesionales del periodismo, Fernando Lázaro Carreter y Mariano de Cavía, nuestra querida catedrática diferencia entre incorrección idiomática e inadecuación o agresividad lingüística. Incomprensible la primera tras cincuenta y dos años de educación general obligatoria en España, intolerable la segunda en una Europa culta y acogedora.
“Siempre he sabido que algo no funcionaba bien dentro de mi cabeza”, comienza Rosa Montero El peligro de estar cuerda, su tercer libro híbrido tras La loca de la casa y La ridícula idea de no volver a verte. La propia experiencia, numerosos estudios de psicología y neurociencia y autores literarios, le llevan a una conclusión: “lo verdaderamente raro es ser normal”. Ya lo decía Sócrates: “Ningún genio es grande sin un toque de locura”.
La vocación creativa no siempre va unida al talento, sí a ciertas peculiaridades del cerebro que nos hacen proclives a la bondad y a la belleza. Kafka, Proust, Valle-Inclán, Juan Carlos Onetti, Agatha Christie, Rousseau o Freud entre otros lo confirman. También muchos artistas de a pie.
“Es una lástima que los locos no tengan derecho a hablar sensatamente de las locuras de la gente sensata” (William Shakespeare). Muramos de pasión, no de heridas de guerra.
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 8 de mayo de 2022).
Sinónimos

Foto Chema Moya, EFE / Heraldo
Victoria: “Superioridad o ventaja que se consigue del contrario, en disputa o lid” (Diccionario de la lengua española). Comenzábamos la semana celebrando el Día de la Victoria. Para Europa y Ucrania, contra el nazismo o nacionalsocialismo: “Movimiento político y social del Tercer Reich alemán, de carácter totalitario, pangermanista y racista”. Para la Rusia de Putin en pro de la desnazificación, vocablo no recogido aún por la Fundéu. No veo sinonimia en los conceptos.
En los días siguientes se producía un auténtico combate de sinónimos a nivel nacional, a consecuencia del relevo de la directora del CNI –“Acción de relevar o cambiar la guardia”–.
Y ahí comienzan los mil y un vericuetos léxicos. Porque se habla de sustitución: “Acción y efecto de sustituir. Nombramiento de heredero o legatario que se hace en reemplazo de otro nombramiento de la misma índole”. Mi no entender. Hay fallos y errores en los sistemas informáticos o telefónicos: “Decisión tomada por persona competente sobre cualquier asunto dudoso o disputado”. Y cambios o “permutas” en el funcionariado y los puestos de responsabilidad. Pero a su vez “no ha cambiado nada”, ya que se trata de “3.000 hombres y mujeres responsables, trabadores, profesionales, generosos”.
No es destitución, “acción y efecto de sustituir. Separar a alguien del cargo que ejerce. Privar a alguien de algo”. Ni tampoco cese, “hecho de cesar. Documento en el que se consigna el cese en un empleo o cargo”. Porque hay una política de continuidad: “Unión natural que tienen entre sí las partes del continuo. Cualidad o condición de las funciones o transformaciones continuas”.
Salvando mucho las distancias, es como comparar incapacidad laboral, “carencia de aptitud legal para ejecutar válidamente determinados actos, o para ejercer determinados cargos públicos”, con discapacidad: “Situación de la persona que por sus condiciones físicas o mentales duraderas se enfrenta con notables barreras de acceso a su participación social”. Y hemos avanzado, respecto a subnormal, minusválido o disminuido.
Mi propia definición de persona con discapacidad: “Relativo a una persona, que padece [presenta] una disminución [disfunción], física, psíquica [intelectual] o sensorial, que le incapacita [limita] para el trabajo y otras actividades de la vida cotidiana”. ¿Cómo destituir vocablos obsoletos?
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 15 de mayo de 2022).
Eurovalores

Foto fotograma del videoclip
No sé si fue sorpresa o nos tocó a todos el corazón. El pegadizo rap “Stefanie”, interpretado por la Kalush Orchestra ucraniana, resultaba vencedor de Eurovisión por un abrumador voto del público: “Stephanie, mamá, mamá Stephanie, / el campo florece y se vuelve gris”. Reino Unido gana con “Space Man”, la visión de un astronauta de la tierra, y Chanel ganó el cobre para España con su espléndida y emotiva puesta en escena de “SloMo”.
Raphael, Massiel, Salomé, Julio Iglesias, Karina, Betty Missiego, Azúcar Moreno, Sergio Dalma, Serafín Zubiri… y en el nuevo milenio David Civera o Rosa López. La edición de 2022, tras una devastadora pandemia, en un mundo convulso y regresivo y una Europa, ha sido algo más que lucha el triunfo, pasiones desatadas y vítores de fans.
La ruptura amorosa de Cornelia Jakobs (Suecia); el mantra espiritual de la canción serbia –Mens infirma in corpore sano. / Animus tristis in corpore sano. / Mens desperata in corpore sano–; los “escalofríos” de la italiana; el intérprete con síndrome de Asperger y homosexual; la ternura encarnada en Rumanía… Ha pasado la moda de la estética por la estética, los frikis de penúltima generación, los efectos especiales vacuos. Algo nos ha cambiado muy adentro.
La expulsión de Rusia del festival, la media docena de países desconectados de la votación por irregularidades en la fase previa, hablan por mil imágenes. Las rabietas de Putin, soltando fósforo blanco sobre más civiles, masacrando inmisericordemente Kiev, disponiendo a su antojo de los prisioneros de la acería de Azovstal, expulsando a diplomáticos españoles y europeos, dan buen testimonio de la más peligrosa esquizofrenia de quien quiere erigirse en zar del cosmos.
Cortar puentes, amenazar a los inminentes miembros de la OTAN, sembrar de miseria y cadáveres el cosmos. Una madre militar trasladando a una niña a lugar seguro, el vídeo que la orquesta Kalush ha grabado en Bucha, Irpin, Borodyanka, Kostomel y otras ciudades bestialmente devastadas. El himno de la guerra.
“La sociedad rusa solo despertará si hay una derrota militar” (Maxim Ósipov, escritor ruso exiliado en Alemania). Pensábamos que la música amansaba a las fieras. No a un psicópata.
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 22 de mayo de 2022).