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Se muestran los artículos pertenecientes a Diciembre de 2020.

Un café, por favor

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Café Pombo. Foto www.abc.es

Dicen que el café despierta el intelecto. Y un café como lugar de encuentro da vida a la tertulia, el intercambio, la creatividad. El café-botillería de Pombo, Ramón Gómez de la Serna y sus insignes contertulios; Rafael C. Asséns en el Colonial, Valle-Inclán en el de Levante, Marañón y el Roma; Ortega y  Gasset y la génesis de Revista de Occidente en la Granja del Henar… Dieron también origen a curiosos grupos y triángulos inseparables: Unamuno, Salamanca y el Novelty, junto a Juan Benet, Laín Entralgo, Umbral, Martín Gaite o Torrente Ballester; el Riconcillo en la Granada lorquiana. ¿Qué luchas intestinas y sociales, qué amenazas y sombras, cuánta muerte, recordarían sus paredes?

En el Fornos se sentarían Azorín, Pío Baroja, Menéndez Pelayo y Manuel Machado. Borges le debió mucho a La Perla, confitería; Heminguay al Harry’s Bar; Sartre a sus colegas y discípulos del Flore de París. Y en el célebre madrileño Café Gijón harían sus pinitos Umbral, Capote, Cela, D’Ors, Fernán-Gómez, García Nieto o Jardiel Poncela. ¿Quién ignora que las primeras líneas de Harry Potter se escribieron en The Elephant House?

En los años cincuenta –por cierto, por el 52 asoló España otra pandemia apenas recogida en los medios– se dieron cita en nuestro Café Niké Miguel Labordeta, Manuel Pinillos, Julio Antonio Gómez, Ferreró, Ciordia, Gúdel, Salas, y José Antonio Labordeta y Rey del Corral, Luciano Gracia, Rosendo Tello, Emilio Gastón… amén de cineastas, pintores, fotógrafos, políticos. Café Madrid, Las Vegas, Ambos Mundos, Levante, Casa Emilio, sostén de la clase obrera, la transición y la cultura, marcan también la historia de nuestra ciudad.

Se irían sucediendo los locus amoenos donde tomar algo y compartir: El ángel azul, el hotel Goya, El pájaro Azul, La campana de los perdidos, El sótano mágico, la Bóveda del Albergue… Y están los otros, los bares y cafés no estrictamente literarios, pero que a los creadores nos dan vida y aliento: Rogegio’s, Espumosos de Cinco de marzo, Pájaros en la cabeza… establecimiento de empleo inclusivo, por excelencia.

Se ha cerrado todo por seguridad. Traigo a colación una cita entrañable: “Mira, aquí hay pajarillos, me voy a parar a tomar un refresco. No, te invito al mejor restaurante de la plaza de Aínsa, en Huesca” (José Carlos Bermejo y León, compañeros en la planta covid de La Paz). Necesitamos respirar.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El Meridiano", sábado 5 de diciembre de 2020).

05/12/2020 00:44 pilmarbarca Enlace permanente. La columna dominical No hay comentarios. Comentar.

Inhumano

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Foto www.es.amnesty.org

De la edición de Alcalá de Henares (1505) o el Diccionario de Autoridades (1734), al actual Diccionario de la lengua española, viene a significar ‘cruel, riguroso, fiero, falto de piedad y misericordia’, ‘cosa sin caridad’, ‘falto de humanidad’. Y si ayer, 10 de diciembre, celebrábamos el Día Internacional de los Derechos Humanos (ONU, 1950), la pandemia ha traído acarreado muchas veces el prefijo in-.

Amnistía Internacional denunciaba el pasado 3 de diciembre, Día de las Personas con Discapacidad, la violación de cinco derechos básicos en España: “En las residencias se ha violado el derecho a la salud, a la vida y a la no discriminación de las personas mayores. Además, las decisiones de las autoridades han impactado también en el derecho a la vida privada y familiar y en el derecho a tener una muerte digna”. Pobreza asistencial, desprotección, prohibición de visitas familiares y atención hospitalaria. El 70% de los fallecidos por covid, ancianos institucionalizados. ¿Casualidad?

Y están los otros residentes, jóvenes y adultos. El CERMI y los órganos oficiales subrayan el apoyo asistencial en centros, hospitales y ayuda domiciliaria; acompañamiento, rehabilitación y atención médica. De soslayo, las políticas transversales, el derecho a la sexualidad, la formación y el empleo. A pie de calle se insiste en la Convención de la ONU, que “Las personas con discapacidad tengan la oportunidad de elegir su lugar de residencia y dónde y con quién vivir” (art. 19). Un giro en la atención al ciudadano con diversidad funcional.

Un sano equilibrio entre la inclusión y el poder elegir libremente el colegio sería otra conquista: “…lo incuestionable es el derecho de cada niño o cada niña para estar allí, junto al resto de su generación en el vecindario donde vive” (Ignacio Calderón Almendros, profesor de Teoría de la Educación). Peor, el confinamiento de las personas con diversidad intelectual, y enfermedad mental. Desde la Federación de Salud Mental de Aragón se apuesta por la asistencia personal.

Los profesionales del cuidado están quemados. El modelo residencial al uso ya no sirve. “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros” (Declaración Universal de Derechos Humanos, art. 1). ¿Lograremos quitarnos la máscara interior?

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El Meridiano", viernes 11 de diciembre de 2020).

11/12/2020 15:00 pilmarbarca Enlace permanente. La columna dominical No hay comentarios. Comentar.

Primera Navidad

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Foto pixabay. Foto de archivo de los pies de una bebé.

Este año, por primera vez, los niños no besarán a sus abuelos, ni cenarán con todos los tíos y primitos, y montarán el nacimiento solo con papi y mami. ¿Cantarán villancicos en el cole? Y los mayores tendrán más huecos en la mesa, y añoranza. Si no mucho duelo tierno todavía.

Puede ser un buen año para mirar las cosas con los ojos del alma, y volver al origen, cada uno a su centro. Vemos a una joven pareja, ella embarazada, en un pesado viaje de Nazaret –Galilea– a Belén –en Judea–, en la ciudad y tierra de David, reinando el sanguinario Herodes el Grande. Conflictos humanos y políticos que hoy se repiten, sin ir mucho más lejos, en el puerto canario de Arguineguín: hombres, mujeres, mamás embarazadas y pequeños huyendo de la guerra, la miseria, la enfermedad en grado superlativo.

Ya seamos cristianos –una gran mayoría en España–, o festejemos derivaciones lúdico civiles del solsticio de invierno, podemos ejercitar sanamente la memoria. Recordar aquellas navidades, lejanas e irrepetibles o recientes, con los seres queridos. La primera que celebramos en pareja. O esa otra en la que unos angelitos, hijos, nietos, sobrinos, descendieron del cielo a nuestro hogar.

Puede ser un tiempo perfecto de compartir, a través de las redes, la videollamada, el smartphone, el teléfono. De contactar con el centro del otro, mirándonos sin máscaras, sintiéndonos. Y también de recobrar una amistad perdida entre prisas y agobios, antes de la pandemia; la última oportunidad para reencontrarnos.

Es un tiempo propicio para estar y disfrutar con la familia, la unidad familiar de convivencia, más ese ser querido que no habremos visto en meses. Para exprimir esos nimios detalles que en la nunca saboreamos. Y unos días preciosos para el encuentro auténtico con uno mismos: el silencio, la espera esperanzada, la creatividad.

Podríamos tomarnos a toda prisa las uvas, a campanadas virtuales y caseras, y expulsar tanta fobia acumulada; despedir el 2020 a la carrera, o intentar borrar la realidad con la Matte Painting, herramienta de efectos especiales para el cine. Pero nos perderíamos la magia.

Del pasado miércoles 16 al próximo 25, podremos ver de nuevo la estrella polar, o conjunción de Júpiter y Saturno, tras ochocientos años. Y en un Hospital de Granada, una bebé prematura sobrevivió a su madre, que fallecía de covid al poco de parir. Será su primera Navidad.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El Meridiano", viernes 18 de diciembre de 2020).



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